Los okupas de Barcelona han reaparecido en el Día Internacional del Trabajador. Los radicales han tomado por la fuerza la antigua Residencia de Estudiantes Autogestionada (REA), situada junto al Campus Raval de la Universidad de Barcelona (UB). Tras ello, han bloqueado los accesos con contenedores volcados y cruzados en la calle aprovechando la festividad del Primero de Mayo.
La Residencia de Estudiantes Autogestionada (REA), tomada de nuevo por los okupas de Barcelona / CG
Según han informado vecinos de la zona a este medio, la toma de la REA --que ha sido okupada por tercera vez tras dos desalojos en diciembre de 2017 y enero de 2018-- se ha producido a primera hora de la tarde del 1 de mayo, tras las manifestaciones sindicales de la mañana. Aprovechando el ínterin entre marchas, los anticapitalistas se han adueñado del edificio, que permanecía tapiado. Lo han rebautizado como Casal Social Okupado (CSO) MayDay (por primero de mayo en inglés).
Desafío a Colau
Tras entrar por la fuerza en el edificio por tercera vez en año y medio, los antisistema han enviado un claro mensaje a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, que forzó el desalojo del inmueble a principios de 2018. "Ya hace años que las dinámicas de este ayuntamiento no han frenado sino todo lo contrario, han ayudado a expandir la gentrificación --por expulsión de vecinos-- en Barcelona".
Tras ello, los ocupantes han cargado contra el "circo electoral", en referencia a las elecciones generales del pasado 28 de abril y municipales y europeas del próximo 26 de mayo. Han lanzado también un tenebroso aviso. "Hacemos un llamamiento a la resistencia combativa. Desalojos son disturbios", han alertado en un comunicado facilitado a los vecinos del Raval.
Paz desde 'Ca La Trava'
La reokupación de la REA reaviva la llama del movimiento okupa en Barcelona, que no se había manifestado públicamente desde el desalojo del icónico edificio Ca La Trava, ubicado en el barrio de Gracia. El inmueble fue vaciado por los Mossos d'Esquadra en octubre de 2018 tras un proceso judicial que se demoró más de dos años.
En la manifestación posterior de protesta, los extremistas prendieron fuego a una entidad bancaria y a varios contenedores y mobiliario urbano. También se enfrentaron a la policía autonómica. Días después, este medio avanzó que el concejal de Gracia, Eloi Badia, había tanteado la compra del inmueble, pero el precio de mercado --más de un millón de euros-- hizo al Ejecutivo local desistir de la operación.