
Tiene tres nombres y es uno de los municipios menos valorados de Cataluña, Tortosa CANVA
Una ciudad, tres nombres y 2.000 años de historia: este es uno de los municipios menos valorados de Cataluña
La localidad tiene una de las catedrales más imponentes de la Edad Media
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Pocas ciudades tienen su nombre original. Han de ser municipios muy jóvenes como S’Agaró (Girona) para que pase algo así, aunque siempre hay excepciones.
Los nombres de las poblaciones, como las palabras que se usan en cualquier idioma, son fruto de las variaciones del tiempo. Así, Barcino es Barcelona; Tarraco, Tarragona o Egara, Terrassa, por poner solo algunos ejemplos de localidades catalanas.
En cualquier caso, hay una ciudad que sorprende porque no solo ha tenido dos nombres, sino que ha tenido hasta tres. Este municipio no es otro que Tortosa.
Con más de dos mil años de historia, esta ciudad situada a orillas del Ebro ha sido cuna y refugio de múltiples civilizaciones, que no solo han moldeado su fisonomía urbana y su legado patrimonial, sino también su mismo nombre.
Tres épocas, tres nombres
Si uno piensa en su primer nombre debe remontarse a la época romana. Por aquel entonces, cuando era solo un asentamiento del imperio era conocida como Dertosa.
Cuando la Península formó a pasar parte del imperio musulmán y se convirtió en Al-Andalus. Fue entonces cuando pasó a llamarse Turtuxa. Era el siglo VIII. Su nombre actual no llegó hasta bien entrado el siglo XII, cuando los cristianos conquistaron la ciudad y Ramón Berenguer IV en 1148 la rebautizó por tercera y definitiva vez como Tortosa.
Dertosa y los romanos
Estos tres nombres no solo indican etapas distintas en el devenir histórico de la ciudad, sino que también simbolizan la riqueza cultural y la diversidad que han caracterizado a Tortosa a lo largo de los siglos.
Durante la época romana, Dertosa fue una ciudad estratégicamente situada como puerto fluvial, actuando como enlace comercial entre el interior peninsular y el Mediterráneo. Su importancia quedó reflejada en la muralla que la protegía, restos de la cual aún hoy pueden admirarse.

Vistas de Tortosa CANVA
La Turtuxa musulmana
Con la llegada de los musulmanes en el siglo VIII, la ciudad pasó a llamarse Turtuxa, y bajo su dominio se convirtió en un importante reino de taifa en el siglo XI. Esta época de esplendor se interrumpió en el siglo XII con la conquista cristiana, y con ella, el cambio definitivo al nombre actual: Tortosa, una síntesis entre sus pasados romano y árabe.
El nombre de Tortosa quedó así ligado a una ciudad que durante la Edad Media jugó un papel fundamental en la Corona de Aragón. Sus tres puertos controlaban el comercio de trigo y sal en el Mediterráneo occidental, y la ciudad fue sede frecuente de las Cortes de la Corona.
Los cristianos y la expulsión de los judíos
Sin embargo, las expulsiones de judíos en 1492 y de moriscos en el siglo XVII, junto con las guerras que asolaron la región, afectaron gravemente su desarrollo económico. A pesar de ello, Tortosa mantuvo su posición como centro cultural y eclesiástico, albergando uno de los obispados más influyentes de Cataluña.
En cualquier caso fue en el siglo XVI cuando Tortosa vivió su época de máximo esplendor. Por aquel entonces, fue considerada una de las ciudades más importantes de Cataluña.
La Tortosa floreciente
El municipio floreció al amparo del humanismo y la cultura renacentista, y fue entonces cuando se construyeron los Reales Colegios, un conjunto arquitectónico de gran belleza dedicado a la educación de los moriscos, hoy considerado la obra más importante del Renacimiento civil en Cataluña.
A esto se suma la magnífica Catedral de Santa María, cuya construcción se prolongó durante más de cuatro siglos y que se erige hoy como un símbolo de la ciudad. Considerada Monumento Nacional desde 1930, esta iglesia se levanta sobre el antiguo foro romano y sobre una mezquita transformada en la imponente catedral que es hoy tras la conquista cristiana de 1148.
Ciudad modernista
El Renacimiento no fue la única época que dejó su huella en Tortosa. El legado medieval, la presencia judía, la influencia musulmana, el barroco y, posteriormente, el modernismo, han configurado una ciudad con un patrimonio arquitectónico y cultural de primer orden.
A finales del siglo XIX, Tortosa vivió un nuevo auge con la llegada del modernismo, dejando como testimonio edificios emblemáticos como el Mercado Municipal, los pabellones del actual Museo de Tortosa o los palacetes burgueses diseñados por Pau Monguió y Joan Abril.
Punto clave en Cataluña
La ubicación estratégica de Tortosa, a orillas del Ebro, ha sido también clave en su desarrollo. El río no solo ha sido vía de comunicación y comercio, sino que también es protagonista del actual paisaje urbano.
Desde el otro lado del Ebro, la imagen que devuelve la ciudad es la de una urbe monumental, con la catedral dominando la fachada fluvial y el castillo de la Suda, hoy Parador Nacional, coronando el promontorio.

El monumento franquista de Tortosa CANVA
Ciudad infravalorada
Lo más curioso de todo es que, con todo esto, Tortosa sigue siendo una de las ciudades más infravaloradas de Cataluña, cuando es un tesoro histórico y arquitectónico, así como un rincón para disfrutar de la tranquilidad del Ebro a bordo del llagut tradicional "Lo Sirgador".
Y si uno es goloso, no puede pasar por allí sin la visita de a la fábrica de chocolate CREO, es casi obligatoria. Garantiza un viaje al pasado a través del sabor, la historia y la tradición familiar que se remonta a 1941.
Cómo llegar
Para llegar a Tortosa en coche desde Tarragona, la ruta más rápida consiste en tomar la autopista AP-7 en dirección sur hasta la salida 40 hacia l'Aldea/Tortosa. Desde allí, se continúa por la carretera C-42 en dirección a Tortosa. El trayecto tiene una duración aproximada de 50 minutos.
Desde Barcelona, se puede llegar tomando también la autopista AP-7 en dirección sur. El recorrido es de aproximadamente 180 kilómetros y tiene una duración estimada de una hora y 45 minutos, dependiendo del tráfico. Al igual que desde Tarragona, hay que tomar la salida 40 hacia l'Aldea/Tortosa y luego seguir por la C-42 hasta el centro de la ciudad.