La iglesia de Lleida que es un auténtico tesoro, la Seu

La iglesia de Lleida que es un auténtico tesoro, la Seu CANVA

Historia

He pasado mil veces por delante de esta iglesia de Lleida y no sabía que era un auténtico tesoro: esconde una increíble mezquita en su interior

El templo cristiano fue reconvertido también en un cuartel militar

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Hay lugares por los que uno pasa mil veces y, de tanto verlos, no les presta atención. Es así como uno se pierde las caras del casco antiguo de Barcelona que indican los antiguos prostíbulos u otras joyas modernistas de la ciudad. A veces, en cambio, sí aprecias su valor reparas en ello, pero no te preocupas por su historia.

Esto es lo que me ha pasado a mí a la hora de saber un poco más sobre la ciudad en la que viví durante un largo tiempo, Lleida. Como todo el mundo sabe, uno de sus rincones más conocidos es su catedral, la Seu, pero nunca pensé que es algo así como la mezquita de Córdoba catalana.

Sí, la catedral de Lleida se erige sobre las ruinas de una antigua mezquita. Y es que, como pasó en buena parte del territorio español, Lleida también fue Al-Andalus.

Fue durante la Edad Media y las tropas musulmanas no dudaron en erigir parte de sus templos. Y de la misma manera, con la Reconquista, los cristianos no dudaron ni un ápice en derribar y modificar los templos de culto musulmanes para erigir iglesias y catedrales.

Más de ocho siglos de historia

Este es, precisamente, el caso de la catedral de Lleida. Situada sobre el prominente cerro conocido como el Turó de la Seu Vella, esta construcción histórica no solo domina el paisaje urbano, sino que también encierra siglos de historia y curiosidades que la convierten en un tesoro arquitectónico y cultural. Entre ellas, una mezquita.

El templo, con más de 800 años de antigüedad, es testigo de la evolución y los avatares de la historia catalana y este dato da buena fe de ello. Su origen se remonta al período en que la península ibérica estaba bajo dominio musulmán, cuando en el lugar que ahora ocupa la catedral se erigía una mezquita sobre los restos de una antigua catedral paleocristiana y visigoda.

El paso de mezquita a iglesia 

Tras la conquista cristiana de la región en 1149, la mezquita fue consagrada como catedral, marcando el inicio de la historia de la Seu Vella tal como se la conoce hoy en día. Claro que, desde entonces, sufrió cambios. El que le dio su forma actual se realizó en 1203, pero desde entonces ha habido más.

A lo largo de los siglos, la Seu Vella ha experimentado diversas transformaciones que reflejan las vicisitudes de la historia de Lleida. En el siglo XVIII, tras la conquista de la ciudad por las tropas de Felipe V, la catedral fue reconvertida en cuartel militar debido a su estratégica ubicación en la colina.

La Seu Vella

La Seu Vella Turismo en Catalunya

Adiós a las imagenes religiosas

Este cambio de función implicó la desacralización del edificio y la transferencia de los servicios religiosos a la nueva Catedral Nueva de Lleida, completada entre 1761 y 1781. Eso tuvo sus consecuencias.

El hecho de convertirse en un edificio civil hizo de este espacio un lugar sin ninguna imagen religiosa. Desde al altar y los retablos a los bancos y estatuas desaparecieron por completo. Esto ha ayudado a que, ahora, la Seu luzca mucho más diáfana y se observen mejor sus detalles.

Cómo es ahora

La Seu Vella es un testimonio de la rica diversidad artística y arquitectónica de su época. Construida principalmente en estilo románico, la catedral incorpora elementos góticos que se añadieron en épocas posteriores, creando una fusión única de estilos.

Por su parte, el claustro, uno de los más grandes de Europa, es un ejemplo destacado de esta combinación, con arcos ojivales y tracerías detalladas que reflejan la maestría artística de sus constructores.

Interior de la Seu Vella de Lleida

Interior de la Seu Vella de Lleida

Campanas con nombre de mujer

El campanario de la Seu Vella, con sus siete campanas, es un símbolo icónico de la ciudad de Lleida. Dos de estas campanas, que datan del siglo XV y llevan los nombres de Mónica, la que toca los cuartos, y Silvestra, que marca las horas, destacan por su carácter gótico y su importancia histórica.

Además de cumplir su función religiosa, el campanario ofrece la oportunidad de disfrutar de vistas panorámicas de la ciudad y sus alrededores desde su mirador, accesible tras ascender 238 escalones en una escalera de caracol. Y es que la Seu de Lleida es una caja de sorpresas.

Cómo llegar

Llegar hasta allí no es del todo fácil. Aunque haya una rampa que favorece la subida, está en el punto más alto de la ciudad y la cuesta no te la quita nadie. La experiencia merece la pena incluso si no se es religioso, porque más allá de poder apreciar los detalles, desde allí se observa buena parte del casco histórico de la ciudad, el río Segre y, cuando hay poca nubosidad, la famosa Plana de Lleida.

A la ciudad se puede llegar en transporte público. Los trenes de media y larga distancia paran allí, incluso se puede llegar desde distintos puntos de España con los servicios de alta velocidad. En coche, suele tardarse bastante: una hora desde Tarragona, una más desde Barcelona y más de 2,5h desde Girona.