Cualquier persona puede ser víctima de una suplantación de identidad en algún momento de su vida. Con el crecimiento de internet y las redes sociales, los hackers tienen cada vez el camino más fácil para hacerse con nuestros datos.
A través de la suplantación de identidad, los delincuentes pueden cometer infinidad de desmanes. Desde abrir cuentas bancarias en nuestro nombre hasta cometer fraudes, obtener información sensible o confidencial, cyberbulling (acoso a personas a través de internet), grooming (abuso sexual de menores) y un largo etcétera de delitos.
Se disparan los casos en redes
El tipo de suplantación de identidad más habitual es la creación de un perfil falso en redes sociales, generalmente con la intención de hablar con terceros, fingiendo ser otra persona. Las denuncias por este tipo de casos ha aumentado exponencialmente en los últimos años.
Sin embargo, encontrar al autor no es tarea fácil y, en caso de conseguirlo, no siempre se le podrá imputar un delito. El Código Penal sólo considera el delito de suplantación de identidad cuando una persona usurpa totalmente la identidad de otra, durante un tiempo prologando y engañando a terceros, para obtener algún beneficio económico o causar un perjuicio.
Acoso digital a una menor
El pasado 6 de julio, Crónica Global explicó el caso de una menor de 15 años a la que, en mayo de 2021, empezaron a acosar hombres desconocidos, proponiéndole tener relaciones sexuales.
Gracias a la colaboración de alguno de estos hombres, la familia supo que habían creado un perfil falso en una página de adultos en nombre de su hija, y procedió a poner una denuncia en el juzgado.
Investigación en curso
Tras hablar con la familia y el despacho de abogados GRM asociados, encargado de su defensa, este medio habló con la unidad de investigación de delitos informáticos de los Mossos d’Esquadra, encargada del caso.
Según ha manifestado la unidad de investigación, estos delitos suelen ser bastante complicados de investigar, ya que los intrusos digitales pueden estar escondidos en lugares remotos a donde es difícil acceder. Un ejemplo de ello, según el agente que atendió a Crónica Global, es la cantidad de estafas que se han cometido desde países como Somalia.
Algo parecido sucede en el mencionado caso de la menor, ya que la web de citas en la que crearon su perfil está alojada en Turquía. "El primer paso es solicitar una orden judicial para pedir a la página los datos del usuario investigado", cuentan.
Dificultades frecuentes
Cuando la web se aloja en países que no pertenecen a la Unión Europea, el éxito de la investigación dependerá de tratados internacionales y de la cooperación entre las policías judiciales de ambos territorios. En el caso de la menor, "una vez que se obtuvo la orden judicial, se pidieron los datos a la web turca", algo que sucedió el pasado mes de febrero, sin que haya respuesta por parte de la página. "Pueden tardar años en contestar".
Sin embargo, "una vez obtenidos los datos, estaríamos a mitad de camino". Según explica el agente, "si la página colabora, nos dará nombre de usuario, el correo electrónico con el que abrió la cuenta, y la dirección o teléfono con el que se creó el perfil falso".
Después, "si la cuenta se creó con un Gmail, deberemos dirigirnos a Google, y de igual manera si es una cuenta de Yahoo o de cualquier otra plataforma. Ahí es donde podríamos conseguir la IP del ordenador desde el que se creó la cuenta".