El laberinto de 14 kilómetros oculto bajo el suelo del Priorat: la Mina Eugènia de Bellmunt del Priorat

El laberinto de 14 kilómetros oculto bajo el suelo del Priorat: la Mina Eugènia de Bellmunt del Priorat

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El laberinto de 14 kilómetros oculto bajo el suelo del Priorat: una visita al pasado minero de Cataluña

Convertida hoy en museo y espacio de divulgación, sus galerías permiten entender la historia del lugar

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Las minas más famosas de Cataluña son, tal vez, las minas de sal de Cardona. En cambio, hay otras que son tanto o más espectaculares y que pasan mucho más desapercibidas.

Se encuentran en el sur, en una zona de viñedos y montañas de pizarra como es el Priorat. Por tanto, la visita puede ir acompañada, antes o después, de la degustación de un buen vino. También de calma.

Bellmunt del Priorat, donde se encuentra esta mina, tiene menos de 300 habitantes. Es uno de esos pueblos de interior por descubrir, sobre todo porque fue un lugar clave para la economía catalana.

Su pasado industrial está ligado a la actividad minera. Durante décadas, este enclave fue una pieza estratégica para la producción de plomo en Cataluña y uno de los complejos mineros mejor desarrollados del noreste peninsular.

Qué se extraía

Convertida hoy en museo y espacio de divulgación, la mina Eugènia permite recorrer sus galerías, entender su historia y descubrir cómo se trabajaba en condiciones muy duras: oscuridad, humedad y silencio absoluto a decenas de metros bajo el suelo.

No era fácil, pero contribuyó a enriquecer el pueblo. La extracción de galena, el mineral del que se obtiene el plomo, marcó profundamente la vida del Priorat desde finales del siglo XIX.

Una mina de referencia

La demanda industrial y la modernización del sector convirtieron aquella explotación en un referente estatal. No solo se excavaban kilómetros de galerías, sino que alrededor de la mina se levantó un auténtico complejo metalúrgico.

Fundiciones, talleres mecánicos, almacenes, sala de máquinas y hasta viviendas y oficinas empezaron a construirse en este pequeño rincón del Priorat. Ahora, estos espacios son casi reliquias del pasado que explican la historia industrial de Cataluña.

Colonia minera de Bellmunt del Priorat

Colonia minera de Bellmunt del Priorat MNACTEC

En sus años de máximo rendimiento, la explotación llegó a contar con hasta 14 kilómetros de galerías y cerca de 20 niveles subterráneos, alcanzando más de 600 metros de profundidad.

Aquella magnitud la convirtió en una mina excepcional dentro del territorio catalán, tanto por su capacidad productiva como por la complejidad técnica que implicaba extraer mineral en un terreno duro y fracturado.

Cómo era

En las minas de Bellmunt se desarrollaron métodos de trabajo avanzados para la época, como la instalación de compresores, bombas de agua y sistemas de ventilación que permitían a los mineros sobrevivir bajo tierra. Pero no solo se extraía mineral: también se procesaba.

El complejo incluía hornos y áreas de fundición que permitían transformar la galena en lingotes de plomo listos para su distribución comercial.

Auge, caída y recuperación

La presencia de esta infraestructura industrial hizo que, en torno a la mina, naciera una pequeña colonia obrera, con viviendas, servicios y un tejido social propio.

La vida giraba alrededor del ritmo de la mina, marcada por los turnos, los silbatos y la sensación permanente de que, bajo los pies, a oscuras, decenas de hombres trabajaban picando roca. Por eso, el cierre de la explotación en 1972 supuso un golpe económico para el Priorat.

Construcciones de la colonia minera de Bellmunt del Priorat

Construcciones de la colonia minera de Bellmunt del Priorat MNACTEC

Durante años, las instalaciones quedaron abandonadas, como tantos espacios industriales del siglo XX condenados al olvido. Sin embargo, la singularidad del enclave hizo que, con el tiempo, se impulsara un ambicioso proyecto de recuperación patrimonial.

En 2002 nació un museo que hoy es una referencia dentro de la red catalana de patrimonio industrial: una reivindicación de la memoria minera del país y de quienes trabajaron en condiciones extremas para sostener la economía local.

Una visita a la mina

La visita actual, que cuesta poco más de tres euros, permite adentrarse unos 35 metros bajo tierra, equipado con casco y acompañado de un guía especializado.

En el recorrido se atraviesan antiguas galerías, zonas de extracción y espacios donde aún se conservan raíles, herramientas, restos de maquinaria o perforaciones en la roca.

Escaleras de la mina Eugènia de Bellmunt del Priorat

Escaleras de la mina Eugènia de Bellmunt del Priorat MNACTEC

La sensación es inmediata: la temperatura baja, el ambiente se vuelve húmedo y el eco de los pasos recuerda que el silencio era allí una constante.

En superficie, el museo conserva las antiguas oficinas, la vivienda del director, talleres y espacios metalúrgicos, todo restaurado para mostrar cómo era la actividad minera, desde la extracción hasta la fundición del plomo.

Cómo llegar

Lo mejor de todo es que es fácil llegar. Desde Tarragona son unos 45 minutos. Se toma la N-420 hasta Falset y, desde allí, se continúa por la carretera T-710 en dirección a Bellmunt del Priorat.

El camino es prácticamente el mismo desde Barcelona, aunque el trayecto es una hora más largo. Se cruza la AP-7 hasta la salida 34 y se enlaza con la N-420 en dirección a Falset. Después, basta con seguir la T-710 hasta Bellmunt del Priorat.