El mejor hotel entre viñedos de l'Empordà, según National Geographic: un spa basado en la vinoterapia y en las propiedades de la uva

El Hotel Peralada, en el Alt Empordà (Girona), un lujoso establecimiento donde desconectar. Un resort que une descanso, gastronomía, vino, spa y golf. En 2024, la Guía Michelin le otorgó su primera llave Michelin, distinción hotelera que reconoce arquitectura y diseño, calidad de servicio, personalidad, relación calidad-precio y contribución al entorno. 

El origen de su identidad se explica desde el vino. El hotel articula su bienestar alrededor del Wine Spa, un santuario de vinoterapia que recupera el legado vitivinícola local con circuitos de aguas, tratamientos y un 'balneario Gran Claustre' pensado para rituales en pareja.

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Ese relato enlaza con el Celler Perelada, bodega de nueva generación diseñada por RCR Arquitectes (Pritzker 2017). Es una de las primeras instalaciones enológicas de Europa con certificación LEED Gold por sostenibilidad. A su vez, continúa una tradición documentada desde la Edad Media y relanzada en 1923 con la compra del conjunto por Miguel Mateu, hito que la marca reivindica como el punto de inflexión moderno de Perelada.

Gastronomía del hotel

La gastronomía en Peralada es uno de los grandes hilos conductores del hotel. No funciona como un servicio del hotel, sino como un relato coherente que une territorio, vino y cocina a través de dos propuestas complementarias. Por una parte, L’Olivera, en el propio hotel, y el Restaurant Castell Perelada, en el interior del castillo. Ambas dialogan con los vinos de la casa y con el paisaje del Empordà, pero cada una lo hace con una voz distinta.

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En L’Olivera, el sello de Paco Pérez se traduce en una cocina contemporánea, luminosa y muy pegada al producto. El Mediterráneo y la huerta del entorno marcan el ritmo de una carta que apuesta por la estacionalidad y por una precisa técnica al servicio del sabor. 

El Restaurant Castell Perelada, con Javi Martínez al frente, lleva esa conversación a un registro más gastronómico, avalado por la estrella Michelin. Aquí, el objetivo es ofrecer una experiencia de alta cocina que respira historia: el escenario del castillo, la liturgia del servicio y una cocina de fondo clásico, pero mirada actual. En la sala, Toni Gerez firma una de las puestas en escena más personales del entorno, con un célebre carro de quesos y una atención al detalle, que convierte la visita en un pequeño ritual.

El ecosistema se completa con espacios más informales que prolongan la experiencia a lo largo del día: el Garden Bar, el Celler 1923 Wine Bar y The 19th junto al campo de golf. Todos comparten una misma idea de hospitalidad: propuestas honestas, maridajes bien pensados y protagonismo del vino de la casa. 

Bodega Peralada

La Bodega Perelada propone un enoturismo muy completo, desde la visita esencial hasta formatos combinados como 'Bodega + Museo Castillo Perelada' que enlaza biblioteca, colección de vidrio y museo del vino con la bodega en un tour de 3 horas.

Quién busque un trato más exclusivo tiene la 'Visita Privada' o la 'Cata Privada', mientras que la 'Visita Premium Viñedo + Bodega' integra viña, experiencia audiovisual y degustación de tres vinos de gama alta con un platillo de quesos y embutidos.

Para prolongar la experiencia, hay fórmulas que suman gastronomía, como 'Visita Bodega y Gastronomía 1923' o el 'Pack Temporada' con aperitivo en el Wine Bar Celler 1923. Los precios, idiomas (catalán, castellano, inglés y francés), cupos y horarios se detallan y reservan desde la propia web.