El pistolero de Tarragona recibirá este martes la eutanasia y donará sus órganos

Marin Eugen Sabau, el pistolero de Tarragona, se someterá este martes a una eutanasia en el Hospital Penitenciario de Terrassa, donde permanece ingresado a causa de la lesión medular irreversible e incapacitante que sufrió durante su detención en diciembre de 2021 tras abrir fuego en una oficina de Securitas.

El lunes, la jueza del Juzgado de Instrucción número 5 de Terrassa rechazó la petición de Sabau, que pedía recibir la muerte asistida en un hospital convencional acompañado de su familia. La magistrada se negó al apreciar un elevado riesgo de fuga puesto que, aunque su condición médica es delicada, algún allegado podría ayudarlo a escapar. Además, ha recordado que el pistolero no ha mostrado en estos meses ningún tipo de arrepentimiento por las víctimas. Sin embargo, la jueza ha aclarado que podrá pasar sus últimas horas con sus familiares en el centro penitenciario.

Dolores insoportables

Marin Eugen Sabau solicitó la eutanasia a finales de junio tras resultar herido de bala el pasado mes de diciembre. El disparo que recibió en un tiroteo con los Mossos le causó una lesión medular que le dejó tetrapléjico y que le provoca, además, dolores insoportables. Por todo ello, el pistolero solicitó acabar con su vida. Después de que la Comisión de Evaluación y Garantías autorizase el procedimiento y la Justicia lo avalase --desestimando los recursos de las víctimas, que pedían que fuera juzgado—este martes se someterá al proceso de eutanasia.

La intervención que pondrá fin a la vida de Sabau está programada para este martes, aunque se desconoce la hora concreta. Se efectuará en el Hospital Penitenciario de Terrassa y se estima que el proceso durará una media de seis horas, dado que el pistolero ha expresado su deseo de donar sus órganos.

Hirió a cinco personas

Marin Eugen Sabau, el exvigilante de seguridad de 46 años, abrió fuego con un fusil semiautomático contra sus excompañeros tras ser despedido de Securitas, en Tarragona. En total, el pistolero disparó contra tres de los empleados de la empresa e hirió a dos agentes de los Mossos d’Esquadra antes de ser abatido en una masía abandonada de Riudoms.