El repunte de contagios por la sexta ola del Covid-19 vuelve a tensionar la atención primaria en Cataluña. La llegada de la variante ómicron, que es mucho más infecciosa y ya aporta más del 50% de los casos en Barcelona, ha disparado las visitas por el virus. Según los últimos datos actualizados por el Departamento de Salud, ayer se atendió a 40.094 personas en los Centros de Atención Primaria (CAP), una cifra que no se daba desde julio, en plena quinta ola.
Estos hechos han llevado al Instituto Catalán de la Salud (ICS) a reajustar las agendas de sus sanitarios, que vuelven a “aplazar las urgencias no emergentes” y priorizar las visitas por coronavirus, vacunación, seguimiento de embarazo y posparto, revisiones de neonatos y atención urgente no demorable. Según ha explicado a Crónica Global el vicesecretario del sindicato Metges de Catalunya, David Arribas, toda esta situación que se vive en la primaria desde hace meses ha llevado a los profesionales al límite: “Vienen a trabajar llorando porque acumulan un agotamiento mantenido que les supera”.
Más faena con menos personal
Al hecho de llevar casi dos años de pandemia con un sistema sanitario saturado y vivir unas fechas en las que los positivos se encuentran disparados se le suma la falta de una parte del personal, que se encuentra de vacaciones por Navidad. “Esto será un drama porque, si ya vamos desbordados, ahora lo iremos más porque tendremos que asumir toda la faena entre menos sanitarios”, lamenta el también médico del CAP Manso.
Desde los sindicatos sanitarios insisten en que llevan años alertando de que esto es un problema de “deficiencia del sistema” --que desde los recortes se encuentra bajo mínimos--, que ha sido “magnificado por el Covid”. Así, pues, alertan de que la sanidad pública se encuentra “aturdida”, lo que hace que en situaciones como la que vive ahora no se pueda atender a la magnitud de demanda que llega: “El desgaste mental es muy grande, porque doblamos horas para suplir la ausencia de un compañero que no ha sido contratado”, expone Arribas.
Refuerzo sanitario con estudiantes
Ante esta situación, la Consejería de Salud ha anunciado que facilitará a las entidades proveedoras de servicios sanitarios la contratación de estudiantes de los dos últimos cursos de Enfermería y Medicina como refuerzo para estas fechas. Metges de Catalunya celebra la llegada de “todo lo que sean manos capacitadas que ayuden”, siempre y cuando sean tareas sencillas y se les especifique al máximo el rol que desarrollarán.
No obstante, su vicesecretario recuerda que estos jóvenes “todavía no tienen aún asentados unos conocimientos médicos y una sensibilidad que son muy importantes” para el oficio, por lo que necesitarán estar siempre supervisados por profesionales. Es ahí donde Arribas considera que se encuentra el problema, ya que teme que no puedan disponer de tiempo suficiente para enseñarles. Si de por sí ya están “saturados”, esto abre un debate sobre si tener que explicar a estos estudiantes los conocimientos que aún no han adquirido en un momento con tanta demanda de visitas quizá les dificulta más la faena en lugar de facilitársela.
“Reunirse implica contagiarse”
Con todo, el médico prevé que la sexta ola continuará al alza durante estas semanas, ya que la gente va a juntarse con la familia por Navidad y “reunirse implica contagiarse”, advierte. Hace un año, el riesgo de rebrote se situaba en 335 puntos, mientras que la cifra de este viernes era casi cuatro veces mayor: 1.264. A pesar de ello, la presión hospitalaria es más baja gracias a la vacunación: hay 1.359 pacientes ingresados frente a los 1.580 de 2020 en estas fechas.
De todos modos, el doctor Arribas avisa que los próximos días este dato empeorará, ya que los casos graves que requerirán hospitalización de personas que se contagien estos días aparecerán más adelante. “Esto volverá a tensionar el sistema y los sanitarios tendrán que volver a doblar y perder su derecho al descanso, algo que no se puede consentir porque también merecemos desconectar”, sostiene.
Vuelve el miedo colectivo
Con el empeoramiento de los datos epidemiológicos y el regreso de ciertas restricciones en la comunidad ha vuelto también el miedo colectivo entre una parte de la población. Con ello, Arribas teme que la gente más mayor y vulnerable ante el virus vuelva a ver los centros de salud como un lugar inseguro. “Esto podría hacer que dejen de acudir en casos de urgencia, lo que agravaría el estado de salud de enfermos crónicos o podría hacer que no se detecten patologías a tiempo”, lamenta.
De lo que no hay duda es que socializar más durante las fiestas va a hacer que estemos más expuestos al virus y, por tanto, haya más posibilidades de contagio. Por tanto, el doctor pide “ser cuidadoso y tomar todas las medidas posibles”, como hacerse un test de antígenos antes de las reuniones. Aunque hay que ser conscientes de que el resultado no es 100% seguro porque puede haber falsos negativos, reconoce ayuda a detectar positivos. Con todo, ve “difícil” prever cómo van a ir estas Navidades, pero espera y desea "que esta ola sea corta y no se nos escapen otras patologías por el Covid”, concluye.