Crimen de la Guardia Urbana: el padre de Rosa Peral niega que su hija le pidiese que mintiera
Asegura que jamás ha comentado con ella el suceso porque nunca se ha metido "en su vida matrimonial"
4 febrero, 2020 18:21Segunda jornada del conocido como crimen de la Guardia Urbana. En esta ocasión, el padre de Rosa Peral, acusada junto a Albert López por el asesinato de Pedro Rodríguez en 2017, ha negado que su hija le pidiera que mintiera, al tiempo que ha reconocido que nunca ha hablado con ella de este suceso porque jamás se ha metido en "su vida matrimonial".
Por otra parte, el padre de Peral ha cambiado su versión cuando ha declarado que se "equivocó" al testificar ante la policía que vio a su yerno en casa el día después del crimen. "Yo pensaba que era Pedro", ha sostenido este martes sobre la persona que vio en el domicilio de Rosa el día después de los hechos antes de especificar que fue más tarde, cuando preguntó a su hija, que ésta le dijo que se trataba de un vecino.
El coche rojo
Además, según su versión, el día que Pedro fue asesinado lo habían pasado en familia en casa de la víctima, con quien mantenía una relación "muy estrecha". Esta fue la última vez que supo del fallecido, de cuya muerte se enteró, ha dicho, por una compañera de trabajo de Rosa. De hecho, Rosa Peral le contó, al día siguiente, que Pedro "se había enfadado y se había ido", y no mostró ningún comportamiento diferente, ni presentaba heridas ni rasguños.
El único detalle que le llamó la atención la noche del crimen (1 de mayo) fue un coche rojo aparcado en la puerta de Rosa que "aceleraba" de una forma "extraña", el mismo vehículo que vio de nuevo el día 4 de mayo. El padre ha indicado también que esa noche, después de haber estado en el parque por la mañana con sus nietas, Rosa le pidió que hiciera de canguro de las niñas y se marchó en el mismo coche rojo que había visto dos días atrás. Se trata del BMW de Albert López, a quien no había visto en su vida.
Tres ciclistas
Antes del padre de Rosa, han testificado tres ciclistas que vieron el coche de Pedro quemado en una pista forestal en las inmediaciones del pantano de Foix, donde Rosa y Albert –para quien la Fiscalía pide penas de prisión de 25 y 24 años– presuntamente le prendieron fuego para deshacerse del cadáver.
Uno de ellos ha explicado además que vio unas llaves en el suelo y que las recogió para llevarlas a un concesionario, pero antes de hacerlo acabó llamando al teléfono de emergencias 112 porque vio en televisión la noticia de que habían localizado ese mismo vehículo con un cadáver dentro.
Mímica para explicar lo ocurrido
También ha intervenido la pareja del exmarido de Peral, que ha tratado de explicar las revelaciones que la hija de la sospechosa, menor de edad, le hizo sobre la noche de los hechos. Sin embargo, el magistrado ha cortado y frenado la pregunta del fiscal –ya que la niña se acogió al derecho de no declarar contra su madre, y no se puede "sustituir" a través de otros testigos–, aunque ha aceptado que se expresara con mímica.
Así, con gestos, la pareja del exmarido de la acusada ha imitado la mímica que le hizo la niña: ha mostrado un agarrón en el cuello, que Pedro R. se movía como un robot hacia abajo y que Peral se limpiaba la "sangre", apreciación esta última que el magistrado también ha inadmitido.
El exmarido de Peral
Finalmente, ha declarado el exmarido de Rosa Peral, un mosso d'esquadra que ha explicado que comenzó su relación con ella en el año 2000 y que se casaron en 2013, aunque en el mismo año comenzó a sospechar que ella le era infiel por su "actitud" y a raíz de unas fotos íntimas en las que aparecía junto al acusado Albert López.
En verano de 2016, halló una foto en el mismo armario en la que aparecía Peral, sus dos hijas y López en el museo del Camp Nou, momento en el que dejó de creer en su "proyecto de familia" y sobre el que ha dicho que, además, desconocía que ella también tenía una relación con Pedro R.