El boom de la sanidad privada
Recortes, listas de espera, asistencia en pandemia y rapidez atrapan a 12 millones de españoles
20 marzo, 2022 00:00Si la cobertura de sanidad privada fuese una opción política, sus votantes superarían los 12 millones (25% de la población), con una tendencia alcista desde hace una década, tras recortes, interminables listas de espera y el tsunami de la Covid que han agrietado el rígido e insuficiente sistema público. Y sin indecisos ni descontentos. El 90% la recomiendan, según las encuestas de las aseguradoras.
El último informe del IDIS (Instituto para el Desarrollo y la Integración de la Sanidad) que agrupa al sector, contabiliza 444 hospitales, un aumento de medio millón de pólizas en un año, por un valor de más de 9.000 millones de euros y un crecimiento a un ritmo del 5,1% anual.
Madrid y Cataluña, líderes
El 38% de la población de la Comunidad de Madrid y el 33% de la de Cataluña cuentan con una póliza, la mayoría además de la cobertura pública. Los hospitales privados ya suman 444, representaban el 25% de los ingresos, el 21% de las consultas, el 25% de las urgencias y el 32% de las cirugías.
Las principales razones de quienes se la pueden permitir radican en el cada vez más difícil acceso al sistema público, si se exceptúa el consabido e indebido atajo de las urgencias. Se añaden unas listas de espera de hasta seis meses en algunas comunidades, para acceder a un especialista, exploraciones complementarias o intervenciones quirúrgicas.
Frontón en primaria
La Covid y sus oleadas han elevado las dificultades para contactar con el médico de primaria. Las asociaciones de pacientes denuncian que a veces es imposible incluso establecer contacto telefónico. “Los centros de salud son como un frontón. Parecía algo insólito hace un cuarto de siglo. Hoy ha pasado a formar parte del paisaje”, asegura Manuel Jiménez, médico especialista madrileño.
Los peores momentos de la pandemia, con los hospitales bloqueados, llevaron a muchos a buscar un plan B, como hizo la entonces vicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo en 2020 cuando se contagió. Y se han quedado.
El tumor, a la pública
El último Barómetro realizado antes de la Covid por el CIS para el Ministerio de Sanidad, revelan que la pública es la preferida para quienes requieren intervenciones como un trasplante o de alto riesgo, como las de fémur, o el tratamiento de tumores. Además, los sondeados calificaron casi con un ocho la atención del personal médico y de enfermería.
La rapidez en la atención, y que no sea necesario pedir consulta al médico de cabecera, es determinante para quienes optan por un seguro privado. Uno de cada tres españoles admite en el sondeo que ha tardado más de un mes en poder ser visto por un especialista, y apenas la mitad logró cita para el mismo día o al siguiente en atención primaria.
Dos velocidades
Los partidos políticos de izquierdas defienden a capa y espada la sanidad pública. Los de derechas (incluidos los nacionalistas) por el contrario, apuestan por la privada como un sector que crea empleo y riqueza, aparte de responder a una demanda no bien satisfecha por el Estado.
Los expertos hablan de una sanidad a dos velocidades: de calidad para quien se la pueda pagar y otra, injusta, para el resto de la población. En medio, sobrevive el modelo Muface, que permite a los funcionarios elegir entre provisión pública o privada casi gratis. Se ha salvado de los ataques de Podemos, con un convenio-tregua para los próximos tres años.
Tras lo sucedido durante la pandemia, los grupos hospitalarios privados y aseguradoras sanitarias dicen ver el futuro "con optimismo”. Parece que cuando empresas de telefonía, bancos y compañías de seguros nos ofrecen pólizas es, como dicen los empresarios, porque hay “nicho de mercado”.
Historia clínica estatal
La privada sigue apuntándose tantos. Junto a una telemedicina ágil, la Fundación IDIS, que aglutina al sector, anuncia que este año ofrecerá a los usuarios la historia clínica interoperable en más de 444 hospitales de toda España, con independencia de la comunidad o el grupo que les atienda.
Mientras, un español que viva en Palencia o Barcelona y solo tenga acceso a la sanidad pública, seguirá sin poder compartir su historial clínico, en caso de traslados, vacaciones o accidentes, con los médicos de otras comunidades autónomas. Y dentro en la suya solo en algunas y con serias dificultades burocráticas.
El Ministerio de Sanidad asegura que lleva diez años tratando de “impulsar” este avance, normalizado en gran parte de la UE. Lo frenan la rigidez y los recelos nacionalistas o independentistas argumentando la consabida “invasión de competencias”.