El extraño atropello de gatos aflora una guerra vecinal en Roses
Amenazas, asaltos nocturnos, ratas, cucarachas, jabalíes y la misteriosa aparición de jeringuillas avivan las rencillas de una urbanización en la Costa Brava
10 febrero, 2023 00:00El misterioso atropello de gatos en un punto de la urbanización Mas Mates de Roses (Girona) ha sacado a flote toda una guerra vecinal a la que no le faltan ingredientes. Amenazas, asaltos nocturnos a una colonia felina, ratas, cucarachas, jabalíes y, la gota que colmó el vaso: la extraña aparición de un manojo de jeringuillas que amenazan la seguridad de animales y personas.
Así empieza un periplo en el que dos bandos se cruzan graves acusaciones. ¿El motivo? Una gatera que el ayuntamiento de la localidad costera colocó en una zona próxima a una ribera para controlar una colonia de gatos y así centralizar su cuidado, alimentación y limpieza. La decisión ha provocado que una disputa antigua se convierta en una bola enorme que parece ir cuesta abajo, sin frenos y sin solución aparente.
Asaltos nocturnos
Los vecinos de Mas Mates llevan años en pie de guerra a propósito de los animales de la zona. Concretamente, por estos gatos, que ahora se concentran en ese refugio ubicado entre una fila de casas, un campillo y una ribera. Ahí, una vecina se encarga de cuidarlos a diario, llevándoles agua y comida, que paga de su propio bolsillo, además de mantas para que se resguarden del frío. Esta caseta, explica la mujer, se instaló en febrero del año pasado, porque no estaba permitido dar de comer a los animales en la calle. Concentrando la actividad en este punto, se solucionaba el problema. Sin embargo, "hay personas que no quieren la gatera ahí, saben que mi vida son los animales y molestándolos a ellos, me molestan a mí", explica.
Según su versión, unas vecinas están asaltando la instalación de forma continuada, para atacarla a ella. "Tiran el agua y me mojan el pienso a diario y, ahora, han puesto unas jeringuillas en la puerta de la caseta", lamenta la mujer. La señora insiste en que sabe quienes son las personas que, a altas horas de la noche o al mediodía, se acercan al lugar a "hacer sus fechorías". Todo esto, asegura, con el objetivo de amargarle la vida y conseguir que quiten la gatera de ahí. "Hace poco llevaron 25 firmas al ayuntamiento para que la quiten".
Incivismo persistente
Por otra parte, las personas señaladas insisten en que es la cuidadora la responsable de la guerra vecinal y aseguran que no solo alimenta a los gatos en la instalación, sino que esparce comida por los alrededores, invitando así a "ratas, cucarachas y jabalíes de 200 kilos a acercarse por la zona". Estas acusaciones, insiste la señora que cuida a los gatos, son totalmente falsas. "Lo único que dejo en los árboles es alpiste para los pájaros, porque hay especies protegidas, y seguiré haciéndolo. No hago ninguna de esas cosas que cuentan", insiste la mujer.
Los vecinos enfrentados a esta mujer subrayan que no actúa sola, sino que hay quienes la ayudan a perturbar la paz del vecindario. "La cabeza pensante de todo esto es una amiga suya que, incluso, se dedica a enterrar a los gatos atropellados cerca de las casas, por lo que cuando los demás animales escarban, la peste llega a las casas y la situación es dantesca", concluyen.
Una guerra fuera de control
Cada bando asegura tener pruebas que incrimina al contrario. De hecho, fuentes policiales confirman a Crónica Global que los agentes han tratafo de mediar entre los vecinos, pero que por el momento ha sido imposible recuperar la convivencia.
"Estamos al tanto de este conflicto y no dudaremos en tomar medidas si se demuestra que alguien está incumpliendo la ley". Según la versión oficial, esta es una guerra antigua y no hay evidencias que incriminen a nadie. Sin embargo, confirman la aparición de esas jeringuillas hace un par de días en las inmediaciones de la caseta, algo que investigarán. "Si se encuentra al responsable, por supuesto, se tomarán medidas", aseguran.
Postura del ayuntamiento
Ante las críticas por la ubicación de la gatera, muy próxima a la carretera donde ya han sido atropellados varios de los felinos, fuentes municipales indican que está previsto trasladarla de lugar.
Ahora falta saber qué sucederá en este caso, ya que los gatos son animales territoriales y, por más que se mueva de sitio su refugio, siempre volverán a él para conseguir agua y alimento. Una circunstancia que complica todavía más la resolución de este erizado conflicto.