La falsa felicidad de las redes sociales, una fuente de frustración
La positividad aspiracional que se finge en las plataformas puede generar expectativas que conducen hacia la infelicidad
20 marzo, 2022 00:00Alcanzar la felicidad es, probablemente, una de las aspiraciones más comunes y utópicas entre los seres humanos. Esta felicidad aspiracional se ha trasladado también al mundo de las redes sociales, en las que parece que sólo venden los momentos positivos. Esto hace que el espectador se compare con vidas que no son reales, distorsione la realidad y se esfuerce mucho en imitar un determinado estilo de vida para alcanzar el éxito y la felicidad… sin lograrlo, claro, algo que deriva necesariamente en una gran fuente de infelicidad y frustración.
De las expectativas a la frustración
“Las expectativas poco realistas sobre la vida de los demás pueden llevar a que no encontremos nuestra propia felicidad teniéndola a nuestro alcance. Cuando vemos capturas o instantes de las vidas de otras personas cometemos el sesgo de sobregeneralizar, infiriendo, en este caso, una vida repleta de felicidad a partir de una pequeña muestra a la que tenemos acceso. De esta manera, surgen preguntas como: “¿Por qué no soy capaz de conseguir ese estado de felicidad?”, “¿Hay algo malo en mí?” o “¿Estaré haciendo algo mal?”, con la consiguiente frustración, ya que hemos generado unas expectativas poco realistas previamente”, sostiene María Magdalena Orosan, psicóloga y terapeuta de pareja en Psicopartner.
Exponer en redes sociales una perpetua felicidad, ocultando deliberadamente los malos momentos sólo supone tirarnos piedras sobre nuestro propio tejado. “Es obvio que, si pudiéramos elegir, todos escogeríamos estar siempre felices, pero esto no es posible. Hay muchas emociones, como tristeza, ira o frustración, a las que hay que dar cabida y no taparlas, ya que cada emoción tiene una función”, considera Orosan.
La clave de la felicidad
La clave de la felicidad está, para esta psicóloga y terapeuta, “en encontrar caminos marcados por las creencias y valores que nos representan --amabilidad, solidaridad, compasión, etc.--. Para ello, es importante tener proyectos y metas acordes y definir unos objetivos que nos guíen hacia ellos. Podría ser de gran ayuda, en esta búsqueda de la felicidad, preguntarnos quiénes somos, qué nos hace sentir bienestar y alimentar más esos momentos, actividades, las relaciones con nuestras personas queridas, para, de esta manera, convertir estos estímulos agradables en algo duradero, incluso en un estilo de vida”, recomienda.
Para llegar a ello será necesario, continúa la psicóloga, “tener cubiertas necesidades básicas como la comida, un techo, necesidades de seguridad --tener un empleo, vivir en un entorno seguro-- o necesidades de reconocimiento --sentirse valorados--”.
Recompensa inmediata
No obstante, en la sociedad actual, acostumbrada al “lo quiero, y lo quiero ya”, especialmente cuando hablamos de las nuevas generaciones, “la recompensa inmediata puede dificultar la consecución de metas o proyectos a medio/ largo plazo, puesto que caemos en el “consumismo”, nos acostumbramos a tener lo que queremos en ese mismo instante y restamos importancia a otras cosas con más valor, por el mero inconveniente de tener que esperar más para disfrutar de ellas”, apunta la psicóloga Orosan.
“Ya a finales de la década de los sesenta, el psicólogo Walter Mischel llevó a cabo el “experimento de los malvaviscos” “o test de la golosina”. Escogió una muestra de niños y niñas de cuatro a seis años y les ofreció premiarles con una golosina si elegían recibirla en aquel mismo instante, o con una más si esperaban unos minutos. Se observó una correlación importante entre los niños y niñas que habían conseguido aplazar el refuerzo con mayor tolerancia a la frustración, así como menos tendencia a desarrollar conductas adictivas”, detallan desde Psicopartner.
Y es que, aunque suene a tópico, “la felicidad no solo son momentos de gratitud, la verdadera felicidad está en disfrutar del camino hacia nuestros proyectos de vida, y conseguirlos hará que sintamos una alta gratificación”, concluyen.