El pueblo de Tarragona con el nombre más raro: tiene menos de 500 habitantes y es sede habitual de Lluís Llach

Nos encanta escaparnos pueblos recónditos, porque en ellos encontramos tranquilidad, rincones con historia y una forma de vida que parece detener el tiempo. Además, Cataluña está llena de pequeños municipios con nombres curiosos o casi desconocidos, escondidos entre montañas, bosques y caminos rurales. Descubrirlos es parte de esta magia: cada uno guarda su propio encanto, tradiciones y paisajes que sorprenden incluso a quienes creen conocer bien el territorio.

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El pueblo de Tarragona

Porrera es un municipio situado en la comarca del Priorat, en la provincia de Tarragona, dentro de un valle estrecho por el que discurre el río Cortiella. El núcleo urbano se encuentra rodeado de laderas muy pronunciadas, típicas del paisaje prioratino, donde predominan los viñedos en terrazas, los almendros y la vegetación mediterránea.

Su término municipal abarca unos 28 km² y la altitud del pueblo ronda los 316 metros. El casco urbano conserva un trazado tradicional, con calles empedradas, casas de piedra y varios puentes que cruzan el río, lo que le otorga una imagen muy característica y reconocible dentro de la comarca.

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Actualmente, tiene 417 habitantes, según datos del INE 2024. Como ocurre en otras localidades del interior catalán, se observa cierto envejecimiento demográfico y una pérdida progresiva de población joven. Sin embargo, el auge del vino de calidad y el crecimiento del enoturismo han contribuido a atraer nuevos residentes.

Patrimonio histórico

Uno de los elementos más visibles de Porrera es la iglesia parroquial de Sant Joan Baptista, un templo de estilo neoclásico cuya construcción se prolongó entre finales del siglo XVIII y el XIX. Su gran volumen, su cúpula y el campanario destacan sobre el conjunto del pueblo y se pueden observar desde muchos puntos del valle. También, se encuentran pequeñas ermitas, como la de Sant Antoni, y numerosas estructuras de piedra seca vinculadas al trabajo agrícola, como bancales y barracas.

Y, como elemento característico, están los relojes de sol, concretamente el más conocido llamado Reloj de Tarde: un tipo de reloj vertical reclinado, que lo encontramos ubicado en la plaza de la Guineu, muy poco frecuente en Cataluña, o el cuadrante vertical inclinado situado en la calle Pau Casals.

Otros datos

Si se habla de Porrera, se debe hablar de la presencia de Lluís Llach -músico y cantautor catalán- en esta población, ya que desde hace muchos años ha pasado largas temporadas aquí, hasta que se acabó instalando definitivamente. Es propietario de unos viñedos y de una bodega bajo el nombre de Vall Llach.

Lluís Llach WIKIPEDIA

Por otro lado, hay que destacar que una de las celebraciones más arraigadas, a este pueblo, es la de Sant Antoni, cada 17 de enero. También, tiene otra fiesta mayor principal, que se celebra en mayo, en honor a Sant Joan Evangelista: con actividades religiosas y culturales, música y propuestas gastronómicas. A lo largo del año, también, se organizan eventos vinculados al vino y al patrimonio local, que suelen atraer a visitantes de la comarca y de fuera de ella.

En el ámbito del vino, Porrera fue uno de los lugares implicados en el renacimiento del Priorat a finales de los años ochenta, cuando un grupo de jóvenes enólogos y viticultores impulsó un modelo de vinos de alta calidad que acabaría situando la zona entre las más prestigiosas del mundo vitivinícola.