Los vecinos de Alella, "escandalizados por la destrucción de zonas verdes" para edificar
El gobierno municipal de ERC prevé construir bloques de viviendas de protección oficial en zonas como La Serreta y La Miralda, en consonancia con el POUM de 2014
6 agosto, 2022 00:00Los vecinos de Alella (Barcelona) se han rebelado contra el gobierno municipal de ERC porque quiere "destruir zonas verdes" para edificar bloques de pisos. En declaraciones a Crónica Global, los residentes de este pueblo del Maresme de 10.000 habitantes se muestran "escandalizados" por las intenciones de los republicanos, que construirán viviendas plurifamiliares en zonas como La Serreta y La Miralda, en consonancia con el Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM) --aprobado en 2014 por todos los partidos--.
Este hecho les molesta especialmente porque la mayoría de ellos llegaron al pueblo buscando "la tranquilidad que aporta una casa unifamiliar" y un gran terreno. Es lo que relata un matrimonio a este medio: "Estamos asustados porque una de las cosas que nos gustó es que no hubiese nada delante". Pero el propósito del consistorio es otro: la construcción de 190 viviendas, 90 de las cuales serán de protección oficial.
Más tráfico y menos tranquilidad
Una de las más afectadas por estos cambios urbanísticos será Can Teixidó, una urbanización formada por "mansiones" y resididas, en su mayoría, por ciudadanos rusos. Según explican, cuando hagan las obras de construcción de nuevas viviendas, los coches solo tendrán acceso a la autopista a través de ese terreno. Consideran que esto acabará con "el encanto" del lugar: "Cuanto más tráfico y más movimiento, más ruido y menos tranquilidad", avisan.
Pero esto no es lo único que altera a los vecinos en relación a lo que califican de "escabechina urbanística". También les preocupa la falta de infraestructuras, que hoy por hoy son "insuficientes para acoger a más habitantes". Por ejemplo, en cuanto a las zonas de aparcamiento. "Ya hay poco párking. Pues si hay más vecinos, más limitaciones habrá", también en el tráfico. Sobre todo en el centro, que concentra los comercios.
Vivienda social frente a precios desorbitados
Sin embargo, fuentes municipales explican a este medio que las modificaciones urbanísticas no son algo nuevo, sino que vienen de un POUM que se aprobó hace años por una amplia mayoría del consistorio. La crisis económica y la pandemia dejaron parada la construcción de vivienda dirigida a las rentas medias y bajas, pero el gobierno local ya se ha puesto en marcha para dar opciones a las personas que no se pueden permitir pagar una gran superficie.
"Entendemos que siempre puede haber gente a quien no le guste que se construya, pero también hay una necesidad social de nueva vivienda por cambio de sociedad y de tipo de familia", apuntan. Este plan también está enfocado a los jóvenes, ya que Alella cada año "expulsa a unos 100 porque no tienen opción de vivienda". Y es que una de las barreras con las que se encuentran es que el 95% de las propiedades son casas unifamiliares y solo el 5% son pisos y, por ende, tienen unos precios mucho más elevados.
De 10.000 a 11.500 habitantes en 15 o 20 años
Asimismo, desde el ayuntamiento aseguran que el crecimiento de la población será "sostenido" --a 15 o 20 años vista-- y garantizan que no se tocarán las zonas verdes, sino los solares que actualmente están sin edificar, pero tienen propiedad privada. También dicen que todo ello irá acompañado por un plan de movilidad y servicios. Actualmente, Alella cuenta con unos 10.000 habitantes y, con el desarrollo total, esperan alcanzar una población de 11.500 habitantes.
Por su parte, desde la oposición están en sintonía con el espíritu del POUM, que es fomentar el incremento del parque de viviendas plurifamiliares. No obstante, consideran que ha sido "un grave error de diseño urbano la concentración de 200 pisos en un solo lugar" --La Serreta--. En este sentido, el PSC apuesta por repartir las viviendas entre varios barrios del pueblo.
Pese a todo, el gobierno local seguirá adelante con sus intenciones, haciendo "caso omiso" a las casi 1.000 firmas contrarias a esta promoción inmobiliaria. Un plan que, por el contrario, permitirá a muchas personas formar parte de un pueblo, hasta ahora, exclusivo.