Pfizer-Biontech, Moderna y AstraZeneca son las empresas farmacéuticas que han anunciado ya que están dando los últimos pasos para iniciar la comercialización de la vacuna contra el Covid-19. Y todavía falta por saber en qué grado se encuentran los ensayos clínicos que se están desplegando en varios países, España entre ellos. Pero, más allá de las buenas noticias, los especialistas consultados coinciden en que las empresas del sector han iniciado una carrera para ganar dinero y el premio Nobel.
En la actualidad, se están desarrollando más de 169 vacunas contra el SARS-CoV-2 en todo el planeta. 26 de ellas se encuentran en fase de ensayos en humanos, según los datos de la Organización Mundial de las Naciones Unidas (OMS), y 15 están en las últimas fases de la investigación. La competencia por hallar un antídoto válido está causando el efecto contrario al que surgió en primera instancia cuando se dio a conocer el descubrimiento de las primeras vacunas con un alto porcentaje de efectividad. La cura es el objetivo que buscan los virólogos, pero llegar el primero a la meta de la comercialización es el leitmotiv de la industria farmacéutica.
"Un gran pastel a repartir"
Alberto Bosch, catedrático del Departamento de Microbiología de la UB y presidente de la Sociedad Española de Virología, señala en conversación con Crónica Global que la pugna por anunciar el éxito de la vacuna antes que nadie radica en que “para la industria farmacéutica, como cualquier otra industria, su primera finalidad es ganar dinero”. Además, considera que el hecho de que tantas empresas del sector estén dedicando tanto tiempo y tanto esfuerzo en ello se debe a que “hay un pastel muy grande a repartir”.
Por su parte, José Antonio López Guerrero, profesor titular de Microbiología en el Departamento de Biología Molecular de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), apunta que ya se está barruntando que existe una carrera paralela por conquistar premios de enorme prestigio. “A mí, como virólogo, me han sorprendido estas prisas, e insisto en que hay que esperar al verano del año que viene para que al menos gran parte de la población esté ya vacunada”, reconoce. A la vez, señala que en el mundo profesional “ya se está hablando de que quien antes llegue al mercado obtendrá algún tipo de premio. Se está hablando del Premio Nobel y no me extrañaría que si algunas de ellas funcionan puede que acaben llevándoselo varias compañías farmacéuticas”.
Convencer mejor que imponer
La carrera por comercializar la vacuna contra el Covid solo ha conseguido generar desconfianza en la población española, que en un porcentaje mínimo (13%) estaría dispuesta a aplicársela de forma inmediata, según estudios recientes. El doctor Bosch está en contra de inyectarla obligatoriamente porque “éticamente no es posible”. “Es aconsejable, pero no se puede obligar a la gente a vacunarse”, añade. Coincide en este punto de vista el profesor López Guerrero. “Yo no creo que la vacuna deba ser obligatoria; pienso que es mejor convencer a la sociedad de lo importante que es que se alcance la inmunidad de rebaño para salir de este túnel. Solo si ocurriera una hecatombe y si la cobertura de la vacuna fuese muy pequeña, se deberían tomar medidas más contundentes”, argumenta.
El docente de la UAM reconoce que hay cierta verdad en que ha habido gente que ha hablado de más a la hora de valorar la situación. “La desinformación cruzada que se está dando en los medios y por parte de algunos científicos que no son virólogos, inmunólogos ni epidemiólogos están alarmando a la sociedad. Hay que dar mensajes claros y optimistas porque no nos queda otra. Los investigadores están siguiendo los cauces reglamentarios, pero es cierto que a veces se está dando información interesada y hay personas sin la formación necesaria para hacerlo que se atribuyen unas potestades que no les competen”, explica.
Investigación en paralelo
Los gobiernos de todo el mundo están tratando de hacer acopio de millones de dosis para vacunar a la mayor parte de sus habitantes y alcanzar la inmunidad de rebaño, pero es precisamente esa proliferación de vacunas en tan poco espacio de tiempo la que está generando dudas en la población. López Guerrero entiende que hay una razón lógica para explicar esta cascada de vacunas. “La inversión que se está haciendo en vacunas, tanto por empresas, farmacéuticas y gobiernos, no tiene comparación en la historia de la humanidad. También es cierto que estamos viviendo una situación que tampoco tiene comparación, salvo con la gripe española de 1918, pero las circunstancias sociosanitarias, culturales y científicas no tienen nada que ver”.
En su opinión, el punto de partida fue la aparición repentina de la pandemia. Desde entonces, “las compañías farmacéuticas han estado trabajando todas en paralelo, mirándose de reojo unas a otras, siguiéndose los pasos y acortando los plazos solapando etapas”. Desde su experiencia, esto también tiene su lado negativo. “Esto antes llevaba meses y años porque había que compilar todas las pruebas de las diferentes fases y estudiarlas. Ahora todo eso se hace en paralelo, incluso la fase de producción de las vacunas. Por eso los gobiernos están planteando ya cómo va a ser la distribución cuando las agencias de medicamentos no han dicho todavía la última palabra sobre la efectividad de todas las vacunas”. López Guerrero sospecha que al final es posible que no todos los competidores lleguen a la meta. “Puede que en el último momento se caiga alguna de ellas porque todas están arriesgando mucho”, advierte.
La opción española
El doctor Bosch reconoce que no está al tanto de todos los detalles de cada vacuna susceptible de salir al mercado, pero en su opinión “la de Moderna y Pfizer tienen buena pinta sobre el papel”, aunque advierte de que estas “se utilizan por primera vez en humanos”. Eso sí, el hecho de que necesite ser conservada en ultracongeladores “es una limitación importante” porque “grandes hospitales y laboratorios sí pueden disponer de ellas, pero es impensable encontrarlas en los centros de asistencia sanitaria”. El catedrático Alberto Bosch también tiene esperanzas en la vacuna de Oxford, “con la que ya se hizo alguna aproximación con el virus del ébola”, pero asegura que tiene “mucha fe en la de Luis Enjuanes e Isabel Sola, que es más compleja y llegará más tarde”. Esta vacuna tendrá “una respuesta inmune más cercana a la real”, observa. El catedrático de la UB se refiere a la vacuna que se está desarrollando en el laboratorio del Centro Nacional de Biotecnología (CNB/CSICN), de la que muchos expertos aseguran que será la más eficaz.
Por último, sobre el anuncio del Gobierno y de la Generalitat de establecer un plan de acción único para la vacunación, el doctor Bosch no pudo ser más elocuente: “Se hacen con fines electoralistas, es inevitable por la utilización política de las vacunas”. En cambio, su homólogo de la UAM lo valora positivamente: “El gobierno debe asumir el papel de coordinador central a la hora de repartir o decidir cómo se va a hacer efectiva esa vacunación, priorizando sobre todo al personal sanitario y a las personas mayores vulnerables. De lo contrario, puede ocurrir como ha sucedido con las medidas de prevención y protección, que hay tantas no ya como comunidades autónomas, sino como ciudades”.
Una respuesta para cada virus
El profesor López Guerrero explica por qué están apareciendo tantas vacunas contra el Covid-19 y en cambio para enfermedades como el sida aún no ha cristalizado ninguna. “Hay virus, por su forma de infección, que mutan mucho, como es el caso del virus de la gripe; otros son complicados de cultivar, como el de la hepatitis C, mientras otros crecen muy bien. Depende de muchos factores que la respuesta inmunológica sea protectora y sea eficaz".
"Hay virus como el dengue --continúa-- del que se descubrió que la vacunación podría exacerbar los efectos de la infección. Y el VIH es un virus muy especial porque lo primero que hace es atacar a las células que nos tienen que proteger contra las infecciones". "Cada virus tiene su estrategia y algunos consiguen mantener el sistema inmunológico a raya y en otros casos afortunadamente es el sistema inmunológico que el que consigue mantener a raya la infección”, resume el científico.