Los colegios de Cataluña abrieron sus puertas de nuevo el lunes tras el parón de las vacaciones de Navidad, en un momento en el que la incidencia del Covid-19 se encuentra totalmente disparada por la variante ómicron. Durante las fiestas, los contagios no han dejado de subir y los centros educativos también notan el impacto del virus, pues ya hay miles de profesores de baja. Según los datos registrados en la aplicación Traçacovid, ahora hay 6.269 docentes confinados, casi el doble de los que había cuando terminó el primer trimestre (3.209).
Ante esta situación de excepcionalidad, el Departamento de Educación comenzó a hacer nombramientos diarios de sustitutos el viernes para cubrir todas las bajas de cinco días o más en lugar de siete, como se hacía hasta ahora. Desde entonces, la conselleria ha contratado a 4.375 docentes para cubrir las faltas, de los cuales 719 se han nombrado hoy para incorporarse mañana mismo. Aunque celebran esta rápida actuación, los sindicatos del sector alertan de que las bolsas de trabajo de algunas especialidades ya se están agotando.
Un 30% de bajas sin cubrir
La portavoz de USTEC·STEs, Iolanda Segura, ha explicado a Crónica Global que Educación comienza a tener problemas para cubrir a todo el personal que se encuentra confinado. De hecho, el sindicato denuncia que cerca del 30% de los nombramientos de docentes no se han podido cubrir: “Hay mucha gente de la bolsa de trabajo que ha tenido que rechazar una sustitución por estar contagiada”. El sindicato mayoritario entre los docentes catalanes ha contabilizado un total de 423 plazas sin cubrir en la comunidad.
Por su parte, la responsable de Salud Laboral de Educación de CCOO, Mirnaya Chabás, ha expresado a este medio que parte de esta dificultad para encontrar personal también se debe a la alta complejidad de ciertos perfiles que se buscan. Por ejemplo, “quieren que además de ser profesor de lengua catalana sepan inglés, de modo que concretan tanto que es muy complicado encontrar gente que cumpla todos los requisitos”, lamenta.
“Lo peor aún está por venir”
De este modo, desde ambos sindicatos prevén que los próximos días van a ser “muy difíciles” para el sector educativo. Es más, Segura afirma que “lo peor aún está por venir”, ya que las aulas son “un polvorín” y las ve como un foco de contagios que va a continuar al alza, sobre todo teniendo en cuenta que los menores de 12 años todavía no han recibido la pauta completa.
De hecho, señala que se está creando un problema de gestión muy grave: “El Departamento de Servicios Territoriales [que gestiona las contrataciones] no da abasto porque no está preparado para asumir este incremento de trabajo y seguramente los sustitutos no cobrarán a final de este mes porque no da tiempo de cerrar las nóminas”.
Más inseguridad con el nuevo protocolo
Por otro lado, ambas entidades han criticado que la Comisión de Salud Pública acordara el viernes pasado modificar el protocolo de cuarentenas, a escasos dos días del inicio del segundo trimestre, con el objetivo de garantizar la presencialidad. En lugar de confinar una clase cuando se dé un positivo, ahora debe haber cinco o más casos o una afectación de más del 20% del aula en un periodo igual o superior a siete días para que todo el grupo deba aislarse durante una semana, una decisión que también fue criticada por la Consejería de Salud.
“Esta situación es muy inquietante e incrementa la inseguridad, ya que no sabes hasta qué punto estás o no en peligro en un aula en la que haya habido algún positivo”, señala Chabás. Ante estos hechos, los profesores deben extremar todavía más las medidas de protección, lo que supone “una angustia añadida a una situación que ya es demasiado difícil para todos”, añade. En esta línea, tanto CCOO como USTEC·STEs defienden que deberían haber esperado a que la incidencia epidemiológica bajara antes de aplicar cambios.
Reclaman la tercera dosis y mascarillas FFP2
En un momento en el que el riesgo de rebrote se sitúa en los 4.040 puntos en Cataluña y los colegios ya acumulan 133.311 positivos desde el inicio del curso escolar, ambos sindicatos coinciden en que el profesorado debería estar recibiendo la tercera dosis de la vacuna. “No somos esenciales como los sanitarios, pero se nos debería considerar un colectivo prioritario por las circunstancias en las que trabajamos en las escuelas”, apunta la portavoz de USTEC·STEs.
Asimismo, los profesores reclaman que Educación les proporcione mascarillas FFP2 para protegerse del virus. “Nos dan dos o tres de las higiénicas de tela y con ellas tenemos que pasar varias semanas”, explica Iolanda Segura, que subraya que esos cubrebocas no están surtiendo efecto porque están “cayendo como moscas”. Por ahora, todo el personal del centro continúa llevando a cabo un sobreesfuerzo que Chabás recuerda que, a la larga, les pasará factura.