¿Cómo serían los candidatos a la alcaldía de Barcelona si vivieran en la calle? La respuesta la tiene la fundación Arrels, que ha impulsado una campaña para dar visibilidad al sinhogarismo en la Ciudad Condal. Para ello, ha transformado los carteles electorales de las elecciones municipales del 28 de mayo, convirtiendo a los alcaldables en sintecho.

En concreto, han adaptado los carteles de Ada Colau, Jaume Collboni, Xavier Trias y Ernest Maragall, modificando las imágenes y sus mensajes y lemas electorales para evidenciar la necesidad de impulsar "políticas transformadoras de lucha contra el sinhogarismo en el ámbito municipal" y visibilizar el hecho de que estas personas están "excluidas" del derecho a la plena ciudadanía. 

Arrels transforma el cartel de Ada Colau ARRELS

Sin derecho a voto

De hecho, una de las cosas que quiere denunciar la iniciativa nadie sin derechos es que las personas que viven en la calle no pueden votar al no cumplir con los requisitos legales. En este sentido, según la encuesta de Arrels realizada en junio de 2022, solo el 32% de los sintecho podrán acudir a las urnas. 

"Cuando vivía en la calle, yo no votaba, pese a ser ciudadano europeo. Para comenzar, hubo un momento en el que no tenía documentación porque me la habían robado. Después, tampoco estaba pendiente de si había elecciones, no es una cosa que sepas cuando vives en la calle. Si te enteras de que hay elecciones es porque hay más controles policiales en las calles", explica Giorgio, ex sintecho. 

Giorgio, ex sintecho ARRELS

Las complicaciones de empadronarse

Por ello, desde la fundación denuncian que las personas que viven en la calle "ven sus derechos vulnerados, entre ellos la posibilidad de empadronarse en el municipio donde viven". En Barcelona, por ejemplo, muchas están empadronadas sin domicilio fijo porque los trámites son "complicados", expresan en un comunicado. 

En otras ciudades es todavía más difícil porque, según Arrels, "los ayuntamientos se lo niegan". En teoría, todos los municipios de España están obligados a empadronar a sus vecinos, tengan o no un hogar, pero "a la práctica, los consistorios incumplen la ley", concluyen. 

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