El mirador natural más espectacular y literario de Cataluña

El mirador natural más espectacular y literario de Cataluña

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El mirador natural más espectacular y literario de Cataluña: "Tiene las nubes por cortina y por azul mantilla las estrellas"

Desde este lugar se avistan los Pirineos, la Costa Brava y el sur de Francia

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Observar el paisaje desde lo más alto da sensación de poder y sobrecoge por la espectacularidad de lo contemplado. Por eso, los miradores son lugares tan visitados y deseados. Desde ellos, uno cree tener al alcance todo aquello que baña la luz del sol, como Simba en El rey león.

Más allá de este pareado no buscado, en Cataluña se encuentra una de estas atalayas que, por sus características y sus vistas, conquistaron a poetas. El mismo Jacint Verdaguer, en su poemario Canigó, le dedicó unos versos.

Anem empordanesos / d'amor de Déu encesos / pugem a dalt del Mont / a veure aqueixa Estrella / que riu hermosa i bella / de nostra terra al front”. Con estas palabras, este monje y escritor emplaza a los catalanes a subir los 1.125 metros donde se encuentra el Mirador del Santuario de la Mare de Déu del Mont.

Desde esta zona de la Alt Empordà, pero ya en los Pirineos de Girona, se encuentra este enclave religioso y cultural que ofrece una de las vistas panorámicas más impresionantes de Cataluña

Un mirador extraordinario

Desde su mirador, los visitantes pueden contemplar en un solo golpe de vista la cordillera de los Pirineos, el mar Mediterráneo, la llanura del Empordà y los bosques que cubren la Garrotxa. De allí las palabras del poeta.

Su ubicación atrae cada año a centenares, sino miles de excursionistas y amantes de la naturaleza. Lo hacen subiendo los serpenteantes caminos que cruzan la ladera o por la carretera de trazado estrecho que atraviesa los campos de cultivo y las masías dispersas de la montaña.

Cómo se sube

Si el camino hacia allí empieza por un bosque frondoso, a medida que se gana altura, la vegetación deja paso a peñascos y cortados que anticipan la magnitud del paisaje. Pero al llegar al santuario, la sensación es casi aérea.

Desde su explanada y su mirador, el entorno se abre en todas direcciones, como si se tratara de un balcón natural sobre Cataluña.

El mirador del santuario ofrece una panorámica de 360 grados que lo convierte en uno de los lugares más sobrecogedores del Alt Empordà. Al norte, destacan cumbres emblemáticas como el Canigó, el Puigmal o el Costabona. 

Hacia el sur, se distinguen los relieves volcánicos de la Garrotxa y las sierras prepirenaicas. Al este, la mirada alcanza la bahía de Roses, el Cap de Creus y el litoral de la Costa Brava. Y al oeste, se abren el Pla de l’Estany, Banyoles y otras zonas interiores.

Un templo en el mirador

Esta amplitud visual explica por qué, durante siglos, el lugar tuvo también un valor estratégico y por qué allí se erigió un templo católico. En el medievo, los religiosos fueron también garantes de la defensa del territorio.

Todavía hoy se encuentra a más de 1.000 metros de altura el santuario de la Mare de Déu del Mont, una talaya natural para vigilar los movimientos en la llanura y en la frontera pirenaica, que se levanta sobre restos de antiguas edificaciones.

Cómo es el santuario

El edificio actual combina el aspecto de iglesia de montaña con el de refugio. Sus muros gruesos de piedra transmiten robustez y recogimiento. En el interior se conserva un ambiente sobrio que invita al silencio. 

La explanada exterior, con bancos de piedra, se ha convertido en un punto de descanso para excursionistas que llegan tanto en coche como a pie, siguiendo las rutas de senderismo que parten desde los pueblos de la base de la sierra.

Todas estas vistas inspiraron a uno de los caminantes más reconocidos de Cataluña, el monje y poeta Jacint Verdaguer (1845-1902). El escritor de Folgueroles, figura central de la Renaixença catalana, se hospedó en este santuario mientras trabajaba en la composición de su poema épico Canigó, publicado en 1886.

Durante su estancia, Verdaguer ocupó una habitación que hoy se conserva como “la cambra de Verdaguer”, con mobiliario y recuerdos que evocan la presencia del poeta. 

Inspiración para Verdaguer

Desde esa estancia, con vistas directas al Canigó, halló la inspiración para una de las descripciones más potentes de la literatura catalana del siglo XIX. En Canigó, la montaña se convierte en símbolo espiritual y patriótico.

El santuario de la Mare de Déu del Mont y la virgen son también claros protagonistas. “Son trono és una serra / que enmig de nostra terra / s'aixeca fins als cels; / té els núvols per cortina / per blava mantellina / la volta dels estels”, se puede leer en el poemario.

La vinculación entre el santuario y Verdaguer es tan profunda que el lugar forma parte de la ruta verdagueriana, un itinerario cultural que sigue las huellas del poeta por distintos espacios de Cataluña. 

Así, esta montaña no solo ofrece un mirador imponente, sino también un imaginario espiritual y cultural que impregnó la cultura catalana. Eso sí, llegar no es fácil

Cómo llegar 

El Santuario de la Mare de Déu del Mont se encuentra en el término municipal de Albanyà, a una hora y 45 minutos de Barcelona. El recorrido más habitual sigue la autopista AP-7 hasta la salida 6 (Girona Nord), desde donde se continúa por la C-66 en dirección a Besalú. 

Una vez se llega a este hermoso pueblo, se toma la carretera GIP-5223 hacia Beuda y se sigue la señalización hacia el santuario. Eso sí, hay que tener en cuenta que a última parte del camino discurre por una carretera estrecha y con curvas.