El riesgo de las patrullas vecinales en tres actos: Premià de Mar, Mataró y Trinitat Vella
Residentes se organizan contra robos y ocupaciones y expulsan a jóvenes migrantes, a quienes acusan del repunte de la delincuencia
16 junio, 2020 00:00Primero sucedió en el barcelonés barrio de Trinitat Vella, luego en Mataró y ahora en Premià de Mar. Frente a la percepción del aumento de la inseguridad durante la desescalada, especialmente robos y ocupaciones de viviendas, vecinos se han agrupado bajo las denominadas patrullas ciudadanas para tomarse la justicia por su mano y expulsar a los presuntos delincuentes. En ocasiones, los señalados son jóvenes migrantes.
Así sucedió este domingo en Premià de Mar, cuando medio centenar de vecinos la emprendieron a pedradas contra un piso ocupado por tres chicos. Unos incidentes que se han saldado con cinco mossos d’Esquadra heridos, pese a que, por el momento, no se han efectuado detenciones. Fue poco antes de las 23:00 horas cuando un grupo de residentes se concentraron ante una vivienda de la avenida Lluís Companys y hasta el lugar se desplazaron numerosas dotaciones de la policía, incluyendo efectivos de orden público. Tras el altercado, los agentes trasladaron a los jóvenes a un albergue de otra población para evitar más incidentes, ante el aplauso de los vecinos. Por su parte, el alcalde del municipio, Miquel Àngel Méndez (JxCat), ha rechazado la motivación racista del ataque y ha tildado de “intolerable” lo sucedido.
Patrullas frente a la inseguridad
Ante la formación de estas patrullas vecinales, Interior se limita a señalar que su función como departamento es la de "hacer cumplir las leyes para que nadie se tome la justicia por su mano”. Desde el sindicato de Mossos SAP-FEPOL, su portavoz, Imma Viudes, constata que surgen como una respuesta de la ciudadanía frente a la necesidad de protegerse. “Lo que pone en evidencia es, sobre todo, la dificultad por la que pasa el sistema de seguridad público”, apunta.
“A pesar de que lo entendemos, es evidente que, tanto por la falta de formación como de herramientas, al final lo que pretenden evitar puede acabar generando un mal mayor. Se exponen físicamente a un delincuente, y tampoco tienen garantías jurídicas”, advierte, e indica que es la policía la que tiene que hacer frente al aumento de la delincuencia y para ello se necesita inversión en seguridad pública. “El ciudadano no tiene que pagar la factura”, añade.
Ocupaciones de viviendas
Para el primer edil --que ha remarcado que “cualquier acto de violencia es denunciable e incomprensible”--, lo ocurrido "se veía venir", pues los vecinos habían denunciado repetidamente, sin éxito, "robos e intimidaciones". El incidente de este domingo, Méndez lo achaca a tres motivos: la deficiente atención a personas inmigrantes, las "facilidades" que tienen los ocupantes de viviendas y la "tibieza" del Código Penal ante los reincidentes en delitos menores. En una concentración la tarde del lunes, algunos vecinos han subrayado que no se trata de “racismo, sino de seguridad”.
Aunque los datos de Interior recogen que la delincuencia en Premià ha bajado durante los últimos meses --el 15,2 % en el último año--, fuentes municipales apuntan que, “sin cuantificar”, sí se ha producido "más movimiento" delictivo desde el inicio de la desescalada, lo que motivaría las quejas de los habitantes del municipio. Eso sí, el alcalde ha tildado de "lamentable" que se constituyan "patrullas ciudadanas" al margen de la legalidad y ha recordado que “solo las fuerzas y cuerpos de seguridad tienen potestad para actuar y hacer prevalecer la justicia”. Según indican desde el consistorio, trabajan para reforzar la seguridad, con medidas como el incremento de la presencia policial en la calle y la coordinación con el cuerpo de Mossos, que ahora trata de identificar a los responsables de los altercados.
Mataró y Trinitat Vella
Ante una oleada de robos en comercios, asaltos a ancianos, y ocupaciones durante las últimas semanas, también vecinos de Mataró se han agrupado bajo patrullas vecinales. Eso sí, se desmarcan de lo sucedido en Premià, y señalan que ellos “no promueven ni han promovido ningún acto de violencia”, aunque admiten que “la inactividad de la justicia hace inevitable hechos” como los que se vivieron en la avenida Lluís Companys, donde vecinos apedrearon el piso ocupado. El alcalde de la capital del Maresme, David Bote (PSC), ha reclamado al Departamento de Miquel Buch que aumente la presencia de efectivos, ante un repunte de la delincuencia del 4%. La respuesta de Interior ha sido esperar a la nueva promoción de agentes.
Una situación similar se dio en Trinitat Vella a finales del pasado mayo, cuando un grupo de residentes decidió tomarse la justicia por su mano y expulsar a un grupo de jóvenes, también migrantes, de una casa okupada, a los que señalaban como autores de robos e intimidaciones a otros vecinos. La intervención de antidisturbios de la policía autonómica impidió que el enfrentamiento entre dos grupos; quienes defendían a los residentes y los que pretendían echarlos, en el que se registró "algún lanzamiento de objetos e identificaciones", fuera a más.
Prevención para disuadir al delincuente
Estas agrupaciones de vecinos surgen, como indica Viudes, ante la falta de inversión en seguridad pública durante la crisis. “El modelo de hace una década, eminentemente preventivo, era muy disuasorio de cara al delincuente. Y, aunque se está recuperando, se ha ido perdiendo en los últimos años”, apunta. La consecuencia de esta falta de inversión ha sido la respuesta ciudadana, tal como también sucedió el pasado verano en poblaciones del Maresme como Dosrius.
Con la incorporación de cerca de 2.000 nuevos efectivos --450 que ahora acaban prácticas, 750 que las empiezan, y otros 750 en camino--, se espera revertir esta situación. De cara al verano, también aumentarán los agentes destinados en poblaciones de costa. Un parche que se lleva a cabo cada año, frente al aumento de los residentes que se trasladan a segundas residencias.