Un aula, en la Escola Puigberenguer, en Manresa / ESCOLA PUIGBERENGUER

Un aula, en la Escola Puigberenguer, en Manresa / ESCOLA PUIGBERENGUER

Vida

Revolución de clases medias en Manresa

Padres y madres piden plaza para sus hijos en primaria en escuelas de “alta complejidad” por “responsabilidad social”

8 marzo, 2021 00:00

Padres y madres concienciados, que saben que sus hijos pueden aprender y aportar más en clases con otros niños de orígenes diferentes, que viven en entornos familiares más complicados. Se trata de “responsabilidad social”, ante una realidad muy compleja en muchos municipios catalanes. Es el caso de Manresa. De las 13 escuelas públicas que ofrecen primaria, siete se califican de “alta complejidad”, un eufemismo que indica que se trata de escuelas con una fuerte presencia de niños de origen inmigrante o con problemas de atención. Con las clases medias en disputa, porque las escuelas concertadas las necesitan y las quieren, un puñado de familias en Manresa han decidido hacer una especie de revolución y han utilizado su derecho de elección para llevar a sus hijos a esas escuelas “complejas”.

“Si tenemos capacidad de elección, esa es nuestra propuesta, nuestro margen para actuar”, señala Yolanda Delgado, una madre que forma parte de la Xarxa de Famílies de les Escoles Públiques de Manresa (XAFEP), que, de hecho, ella impulsó junto con otros padres y madres para conocer la realidad de la escuela pública y tratar de hallar soluciones para el conjunto de la comunidad escolar. “Hay prejuicios, y hemos querido superarlos”, señala Delgado, en conversación con Crónica Global. "Lo importante es romper esos prejuicios y hacer a los hijos que esa convivencia entre todos es necesaria, y la visita a las escuelas, para conocer todas esas realidades, es fundamental", añade Delgado.

Convivencia social, en el presente y en el futuro

Las reuniones informativas de esa asociación interesaron a muchas familias, que conocieron qué pasa exactamente con la “segregación escolar”, uno de los problemas principales de la educación en Cataluña. Pero tras la información, ¿qué hacer? Uno de los padres que quisieron actuar fue Martí Prats, quien señala a Crónica Global que “había posibilidades para cambiar y se han buscado, con la preinscripción en esas escuelas de alta complejidad”. Son padres y madres de clase media en Manresa que entienden que tienen una “responsabilidad social” y que ven ventajas para sus hijos. Durante su vida, la convivencia con todos los ciudadanos de Cataluña será necesaria y es mejor, consideran, para todos los colectivos, que esa relación se establezca cuanto antes, en las aulas, y en edades escolares.

Vista del patio exterior del Instituto Pau Claris en Barcelona / CG

Vista del patio exterior del Instituto Pau Claris en Barcelona / CG

El problema es que la Administración no acaba de acompañar a esas familias, pese a que el consejero de Educación, Josep Bargalló, ha buscado una solución para superar la segregación escolar, con un decreto de inscripción que ha molestado a la escuela concertada. Se trata de una batalla incipiente, que todas las partes tratan de evitar, pero que en los próximos años puede acabar en un choque frontal. ¿Por qué?

Contra los prejuicios

Dependerá de la decisión de esas clases medias, de su atrevimiento, aunque no cuenten con el favor de la Administración. Las familias en Manresa que optan en la preinscripción por las escuelas de alta complejidad han recibido críticas por parte de la escuela concertada, que no entiende que esa opción no se planteara en las reuniones de la asociación. La clase media como clientela, como buenos clientes para una escuela que necesita ese aporte para cada curso escolar, se encuentra entre la espada y la pared. La concertada corteja a esas familias, y estas, en muchos casos, prefieren lo ya conocido, manteniendo esos “prejuicios” a los que se refiere Yolanda Delgado.

Martí Prats insiste en que si se ofrece la capacidad de elección, entonces se plantea una responsabilidad, y es la de comprar y optar. Y es que en el caso de esas escuelas públicas en Manresa los proyectos pedagógicos “han gustado, son buenos”, y la cuestión es que la complejidad social ahuyenta la entrada de niños y niñas de esas clases medias, que se preinscriben ahora para el primer curso de primaria. “Hay que dar el paso”, señala Prats, consciente de que la situación se puede revertir, teniendo en cuenta otras experiencias, como la del Instituto Pau Claris, en Barcelona, que contó con el apoyo de una serie de familias que quisieron apostar por el centro, que tenía un porcentaje muy elevado de inmigración.

Sin capacidad de elección

Lo que llevan a cabo esas familias coincide con lo que ha propuesto la Comisión de Estudio para la Situación de la Segregación Escolar en Manresa, que ha presentado hasta 93 propuestas para la equidad. “Sería deseable que todos los centros tuvieran una composición social parecida”, señalaba, desde la constatación de que sucede todo lo contrario. La realidad es que en el ámbito político las diferencias se establecen entre centros públicos y concertados, con una batalla total por parte de fuerzas políticas en contra de la concertada, como la CUP, sin valorar que esas diferencias, como señalan los expertos –Fundació Jaume Bofill— se produce en el seno de cada red.

En la pública hay enormes diferencias, porque esas clases medias y medias altas eligen el centro que más les conviene y las familias más desfavorecidas no saben ni que pueden elegir, con lo que sus hijos se inscriben en las mismas escuelas, que suelen ser homogéneas: con menos recursos económicos y procedentes de la inmigración. Es decir, dan pie a la segregación escolar.