Protecció Civil de la Generalitat ha desactivado este sábado la alerta del plan Inuncat en Cataluña, una vez finalizado el aviso del Servei Meteorològic de Catalunya (SMC) por intensidad de lluvia. Sin embargo, las fuertes tormentas del viernes causaron algunos estragos en ciertos puntos de la comunidad, como en Tarragona y también en la costa del Garraf. Allí, aparte de que se tuvo que aplazar la regata preliminar de la Copa América de Vilanova i la Geltrú, un edificio en obras se fue abajo en la vecina Sant Pere de Ribes.
El edificio en cuestión se estaba levantando en la calle Cau Ferrat de Sant Pere, pero las intensas lluvias han ocasionado su colapso. Se trata de un inmueble de dos plantas construido con placas prefabricadas, pero no ha soportado la cantidad de agua caída del cielo. Bomberos y la unidad canina han comprobado que no hay ninguna persona atrapada bajo los escombros. El hundimiento tampoco ha afectado a las viviendas cercanas.
Deslizamientos de tierra
Al margen de este incidente, y a consecuencia de las lluvias, los Bombers han retirado también esta mañana una gran piedra que se había deslizado para caer en la valla del colegio público El Solell, en La Palma de Cervelló (Barcelona).
El Servei Català de Trànsit, por su parte, mantiene en la provincia de Girona un carril cerrado en la C-31 a la altura de Calonge, en sentido Sant Feliu de Guíxols, y ofrece paso alternativo en la carretera GI-682, en Tossa de Mar, por sendos deslizamientos de tierra sobre la calzada como consecuencia de las lluvias.
Atrapados en el coche
El viernes, el teléfono de emergencias 112 recibió 506 llamadas por 374 incidentes, la mayoría de las cuales desde las comarcas del Baix Ebre (91), Barcelonès (86), Vallès Occidental (59) y Baix Llobregat (34). Por su parte, los Bomberos atendieron inundaciones, cables que chispeaban y ramas caídas.
El Grupo de Actuaciones Especiales de la Generalitat (GRAE) recibió el aviso de personas atrapadas en los coches en los pasos bajo las vías en Cubelles (Barcelona) y atendió en Deltebre (Tarragona) a una persona que se encontraba en una casa dentro de un arrozal que se había inundado.