Los siete detenidos el jueves en el desalojo de El Kubo y La Ruïna, las dos casas okupadas en el barrio de la Bonanova, han pasado este viernes a disposición judicial en la Ciutat de la Justícia de Barcelona. Todos han quedado en libertad provisional tras comparecer ante el juez, aunque se han acogido a su derecho de no declarar.
Según ha podido saber Crónica Global de fuentes judiciales los siete arrestados (seis hombres y una mujer) han comparecido en el Juzgado de Instrucción número 7 de Barcelona, en funciones de guardia, acusados de delitos de desórdenes públicos, maltrato de obra y atentado a agentes de la autoridad.
Desobediencia, resistencia y atentado
En un primer momento, se les atribuyeron delitos de resistencia, desobediencia y atentado a los agentes de la autoridad, según confirmó ayer la comisaria Montserrat Estruch, jefa de los Mossos d'Esquadra en la región policial metropolitana de Barcelona justo después del desalojo de las dos propiedades.
Los okupas recibieron a la Brigada Móvil (Brimo) de la policía catalana lanzando pirotecnia. También les arrojaron líquidos, bolas de acero y pintura, lo que dificultó la tarea de los antidisturbios, que tuvieron que protegerse, por primera vez, con una jaula fabricada por ellos mismos.
Derruyeron las escaleras
Después de varios intentos, en los que los mossos tuvieron que cubrirse con escudos para evitar la lluvia de objetos contundentes, los agentes lograron acceder a los dos edificios. En el interior, se encontraron con que los squatters habían derruido las escaleras para evitar que subieran a las plantas superiores, donde permanecían atrincherados.
Tres de los okupas se encaramaron en el tejado de La Ruïna, mientras que otro permaneció suspendido durante horas colgado de la fachada de El Kubo.
Pequeña concentración
Esta mañana, un pequeño grupo de antisistema ha acudido a la Ciudad de la Justicia de Barcelona para apoyar a los detenidos.
Los siete detenidos han salido en libertad, según ha podido conocer este medio, portando una bolsa con sus pertenencias. Una vez fuera, se han abrazado efusivamente con las personas que han acudido a apoyarlos para celebrar su liberación.