Cruceros atracados en el Puerto de Barcelona / EP

Cruceros atracados en el Puerto de Barcelona / EP

Vida

El Govern orilla al Ayuntamiento de Barcelona de la gestión de los cruceros

La decisión provoca una pataleta en los comunes que acusan a Aragonès de “tirar pelotas fuera”

13 abril, 2023 15:47

La teniente de alcalde de Urbansimo de Barcelona, Janet Sanz, ha puesto el grito en el cielo después de que la Generalitat deje a un lado al Ayuntamiento, y ponga en manos del Port de Barcelona, el debate de los cruceros.

Cabe recordar, que los de Ada Colau, han presionado, cada vez más, al Govern, para que limite los cruceros que llegan a la capital catalana. Sobre todo, ahora, a las puertas de la esperada temporada alta.

"Uso interesado" de la sequía"

En este sentido, Sanz remitió una carta a la consellera de la Presidencia, Laura Vilagrà, reclamando la convocatoria urgente de una reunión entre administraciones, “para fijar un límite razonable” a la llegada de cruceros, este verano de 2023.

Además, aprovechó la teniente de alcalde, la ocasión de recordarle a Vilagrà, la preocupante sequía que atraviesa el país, por lo que, insiste, es crucial que se establezca una regulación clara y precisa. “Sería del todo incomprensible que suframos el año menos lluvioso de los últimos cien años, pero lleguen más cruceros que nunca”, ha dicho Janet Sanz.

"Cifra alarmante" de cruceristas

En caso contrario, alerta Sanz, habrá que hacer asumir las consecuencias de una “cifra alarmante” que, este verano, se situará en unos 3,2 millones de cruceristas desembarcando en Barcelona.

En la carta a Vilagrà, la teniente de alcaldía recuerda la propuesta del Ayuntamiento de Barcelona de reducir a la mitad el número de cruceristas en temporada alta, poniendo un límite de 200.000 pasajeros al mes, o tres cruceros al día.  

Varios cruceros en el Puerto de Barcelona / EFE

Varios cruceros en el Puerto de Barcelona / EFE

 

El director del Port discrepa

No obstante, su postura nada tiene que ver con la del presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, quien ha asegurado que “el problema de la contaminación no son los cruceros” que, de hecho, son las naves más modernas y eficientes, medioambientalmente, de las que llegan al puerto.

De hecho, Salvadó es reacio a poner límites a los cruceros y apuesta por trabajar de forma intensa “para reducir el impacto ambiental y la densificación de visitantes en algunos espacios“. Por ejemplo, con la incorporación de una planta potabilizadora propia o para que los residuos que generan se conviertan en biomasa”.