Son los nuevos cachorros de la heroína. Jóvenes de origen pakistaní, una minoría que no representa a esta comunidad, se están pasando al tráfico de drogas ante la falta de perspectivas laborales en Barcelona y su conurbación. Lo advierten en privado la policía y las asociaciones de migrantes tras la macropelea mortal de Badalona (Barcelona), que segó la vida de un joven e hirió a tres más el domingo.
La División de Investigación Criminal (DIC) de los Mossos d'Esquadra ha tomado las riendas de las pesquisas del trágico suceso, que se saldó también con nueve detenciones e incautaciones de machetes, hachas, cuchillos y bates de críquet. Fuentes extraoficiales conocedoras del suceso, no obstante, arrojan más luz. "La pelea fue entre clanes que mueven heroína en la capital catalana y entorno. El chico que murió era originario del Raval", explican. Fue un suceso dramático, ¿pero aislado? "De ningún modo. Hace diez días ya hubo otra terrible paliza a un chaval en la Estación de Artigas de la Línea 2 del Metro. Fue por el mismo motivo: control territorial de la distribución de opiáceos", explican.
Trabajadores Pakistaníes: "Son jóvenes sin perpectiva"
Esta versión la avala la Asociación de Trabajadores Pakistaníes. Esta histórica entidad, sita en la calle d'en Robador, una de las vías más calientes de Barcelona, admite conocer el choque mortal. ¿A qué lo atribuyen? "Mira, hace tiempo que venimos trabajando con la policía. Nos preguntan y nosotros les ayudamos. Conocemos la existencia de una minoría de jóvenes que, ante la falta de oportunidades y perspectivas laborales, abraza el tráfico de drogas. ¿Cuáles? No lo sabría decir, pero se dedican a ello", ha señalado Javed Ilyas, presidente de la asociación.
"Que quede claro que estas personas no son representativas de la comunidad --sigue el activista--. Son una minoría que para nada representa a las personas que trabajan y se dedican a sus quehaceres diarios. Pero de nada sirve esconderlo. Hay unos pocos que han optado por esa vía, con armas incluso, y es un problema que hay que abordar". Ilyas hace hincapié en que es necesario atajar el problema desde su causa raíz. "Son gente que ha migrado, o que nació aquí y no encuentra oportunidades y se dedica al tráfico como última opción. Es aquí donde hay que poner el acento", prescribe.
"Trapicheo a pequeña escala"
Fuentes del sector de la seguridad consultadas por este medio descartan que estos jóvenes se dediquen al narcotráfico a gran escala. "Lo que se conoce de la pelea de ayer [por anteayer] es que seguramente eran lateros que operan en la zona de Paral·lel y el Raval. Además de ofrecer cerveza, distribuían heroína. No en grandes cantidades, sino a un nivel mucho menor. Algo similar al trapicheo", han señalado. Destacan estas fuentes que ya se han producido incidentes similares a la pelea mortal de Badalona del domingo, aunque sin víctimas. "Son siempre reyertas nocturnas o de madrugada", alertan.
Las mismas fuentes alertan de que el enfrentamiento mortal en la Rambla de Gorg de Badalona o la brutal paliza de Artigues de semana y media atrás son consecuencias de este nuevo fenómeno. Las bandas de jóvenes se mueven en Metro y se enzarzan unas con las otras para saldar cuentas o por el control del territorio. Ante ello, subrayan fuentes policiales, Mossos y Guardia Urbana llegarán siempre tarde porque Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) les vetó en el Centro de Control de Metro (CCM) situado en la calle Estivill. "Mossos lo justifica alegando que el CCM ya está conectado con el CeCor de la calle Lleida, mientras que a la Urbana se la echó a principios de este año [tal y como avanzó Metrópoli Abierta]", explican.
Un vigilante ante 20 personas
Las consecuencias de ello se hicieron notar el domingo, cuando la reyerta bajó al Metro, donde acabó muriendo un joven por las heridas recibidas. "Desde el CCM, donde no hay policías, se envió a un solo vigilante a lidiar con el incidente. Un profesional contra 20 personas. Los pasajeros no sabían que pasaba, y el cadáver no pudo ser levantado hasta las 4:00 horas de la madrugada", lamentó ayer un empleado de seguridad. "Las decisiones en episodios de conflicto las toma el jefe de seguridad y, en algunos casos, mal", han lamentado. "No sé si lo hacen para no dar mala imagen al Metro, pero las fuerzas de seguridad solo tienen acceso al CCM de forma excepcional. Y pasa lo que pasa", recalcan.
De su queja se hizo eco ADN Sindical, que volvió a reclamar "más personal" en el suburbano. "Patrullas dinámicas o estáticas de una sola persona no hacen nada. Es gente que se mueve equipada con una defensa y un comunicado. Ante los últimos hechos ocurridos en el exterior, que tienen su traslación en el sistema de transporte, se impone reforzar la seguridad", apostilló un portavoz.