Jóvenes de la generación Z / RAWPIXEL

Jóvenes de la generación Z / RAWPIXEL

Vida

La generación Z: ¿son los nativos digitales un mito?

Han nacido rodeados de tecnología y, sin embargo, son los menos aptos para recibir formación digital por la falta de atención continuada

29 enero, 2023 00:00

Han nacido casi con un móvil en las manos, rodeados de tecnología. Son la generación Z, llegados al mundo entre 1997 y 2012. Los estereotipos dicen de ellos que son multitarea, que utilizan con soltura varios dispositivos, que son innovadores y que se manejan en el mundo digital como pez en el agua. Sin embargo, ya hay quien afirma que esta generación es la menos digital de las generaciones. ¿Son los nativos digitales un mito?

“A pesar de que esa generación llamada nativa digital haya nacido inmersa en la era digital, esto no implica que sepa manejarse en muchos casos mejor en esos entornos, ya que para ser capaces de conocer y utilizar la tecnología de forma correcta es preciso que haya aprendizaje y entrenamiento, seas digital o no”, sostiene Laura Monteagudo, directora del grado en Comunicación Digital de la Universidad CEU San Pablo. De hecho, afirma esta profesional de la educación tecnológica, muchos nativos digitales presuponen que, por ser jóvenes y utilizar las redes sociales desde siempre, las conocen mejor que los mayores. Sin embargo, “no hacemos más que observar los daños que a muchos jóvenes les hacen: usar no implica conocer y sacar provecho de ellas, de ahí el riesgo de utilizar tecnología sin conocer sus implicaciones, riesgos y, por supuesto, beneficios”.

Grupo de amigos que forman parte de la generación Z / FREEPIK

Grupo de amigos que forman parte de la generación Z / FREEPIK

Continua sobreexposición a múltiples mensajes

Además, aunque es una generación que se pasa largas horas frente a la pantalla, no lo hace con plena atención, al menos no durante un largo periodo de tiempo, algo similar a lo que le sucede al resto de la población. “La atención en entornos digitales está disminuyendo de manera generalizada en toda la población y eso, más que estar relacionado con una generación concreta, lo está con unas dinámicas que hemos integrado en nuestras vidas y que están vinculadas con la llamada multitarea”, opina Monteagudo.

Con un mundo actual en el que existe una continua sobreexposición a múltiples mensajes, nuestros cerebros –consideran desde la Universidad CEU San Pablo— se han visto obligados a adaptarse para poder procesar los diferentes contenidos que están continuamente llegándonos. “Se dice que la cantidad de información que cabe en una semana de New York Times es superior a la que una persona procesaba en el siglo XVIII a lo largo de toda su vida”, explica Laura Monteagudo. Como primera consecuencia –continúa— está la reducción de la atención focalizada: es una mera adaptación al entorno. “La pregunta que deberíamos hacernos es si ese exceso de información al que estamos sometidos es necesario y, si lo es, qué deberíamos hacer para poder gestionarlo”.

Redes sociales, como las que usó un falso youtuber para pedir videos sexuales a una menor  / PEXELS

Redes sociales, como las que usó un falso youtuber para pedir videos sexuales a una menor / PEXELS

Reducción de los tiempos de atención

Lo cierto es que, tal y como apuntaba esta profesional, los tiempos de atención están reduciéndose drásticamente año a año. Los estudios más recientes hablan de cifras preocupantes: los adolescentes de entre 14 y 16 años tan solo son capaces de mantener la atención entre 28 y 42 minutos.

No obstante, para Monteagudo, la explicación a la dificultad de concentrarnos durante largos periodos de tiempo está en el funcionamiento de nuestro cerebro. “Las sensaciones positivas que nos genera la satisfacción inmediata hace que segreguemos dopamina, que es el neurotransmisor de las recompensas, pero que aparece en las adicciones cuando se segrega en exceso”.

Adictos a la satisfacción inmediata

Así, detalla esta profesional de la educación universitaria, con cada like, con cada sonido de mensaje entrante y con cada notificación nuestro cerebro segrega dopamina que hace que queramos más. Mientras seguimos conectados saltando entre actividades en las que no profundizamos utilizamos glucosa oxigenada, que cuando se termina hace que nos sintamos somnolientos e incluso algo desorientados y cansados y, por tanto, nuestro cerebro responde segregando cortisol, la hormona del estrés. “Tanto el cortisol como la dopamina pueden ser positivos, pero en exceso son perjudiciales y, si pasamos ocho horas al día en ese estado, resulta complicado que podamos mantener la atención en ninguna actividad de forma concentrada y continuada porque nuestro cerebro está en un círculo vicioso de segregación de sustancias que nos alejan de ese estado de sosiego y reposo que requiere la atención sostenida”.

Las redes sociales y sus contenidos, con vídeos cada vez más cortos, responden, según esta profesora de CEU San Pablo, a la necesidad de conectar con una sociedad y unos jóvenes en particular cuya atención continuada cada vez es más limitada. Esto afecta mucho a la toma de decisiones, que requiere un cierto sosiego, reposo y pensamiento crítico para evitar caer en la impulsividad que supone la falta de análisis, ya sea racional o emocional. “Al final, las personas somos las decisiones que tomamos y si no somos capaces de profundizar en las diferentes variables relacionadas con cada decisión será complicado alcanzar el éxito y la satisfacción a largo plazo”, lamenta la misma profesional.

“Cerebros sobreestimulados y agotados”

Toda esta falta de atención mantenida se percibe de forma clara en la universidad. “Esto sumado a que los jóvenes se han acostumbrado a aprender a través de otros medios y formatos, hace que las metodologías que se deban utilizar para captar su interés y atención se estén revisando para conectar con sus cerebros sobreestimulados y agotados, pero, a la vez, en continuo estrés y demanda de más información y estimulación”, manifiesta.

Si bien cada hay más oferta en cuanto a formación digital, parece que entre la gente joven no acaba de cuajar. ¿En qué está fallando la formación digital dirigida a esas edades? “Desde mi punto de vista, más que fallar los contenidos de la formación digital, lo que falla es la forma de conectar con los estudiantes, que requieren metodologías activas en las que se les ofrezca la posibilidad de ser los protagonistas de su propio aprendizaje de forma activa, práctica y real de manera que no solo adquieran conocimientos, sino que también sepan ponerlos en práctica”, argumentan desde CEU San Pablo.

“Recordemos que es una generación que está acostumbrada a la satisfacción inmediata y se hace imprescindible conectar con la satisfacción que les puede suponer saber, de ahí que la metodología y la formación no solo en contenidos, sino en competencias será un valor diferencial”, concluye Laura Monteagudo.