Es el desgarrador relato de una madre que perdió a su hija en la UCI neonatal del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona por una infección en el tracto intestinal. El centro sanitario lo desvincula de los dos últimos fallecimientos de prematuros que contrajeron la bacteria Klebsiella pneumoniae y desarrollaron infecciones. Tenga o no relación, el caso de la pequeña ha llegado a la Fiscalía Superior de Cataluña de la mano de la asociación privada El Defensor del Paciente, que ha denunciado también los otros dos episodios.
Independientemente del recorrido legal del aviso al ministerio público, está el sufrimiento de los allegados de la pequeña. Su madre, en contacto con este medio, ha explicado que "puede o no estar relacionado con los dos episodios de enterocolitis --que segaron la vida de dos bebés el 20 y 24 de abril; ambos tenían Klebsiella--, pero eso es lo que pone en su certificado de defunción". Según la usuaria de la sanidad pública, "ella sabe solo que por más medicamentos que le daban [su hija] no mejoraba y se quedaba sin intestino". Pese a esta agonía, la madre quiere destacar que "el personal médico se portó muy bien". Consigna que los neonatos colonizados con el patógeno "permanecían en incubadoras contiguas", algo que el hospital y los epidemiólogos han indicado que no aumenta el riesgo.
"Pesaba 520 gramos"
Un portavoz de la ciudad sanitaria, la mayor de Cataluña, hizo ayer hincapié en que el nuevo caso de infección del tracto intestinal que termina en exitus o muerte de un recién nacido que reveló Crónica Global "no está vinculado" a los casos del 20 y 24 de abril, pues en el primer episodio "no se detectó la presencia del patógeno Klebsiella". La única relación es, según la misma fuente, la enterocolitis como desencadenante de una sepsis y la muerte. "Cabe recordar que se trata de un bebé de 25 semanas y 520 gramos de peso. Era extremadamente frágil", enfatizó la misma fuente.
De hecho, Vall d'Hebron ha explicado desde el lunes, cuando Crónica Global avanzó el fallecimiento de dos bebés prematuros en su unidad de cuidados intensivos (UCI) neonatal tras contraer Klebsiella, que su servicio de Neonatología es de referencia en España. La tasa de supervivencia de los bebés prematuros en esta ala es del 80%, frente a un 40% en otros hospitales. "Antes se decía que el umbral de peso mínimo para la supervivencia de un prematuro eran los 500 gramos. Hace años que ello ya no es así", indicó Rocío Cebrián, subdirectora asistencial.
Mejoras en los ocho 'colonizados'
Cualesquiera que fueren los datos y la tragedia que sufrió la madre de la pequeña, lo cierto es que el brote del patógeno está bajo control. Vall d'Hebron informó ayer que de los ocho niños que presentan el microorganismo, cuatro de ellos han mejorado sus patologías de base, por lo que "es menos probable que desarrollen la infección". Estos cuatro bebés se encuentran ya en las áreas de semicríticos (2) y prealta (2). Los otros cuatro continúan en la UCI neonatal donde se detectó la presencia de la bacteria.
El microorganismo desarrolló una infección intestinal en dos recién nacidos, "muy frágiles" según el hospital. La dolencia causó, a su vez, una sepsis, que derivó en fallo multiorgánico y la muerte de los pequeños. La gerencia del centro sanitario defendió que se había ceñido a los protocolos, negó falta de higiene y confirmó que busca el foco de la bacteria. El Departamento catalán de Salud, a su vez, también ha abierto una investigación.