Dormir dentro de una botella de cava: así es la experiencia de alojarse en el hotel más singular de Penedès

Las bodegas de Cataluña son, en muchos casos, un monumento en sí mismas. Tanto es así que algunas han sido calificadas como auténticas catedrales.

El auge del vino y el cava, unido a la explosión del modernismo, propició la creación de edificios singulares. Visitar alguno de ellos es casi una obligación para entender la dimensión cultural de la viticultura catalana.

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Para hacerlo con calma, nada mejor que alojarse en un hotel a la altura. En el Penedès abundan las masías entre viñedos reconvertidas en alojamientos turísticos, aunque también existen proyectos de carácter mucho más singular.

Una de estas propuestas lleva la firma del estudio b720 Arquitectos, responsables del diseño del Hotel Mas Tinell, un establecimiento que permite al huésped alojarse en un espacio de formas cilíndricas, que son auténticas botellas de cava a tamaño gigante,

Hotel-cava

También conocido como Cava & Hotel Mastinell, el edificio no pasa desapercibido. Se presenta como una arquitectura contemporánea de fuerte presencia formal, implantada en un entorno agrícola y cargada de referencias simbólicas al mundo del vino.

Desde su concepción, el hotel fue pensado como parte de un conjunto arquitectónico vinculado a la producción de vino y cava. Los distintos elementos del proceso de elaboración del cava se trasladan al lenguaje arquitectónico del edificio.

Un turismo rural diferente

Más allá del paisaje vitivinícola que lo rodea, el conjunto integra espacios vinculados a la bodega y a actividades relacionadas con la cultura del vino, configurando una pieza única dentro del territorio.

Desde el punto de vista arquitectónico, el Mas Tinell no responde a los modelos tradicionales de hotel rural ni a tipologías clásicas de alojamiento. En su lugar, adopta una forma claramente identificable y autónoma.

Viñas del hotel Mastinell HOTEL MASTINELL

El edificio no imita una masía ni reproduce una bodega tradicional, sino que se concibe como un conjunto de botellas de cava de gran tamaño, dispuestas como si estuvieran almacenadas durante la fermentación.

Desde el exterior, el hotel se reconoce por sus volúmenes cilíndricos inclinados, agrupados entre sí, que remiten a barricas o botellas colocadas en rima dentro de una cava. 

Uso del trencadís

No se trata de una metáfora abstracta: la forma del edificio reproduce de manera directa esta disposición, convirtiendo el alojamiento en una prolongación física del mundo del cava.

El conjunto se completa con una cubierta ondulada, revestida con trencadís cerámico, una técnica tradicional catalana reinterpretada con un lenguaje contemporáneo. Pero la singularidad arquitectónica no se queda en el exterior. 

Las habitaciones

Las habitaciones del Hotel Mas Tinell se sitúan dentro de estos volúmenes cilíndricos, lo que da lugar a estancias con paredes curvas y una sensación envolvente poco habitual en la hotelería convencional. Dormir aquí implica hacerlo, casi, dentro de una estructura concebida como una botella de cava.

Uno de los rasgos más llamativos es la presencia de ventanas circulares, que desde el interior evocan el fondo o “culo” de una botella. 

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Al asomarse, el paisaje de viñedos se percibe como si se mirara a través del vidrio de una botella de cava, un efecto visual coherente con el concepto del edificio.

La distribución interior responde a criterios funcionales. Las habitaciones cuentan con una zona de descanso diferenciada del baño, integrado mediante soluciones compactas adaptadas a la geometría curva. 

Instalaciones

El diseño interior es sobrio y contemporáneo, con colores neutros y mobiliario de líneas simples. En cuanto al equipamiento, las habitaciones incluyen elementos propios de un hotel de esta categoría, como albornoces y zapatillas.

El mismo lenguaje se extiende a los espacios comunes. Las zonas de recepción, estar y restauración se sitúan en volúmenes de mayor tamaño o en áreas de conexión entre cilindros.

Habitación del Hotel Mastinell PENEDÈS TURISME

En el interior, la decoración incorpora barriles de cava y elementos propios del proceso de elaboración, integrados como parte del diseño y no como simple atrezzo. 

El establecimiento cuenta además con zonas exteriores, terrazas y espacios abiertos conectados con el edificio principal, así como instalaciones complementarias, entre ellas piscina exterior y áreas destinadas al bienestar, situadas en continuidad con el entorno inmediato.

Un espacio particular

El Hotel Mas Tinell fue concebido desde el inicio como un hotel integrado en una bodega, y no como un alojamiento al que posteriormente se le añadió un relato enológico. 

La arquitectura condiciona la experiencia de uso: circular por el edificio, utilizar los espacios comunes implica habitar una estructura diseñada a partir de referencias productivas concretas. Dormir en sus habitaciones es como hacerlo en una botella de cava.