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Parece Estados Unidos pero es Tarragona: así es esta sorprendente urbanización de Cataluña

Este rincón de Cataluña sorprende por sus playas, su gastronomía e historia

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Hay lugares cuya estética rápidamente recuerdan a otro lugar. El caso más típico en Cataluña es Empuriabrava (Girona), que con sus canales recuerda a Venecia, y los paisajes de la Vall d’Aran recuerdan a Suiza.

En Tarragona también hay lugares así. Mirabet también se da unos aires a la Costa Amalfitana e incluso a la Toscana, pero hay uno que hace pensar directamente en Estados Unidos. En este último caso, no es tanto por su estética sino por su nombre.

Algunos catalanes ya deben deducir de qué lugar se trata. No es un pueblo y mucho menos una ciudad, se trata de una urbanización que sorprende a todo aquel que pasa por la N-340 en dirección al Delta del Ebro. Su nombre lo dicee todo: Miami Platja.

Sí, Cataluña tiene su propio Miami. No tiene rascacielos, tampoco edificios de estilo MiMo, así setentero, el nombre se pronuncia a la española, Miami, nada de ‘maiami’, pero tiene unas playas que nada tienen que envidiar a las de Florida y unas palmeras que brillan aún más, aunque sin las avenidas kilométricas. Es una postal viva del verano eterno.

No es un pueblo

Miami Playa no es un pueblo, es una urbanización. Pertenece al municipio de Montroig del Camp, situado a unos 20 km tierra adentro, aunque esta población es su barrio costero y poco tiene que ver con su ayuntamiento matriz. 

Este rincón de Estados Unidos se encuentra a pie de playa, siendo vecino inmediato de l’Hospitalet de l’Infant, separada de ésta apenas por el río Llastres. Aquí todo gira alrededor del mar y de la Avenida Barcelona (antigua N-340), una larga arteria que estructura la vida local y concentra el comercio, la gastronomía y los planes de día y de noche.

Un lugar muy joven

La historia de esta urbanización arranca en 1952, cuando Marcelino Esquiusy impulsó su construcción. Desde entonces, y con un ritmo de edificación constante, Miami Playa se ha convertido en un destino con identidad propia, muy distinto del típico pueblo de la Costa Dorada. 

Una de estas cosas que lo distinguen es que Miami no tiene un centro histórico como tal. Es difícil si apenas tiene 70 años de historia. Tampoco hay calles empedradas ni casas de pescadores, ya no eran tan comunes. Aquí lo que hay son algunas villas y sobre todo, chalets, apartamentos, bloques de vacaciones y muchos turistas con chanclas y gafas de sol. Eso sí, todos felices.

Playa de Miami Platja

Playa de Miami Platja AYUNTAMIENTO DE MONT-ROIG DEL CAMP

Las playas de Miami

Eso es lo que quiere el visitante de Miami Platja, pasarlo bien. O simplemente no hacer nada más que tumbarse en la arena y mirar el mar. Y para eso no hay mejor lugar. 

Durante el verano, esta localidad costera se transforma en una especie de resort a cielo abierto. Uno puede pasear en bicicleta por el Paseo Marítimo --una ruta de 4 km entre la Playa Cristal y la Playa de Estany Gelat--, darse con un chapuzón en alguna de sus calitas escondidas o comer algo rico en alguno de sus chiringuitos y restaurantes.

Dónde comer

Las opciones gastronómicas son casi infinitas. Desde restaurantes especializados en cocina catalana —con paellas, fideuás y suquets de peix— hasta locales internacionales: pizzerías italianas “de verdad”, pubs irlandeses, kebabs, buffets chinos y todo tipo de fast food para satisfacer antojos nocturnos

La tradición gastronómica es tal que en junio, se organizan unas jornadas gastronómicas donde el pulpo es el protagonista: una cita imprescindible para los amantes del buen comer.

Qué ver en la Miami catalana

Pero no todo es comida. Miami Playa también tiene su vertiente cultural. A pocos kilómetros, en Montroig del Camp, se encuentra la Ermita de la Virgen de la Roca, un paraje emblemático con vistas al mar y un entorno natural de postal. Allí se inspiró Joan Miró para crear algunas de sus obras más conocidas. 

Para quienes quieran profundizar en su legado, el Centro Miró ofrece una experiencia didáctica con reproducciones, audiovisuales y hasta un tapiz original. Ahora, que si uno se queda con lo gastronómico también se puede visitar el Museo del Aceite Solé, que reivindica el patrimonio agrícola local.

Playa de Miami

Playa de Miami AYUNTAMIENTO DE MONT-ROIG DEL CAMP

Escapada en familia

¿Y para los más pequeños? Miami Platja es un paraíso familiar. Las actividades para niños abundan: parques acuáticos, paseos en bici, juegos en la playa, excursiones por los pinares, rutas de senderismo, zonas de picnic junto a ermitas históricas y, cómo no, deportes náuticos. También se puede practicar golf en uno de los campos más destacados de Cataluña.

A pesar de su apariencia tranquila, Miami Playa se mueve al ritmo del verano. De marzo a octubre, su clima privilegiado permite disfrutar de sus atractivos con temperaturas suaves y cielos despejados. Es ese tipo de lugar al que uno llega “solo para unos días” y termina volviendo cada año. O quedándose.

Cómo llegar a Miami Playa en coche o en tren

La ciudad más cercana a Miami es Tarragona. Está a solo media hora de distancia en coche, ya sea por la autopista AP-7 o por la carretera N-340. Desde Barcelona, el trayecto es mejor por la AP-7 y el viaje dura de alrededor de 1 hora y 40 minutos. Las salidas están bien señalizadas, y el acceso a la urbanización es directo.

Para los que prefieran el tren, la estación más cercana es la de l’Hospitalet de l’Infant, a apenas cinco minutos en taxi o en coche de Miami Playa. Desde Tarragona hay trenes de Cercanías que conectan con l’Hospitalet en menos de 40 minutos. Desde Barcelona, el viaje en tren regional dura cerca de dos horas, con vistas al mar durante gran parte del recorrido.