Revuelta en uno de los mejores colegios internacionales de Barcelona. Cerca de 400 familias de alumnos del Liceo Francés de Barcelona (LFB) se han levantado en armas contra la caída de la calidad educativa en la institución y contra el empeño de la gerencia en cobrarles el --caro-- trimestre pese al estado de alarma y a que sus retoños apenas reciben contenido lectivo. El conflicto se ha empozoñado y amenaza con acabar en los tribunales, pues la gerencia del Liceo no cede y pretende cobrar los casi 1.700 euros que vale un solo trimestre en esta prestigiosa institución.
Lo explican padres y madres de alumnos del campus con sede en la calle Bosch i Gimpera del distrito de Sarrià-Sant Gervasi de la Ciudad Condal. "No hacen el menor gesto para empatizar con la crisis económica que estamos sufriendo y se resisten a rebajar cuotas y no hacen enseñanza online: nos mandan fichas para que les hagamos hacer los padres a los niños, es decir, una tortura", señalan las familias consultadas. "Las madres nos convertimos en maestras sin tener tiempo para teletrabajar. Mi hijo, que está en Primaria, solo recibe una hora de clase online a la semana. El resto son fichas aburridísimas que corregimos nosotros mismos. Los más pequeños reciben apenas 30 minutos de videoconferencia semanal con los profesores", detalla la misma fuente.
"Prepotencia"
Hay más. Además de caer en picado la provisión de contenidos, el Liceo Francés, un colegio muy arraigado en Barcelona y que cuenta con prestigiosas familias en su nómina de expadres de alumnos (Iñaki Urdangarin y la Infanta Cristina; los Palatchi; los Puig; Artur Mas, Joan Laporta, entre otros) muestra "prepotencia". Es lo que sostienen las familias, que lamentan que "los españoles parece que tengamos que dar las gracias por estar allí, cuando somos las que mantenemos el colegio y a los niños becados franceses --el Liceo es parte de la red pública francesa para los súbditos de este país que viven allende las fronteras del estado galo--. Por todo esto, muchas familias van a dejar el cole el año que viene y, de momento, les da igual", avisan.
"Para no mover un dedo a nivel de bajar cuotas, se amparan en decir que dependen de la AEFE (agencia para la enseñanza francesa en el extranjero), pero otras escuelas francesas están rebajando cuotas", agregan. ¿Ejemplos? El Collège Ferdinand de Lesseps, el decano de Barcelona --vinculado al Instituto Francés--, que ha rebajado la tarifa trimestral un 20% por la reclusión dictada con el estado de alarma contra la pandemia. O el Lycée Français de Gavà Bon Soleil, que ofrece contenidos online diarios y actualizados. Ambos están concertados con la AEFE y se han adaptado al encierro por la pandemia, a diferencia del esclerótico Liceo Francés de Barcelona (LFB), que está pagando su estructura funcionarial y burocratizada.
Asoma un conflicto diplomático
El cabreo de las familias del Liceo Francés, que incluye a más del 15% del total de alumnos, amenaza con generar un conflicto judicial y político. La pugna en demanda de una rebaja del trimestre (que cuesta cerca de 1.700 euros, por entre 5.200 y 5.700 euros todo el curso) acabará ante un juez si el director o proviseur del centro, Dominique Duthel, no cede y halla una vía de conciliación.
Hasta el momento el directivo no lo ha hecho y solo ha ofrecido "estudiar caso por caso" a las familias que han incurrido en dificultades económicas por el impacto de la pandemia sobre el empleo. Es insuficiente. Así lo ve Maria, otra madre del colegio que se ha puesto en contacto con este medio. "No es que nos neguemos a pagar, es que lo que no queremos es abonar una cantidad por un servicio que no dan. Las profesoras están disponibles si contactas con ellas, sí, pero es que no hay clases. Les envían deberes a los niños que tienes que hacer tú con ellos y corregirlos también. Esto no es serio", avisa la denunciante.
Según ella, "tiene conocidos con hijos en otros colegios internacionales de Barcelona que han respondido con mucha más cintura". ¿A qué se refiere? "Están conectados diariamente con sus profesores, que les imparten los contenidos mediante clases con el portátil, el sobremesa o incluso una tableta. Es inconcebible que el Liceo Francés haya sido incapaz de poner en marcha un programa de educación a distancia", se queja. De hecho, su demanda de una rebaja ya ha ocurrido con pequeños de otras instituciones educativas de élite de la segunda mayor ciudad española. Competidores del LFB ya lo hacen. Cualquiera que fueren las peticiones de las familias, éstas ya han llegado a la cúpula del colegio, a la AEFE y hasta la Asamblea nacional francesa, que está debatiendo cómo garantizar la viabilidad de sus centros educativos en el exterior y, a la vez, mantener la calidad educativa durante los confinamientos.
Aumenta la competencia
En España, la negativa del Liceo Francés de Barcelona a rebajar precios a 3.000 familias de alumnos guarda relación con el hecho de que el colegio necesita ingresos. No en vano, la prestigiosa institución educativa, que antaño gozaba de una posición única en la Ciudad Condal, ve ahora como campus internacionales rivales le están robando alumnos. ¿Cuáles? La Benjamin Franklin International School; la decana American School of Barcelona; la British School o la Oak House School para aprendizaje en inglés. El Colegio Alemán para currículum con lengua germánica o la propia EF Ferndinand de Lesseps en lengua francesa. Ante ello y según las fuentes consultadas, la escuela paraministerial ha tenido que hacer un esfuerzo de marketing para evitar la pérdida de alumnos, algo que en el pasado era impensable.
No ayudó al Liceo Francés de la capital catalana, como tampoco al de Madrid, el hecho de que el Ministerio francés de Asuntos Exteriores recortara presupuesto en 2017. El tijeretazo del departamento a la AEFE provocó una huelga masiva de profesores y ahondó en la pérdida de reputación de las escuelas. Es por ello que se cree que los centros se niegan a rebajar un céntimo de sus costosas tarifas: su cuenta de resultados sufriría. Máxime cuando viene el LFB de emprender dos grandes inversiones: la construcción del nuevo edificio de Maternelle en la calle Munner y un nuevo acceso de diseño en el campus principal de Bosch i Gimpera, necesario tras los atentados terroristas de Niza en 2016, pero que ha terminado ganando un premio FAD de arquitectura. Pese a estas inversiones los padres argumentan, y lo hacen con poderosas razones, que no pueden pagar por un servicio que no se les presta. Y están dispuestos a llegar hasta donde haga falta.
Esta información se ha elaborado sin la versión del Liceo Francés de Barcelona, que ha rechazado informar sobre el conflicto.