El Barça sienta un precedente único con Dani Olmo: inscripción ‘in extremis’ fuera de plazo
- No hay un caso similar al del mediapunta egarense en la historia de la Liga, que por otro lado se opone a darlo de alta, porque en ningún momento se ha marchado del club azulgrana sino que sigue en el mismo equipo en el que fue inscrito
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El Barça es optimista con la inscripción de Dani Olmo. Joan Laporta, presidente del club azulgrana, ha hecho los deberes de prisa y corriendo, malvendiendo los palcos Vip del futuro Camp Nou por unos 100 millones de euros, la suma de dos contratos con empresas de Oriente Medio. La institución envió la documentación el día 31 de diciembre, antes de las 23:59 horas, cuando vencían las inscripciones en Liga de Olmo y Pau Víctor. Antes de la medianoche, ante la negativa de la Liga a validar los acuerdos, el Barça solicitó una "nueva licencia" para ambos a la Real Federación Española de Fútbol. La clave, aquí, es la interpretación del reglamento federativo.
La patronal que dirige Javier Tebas se opone a alistar de nuevo a Olmo. No comparte el entendimiento que hace el Barça de la norma 130.2: "Un futbolista podrá estar inscrito en un solo equipo de un club, sin posibilidad de ser dado de baja y alta por el mismo en el transcurso de la misma temporada, salvo caso de fuerza mayor o disposición reglamentaria". La última palabra es de la RFEF. Sea cual sea la resolución, se sentará un precedente.
¿Un "caso de fuerza mayor"?
Laporta basa su defensa, por un lado, en que con Olmo se puede hacer una excepción porque el Barça envió la documentación cuando tocaba, a pesar de ser una negligencia dejar algo tan importante como la venta de los palcos Vip del Camp Nou para última hora. Durante las vacaciones navideñas, hay muchos días inhábiles, inevitables, contra los que el club no puede luchar y que han lentificado la operación.
Pero esta tesis pierde fuerza porque todos estos días eran previsibles. También la fecha de vencimiento de la inscripción, el 31 de diciembre. Por tanto, según el Código Civil, un caso de fuerza mayor es cuando el "imprevisto es imposible de resistir", como una catástrofe natural. En cambio, la solución puede estar en la "disposición reglamentaria" de la que habla el mismo artículo 130.2.
El espíritu de la norma
Aquí es donde queda patente que el caso de Olmo es único. Otros futbolistas, como Gabri Veiga, se marcharon a otro equipo. En el caso del centrocampista gallego, al Al-Ahli. Media temporada después, quiso volver pero no pudo, al ya haber sido inscrito previamente por el Celta. El Barça se ampara en esta "disposición reglamentaria". La norma 141.5 dice lo siguiente: "Los futbolistas cuya licencia se cancele, no podrán, en el transcurso de la misma temporada, obtener licencia en el mismo equipo del club al que ya estuvieron vinculados". Veiga lo sufrió.
Laporta defiende que este no es el espíritu de la norma, en la que, en puntos anteriores, siempre se habla de un jugador que se ha marchado a otro equipo. No es el caso de Olmo. La disposición del futbolista del Barça es distinta. Está para competir y lo más normal es que se le vuelva a conceder la licencia federativa si el Barça resuelve su situación económica y regresa a la norma 1:1.
El caso Pedro León
Olmo quiere jugar en el Barça y no se ha movido de equipo respecto a su inscripción previa, realizada en agosto. El club quiere lo mismo que el futbolista, que debería ser libre de ejercer su profesión. El precedente de un jugador que no pudo ser inscrito por la economía de su equipo, el Getafe, es Pedro León, en 2014. Sin embargo, la entidad madrileña no dejó de estar excedida. El Barça sí soluciona sus problemas con la venta de los palcos.
El mediocentro español no pudo ser inscrito y se quedó sin jugar. Llevó su situación a los tribunales, de la mano de la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). Pedro León denunció que él era libre de ejercer su profesión. La justicia, en cambio, siempre dio la razón a la Liga. Aún así, fuentes de AFE insisten en que están para lo que Olmo necesite. Si lo decidiese, podría actuar como Pedro León.
Sin precedentes
Esto sucedió en 2014. En 2016, dos años después, el Tribunal Superior de Madrid dio la razón definitiva a la Liga. "No es algo bueno ni que merezca ser celebrado, el hecho de que se prive a un jugador de su derecho a la ocupación efectiva, más si cabe, por incumplimientos económicos de su club con la Liga, sin que el futbolista haya cometido infracción alguna", afirmó AFE en un comunicado.
Otra referencia similar es el de Samu Omorodion, fichado por el Atlético de Madrid procedente del Granada. El objetivo del conjunto rojiblanco era cederlo, de nuevo, al cuadro nazarí para que continuase su formación. Como ya estaba inscrito, no pudo regresar y se marchó al Alavés.
Hubo caso 'Auba'
Al Barça también le pasó lo mismo. Se desprendió de Pierre-Emerick Aubameyang, que quiso regresar al Barça en enero después de no encontrar la felicidad en el Chelsea. No se pudo progresar con la operación porque el delantero gabonés ya había sido inscrito previamente en el club azulgrana.
Hace una semana, Javier Tebas "celebraba" la decisión de la justicia catalana, que no otorgó ninguna cautelar al Barça. Esa era la primera arma de Laporta. La segunda, la venta precipitada de los palcos Vip. La documentación, que avala que el club catalán regresa a la norma 1-1, se envió a tiempo.
Ahora, con el plazo vencido, el presidente se agarra a una regla que no se creó para una circunstancia como la de Olmo, que no ha rescindido su contrato y sigue en el Barça, sino como la de Veiga. Es la esperanza de Laporta. El caso del mediapunta egarense sentará un precedente.