Un espacio protegido por la UNESCO, el Montseny

Un espacio protegido por la UNESCO, el Montseny PEXELS

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La ruta entre rieras y puentes colgantes a 40 minutos de Barcelona: un espacio protegido por la UNESCO con numerosas piscinas naturales

A tan solo 40 minutos de la capital catalana nace un sorprendente sendero que promete una aventura refrescante

Más información: Tienes que hacerla sí o sí, la ruta de senderismo más especial de Cataluña: paisajes increíbles a media hora de Barcelona

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El insoportable calor del verano hace necesario huir del sol. La naturaleza, en este caso, es el mejor refugio de todos y en Cataluña uno puede protegerse en ella.

La comunidad autónoma tiene bosques y montañas suficientes para buscar la sombra, pero también la escapada perfecta. Rutas de senderismo o caminos que van directos a piscinas naturales, cascadas o embalses son una alternativa perfecta para enfrentar la canícula.

No hace falta irse muy lejos de las grandes ciudades. A tan solo 40 minutos de Barcelona, en la zona de Montseny, arranca uno de estos sorprendentes senderos que prometen una gran y refrescante aventura.

Parte cerca del municipio de Cànoves i Samalús. Allí arranca una ruta que, como si de un río se tratase, desemboca en un embalse, mientras se atraviesan pozas naturales, bosques frondosos, pasarelas de madera y hasta un puente colgante.

Dónde se inicia la ruta

Conocido como el Passeig Fluvial d’Antoni Crous, este sencillo y familiar recorrido sigue el cauce de la riera de Vallforners, un afluente que da nombre al pantano que remata la excursión. 

El itinerario comienza en el área de aparcamiento de Can Domènech, desde donde parte una pista que conduce a la riera. Nada más bajar del coche, los helechos, pinos y otros árboles dan la bienvenida al visitante.

Cómo es la ruta

El contacto con la naturaleza es inmediato. El musgo sustituye al asfalto y el sonido continuo del agua aleja el ruido de los coches.

El terreno es llano y cómodo, salpicado de pequeñas estructuras que permiten cruzar de un lado a otro del curso fluvial sin mojarse. El punto más fotografiado es, sin duda, el puente colgante, una sencilla pasarela de madera que se balancea levemente al caminar, provocando risas y algún que otro pequeño sobresalto, especialmente entre los más pequeños.

Pozas para refrescarse

Este tramo de la ruta está perfectamente señalizado y es accesible para todas las edades, aunque no resulta adecuado para carritos de bebé. Y el camino sigue.

El sendero serpentea siguiendo el flujo de la riera, que se ensancha en algunas zonas para formar pequeñas piscinas naturales donde es posible refrescarse. Eso sí, a veces hay algún que otro anfibio, libélulas y hasta alguna ave que acude a beber.

Un embalse de aguas turquesas

El paseo fluvial termina en un segundo aparcamiento, desde donde arranca una pista asfaltada que sube hacia el Pantano de Vallforners. Este embalse, no muy conocido, fue construido en los años 80, y da un respiro al senderista menos preparado. Y es que, antes de llegar, una suave pendiente.

Lo agradecido es ver como el paisaje se abre frente a uno. Una lámina de agua turquesa se extiende entre laderas cubiertas de encinas, alcornoques y pinos. Y olvídense de los concurridos embalses del Montseny o Mont Rebei, aquí no hay mucha gente. Eso sí, no está permitido el baño, pero sí se puede rodear a pie y encontrar rincones de observación donde descansar o hacer un pícnic.

Pasarela de la ruta

Pasarela de la ruta

Espacio protegido por la UNESCO

Los más aventureros pueden continuar la ruta hacia el Castaño de Can Cuch, uno de los árboles más singulares de Cataluña, cuyo tronco hueco ha sido utilizado como refugio natural. Quien esté más cansado emprende el regreso. 

Un paseo refrescante por una Reserva de la Biosfera de la UNESCO como es el parque natural del Montseny, al que, además, no cuesta mucho llegar.

Cómo llegar 

Si uno parte de Barcelona, el camino es relativamente breve, de unos 40-45 minutos. La vía más rápida es la que va por la autopista C-17 en dirección a Vic y tomar la salida 12 hacia Cardedeu. 

Desde allí, se sigue por la carretera BV-5108 hasta llegar a Cànoves i Samalús. Una vez allí,  se continúa por la carretera local hacia Can Domènech, donde se encuentra el primer aparcamiento habilitado para visitantes y el acceso directo al Passeig Fluvial Antoni Crous.