Son la nueva generación de anarquistas que ha irrumpido y desvelado a la zona alta de Barcelona en defensa de las casas okupadas de El Kubo y La Ruïna, que los Mossos d'Esquadra desalojaron ayer con un dispositivo de gran complejidad. Un centenar de radicales "muy jóvenes, con presencia de universitarios y muchísimas mujeres" ha irrumpido en el barrio de la Bonanova para tratar de parar el vaciado de los edificios allanados, sin éxito. Al no poder hacerlo, han provocado algaradas

Los Mossos d'Esquadra, retirando una pancarta tras cortar el paso al grupo Simón Sánchez

Lo explican fuentes cercanas a la protesta. Y recuerdan que el centenar largo de antisistemas que ha irrumpido en el barrio elegante llegan desde sus puntos de reunión en el bastión okupa de Vallcarca -con dos casas allanadas, el CSO Old School y La Fusteria, y un casal anticapitalista, el Ateneo de Vallcarca, en apenas un centenar de metros-. Un grupo que "estaba perfectamente organizado". 

Perfil

Eso sí, su perfil era ligeramente distinto al que ha provocado incidentes en la calle en Barcelona en los últimos años. Se trataba de un colectivo "de edad muy joven, de perfil universitario altamente politizado y con presencia muy elevada de mujeres". 

De este modo, los radicales que actuaron ayer jueves se alejan del corte habitual del radical de ultraizquierda barcelonés visto en ocasiones anteriores. 

Alta organización

Sea cual fuere su origen, el grupo ha demostrado una altísima capacidad de organización. Los anarquistas portaban pancartas forradas con espuma para enfrentarse a la policía. 

Además, iban ataviados de negro, enmascarados, y portaban objetos contundentes para arrojarlos a la policía y, puntualmente, a los periodistas. Después de perpetrar sus fechorías en la zona alta de Barcelona, como el ataque vandálico a sucursales bancarias, se detuvieron en la confluencia entre la avenida Riera de Cassoles y calle Vallirana, donde se han cambiado de ropa y se dirigieron a toda velocidad hacia el barrio de Gracia. 

Una de las sucursales bancarias atacadas por los anarquistas Simón Sánchez

Difíciles de interceptar pese a las cargas

Asimismo, la nueva generación de vándalos han utilizado tácticas de dispersión policial: alternando el paso rápido con cortas carreras o callejeando a toda velocidad para dar esquinazo a la Brigada Móvil de Mossos d'Esquadra, que les siguió de cerca hasta su disolución en Gracia, no sin problemas. 

Han tenido cierto éxito, pues los Mossos, hartos de estas correrías de madrugada, trataron de cortarles el paso y encapsularles a la altura de la calle Sant Gervasi de Cassoles por medio de una carga policial quirúrgica de corta duración. Algo que no pudieron hacer al escabullirse los anarquistas. Eso sí, los policías les arrebataron las pancartas-escudo y evitaron que regresaran ante El Kubo y La Ruïna, facilitando así el desalojo que ejecutaban otros compañeros funcionarios al mismo tiempo.

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