No lo sabías: los saltos de agua más refrescantes de Cataluña que forman dos piscinas naturales de agua salada

No son pocas las piscinas naturales que uno puede encontrar en las montañas catalanas. No hay provincia que no tenga sus pozas para refrescarse en verano, pero pocas pueden decir que lucen tan bucólicas como las Basses d’Organyà.

Están lejos del mar y si se viene de Barcelona el viaje puede ser largo, pero merece la pena. El paraje natural parece sacado de un rincón remoto de México. Sus aguas caen suaves y crean unas balsas calmas y tan trasparentes que permiten ver el fondo, recuerdan a las playas del Caribe.

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Conocidas como Basses de Fontanet, estas piscinas naturales, reciben su nombre de las aguas que saltan por sus rocas de sal, el río Fontanet. Ocultas en las montañas del Alt Urgell, lo que comenzó como un pequeño secreto local se ha convertido en uno de los rincones favoritos de los caminantes, bañistas y exploradores que transitan por esta parte de Cataluña.

Las Basses se forman por la acción del río Fontanet, alimentado por la Font Bordonera, que esculpe el terreno calcáreo formando pequeños saltos de agua y pozas de gran belleza. La sal que recubre el lecho del río contribuye a una pureza inusual en sus aguas, haciéndolas cristalinas, frías y limpias durante todo el año. 

Piscinas de agua salada en el Pirineo

Esta composición salina hace que uno viaje hasta el mar cuando está a cientos de kilómetros de la zona. Los saltos, la sal y el color azul de sus aguas crean un entorno casi mágico, donde el turquesa de las balsas, los verdes de la vegetación y los tonos ocre de las rocas que rodean el cauce parecen salidos de un cuadro.

Gracias a los sedimentos y propiedades de las rocas por donde pasan, las paredes de estas pozas, quedan recubiertas por una fina película de sal. Esto le da una claridad y brillo a los saltos de agua que relucen en todas las fotos y vídeos que allí se graban. Pero además, ayuda a mantener alejadas las algas de las pozas, por lo que el baño resulta especialmente agradable.

Ruta accesible

Llegar hasta las Basses d’Organyà no requiere de grandes esfuerzos, más allá del viaje en coche. La ruta comienza en la Plaça de les Homilies, en el centro de Organyà, y desde ahí se toma una pista forestal en dirección sur. A los pocos minutos, un sendero señalizado con marcas amarillas se interna hacia el bosque y desciende ligeramente hasta alcanzar el río. 

El recorrido total es circular, con unos 2,5 kilómetros de longitud y apenas 40 metros de desnivel, lo que lo convierte en un itinerario apto para todos los públicos, incluidos niños pequeños, personas mayores e incluso mascotas.

La ruta puede completarse en unos 40 minutos, aunque lo habitual es disfrutar con calma del camino. Los excursionistas y visitantes suelen detenerse en diferentes puntos para observar la fauna, hacer fotografías o sumergirse en alguna de las pozas. Ya, en días de verano, el tiempo se dilata con facilidad. 

Muchos visitantes dedican hasta dos o tres horas a recorrer el entorno, descansar a la sombra o zambullirse en las aguas profundas que, en algunas zonas, alcanzan los tres metros de hondo. La poza más baja es la más accesible y, por tanto, también la más frecuentada. Sin embargo, quienes se animan a trepar por las rocas gozan de otras pequeñas piscinas naturales más tranquilas.

Cómo llegar

La parte más complicada es acercarse hasta Organyà en coche, no por el estado de las carreteras, sino por el tiempo de viaje. Solo desde Lleida, el trayecto alcanza la hora y 20 minutos. Se debe tomar la carretera C-13 en dirección La Seu d’Urgell y enlazar con la C-14 hacia Oliana y Coll de Nargó. Desde allí, se continúa por la misma vía hasta llegar a Organyà. 

Si se parte desde Barcelona, el recorrido es de dos horas y media. Se va por la C-58 en dirección Manresa y Berga, para luego tomar la C-16. Tras pasar por Oliana, se accede a Organyà por la misma C-14. Una vez en el pueblo, se accede a la Plaça de les Homilies y desde ahí se sigue por una pista señalizada hacia el inicio de la ruta.