Cueva de la montaña del Areny

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La ruta por Cataluña que te hará creer que estás en Marte: un camino por cuevas prehistóricas

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Cataluña tiene paisajes que parecen sacados de otro planeta. Si en Torrelles de Llobregat están las Cuevas de Can Riera que parecen el Gran Cañón del Colorado, en la zona de Tarragona hay una montaña prehistórica que sorprende por sus colores y sus formas.

La montaña del Areny es un paraje singular de lo más singular que parece salido de Marte, pero que en realidad está muy cerca del mar, en la Costa Dorada, concretamente en Mont-roig del Camp. Ahora, pocos lo dirían.

Una montaña más vieja allá de jurásico

Con su característico color rojo, formas caprichosas y una historia que se remonta a millones de años, este lugar transporta a los visitantes a un paisaje único, digno de ser comparado con Marte. Y no solo, Es casi un viaje en el tiempo.

L’Areny es un ejemplo de la riqueza geológica de Cataluña. Formada por materiales triásicos  del Buntsandstein hace unos 250 millones de años, su composición fascina por sus colores y por su capacidad de supervivencia. Solo a modo de apunte, el triásico es el periodo prehistórico previo al jurásico, el mismo que vio aparecer los primeros mamíferos, de la evolución de los reptiles.

Cuevas y caminos rojos

Más allá de este factor histórico, el paso del tiempo también ha ayudado a que aparezcan las formas y tonalidades que caracterizan esta formación. De hecho, las montañas y cuevas y caminos del Areny están compuestos de arcilla y conglomerados silíceos que han dado lugar a suelos rojos de gran interés paisajístico. 

A los colores cabe añadir las formas que adoptan las rocas. La erosión causada por el viento y el agua ha esculpido acantilados y bloques de piedra que presentan relieves sorprendentes y únicos miles de años después de su formación.

La mano del hombre en el paisaje

Pero no hace falta remontarse tan lejos para observar alguno de los cambios más importantes que vivió esta zona. Durante la década de 1940, el paisaje sufrió un gran impacto debido a la extracción masiva de arena roja, utilizada para la fabricación de vidrio. 

Cueva de la montaña del Areny

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Este proceso, junto con la erosión natural, ha dejado cicatrices visibles en el terreno, que ahora deben ser preservadas para garantizar la supervivencia de este ecosistema tan peculiar. De hecho, esta ruta se ha tenido que cerrar hace poco por el peligro que podía suponer.

Espacio protegido por la Generalitat

La mano del hombre y sus pasos han acabado de deteriorar este paisaje tan característico. Lo que todavía sobrevive es lo que impresiona: la variedad de los colores que lo componen. El rojo intenso de la roca contrasta con el verde de los encinares y pinares, y con el amarillo vibrante de las albaidas que florecen en primavera. 

Este espectacular cromatismo lo convierte en un paisaje singular y un punto destacado de la Costa Dorada que más de una vez ha sido visitado por los vecinos de la zona y los amantes del senderismo. Claro que también ha sido protegido. Su valor geológico y natural lo ha llevado a ser clasificado como Espacio de Interés Natural (PEIN) por la Generalitat.

Naturaleza de escándalo

La montaña del Areny no solo es un espectáculo visual, sino también un laboratorio natural que alberga una flora única adaptada a la acidez de sus suelos silíceos. Aquí crecen especies como el encinar litoral, el alcornoque y arbustos como el lentisco y la albaida. Esta última florece en primavera, cubriendo el terreno con un manto amarillo que resalta aún más el contraste cromático del lugar.

Los líquenes, indicadores de una buena calidad ambiental, son especialmente abundantes en el Areny. Entre ellos, se encuentran especies raras y únicas en Cataluña, lo que refuerza la importancia de proteger este frágil ecosistema.

Senderos para llegar

Eso no quita que se pueda visitar y recorrer. El recorrido por la montaña del Areny comienza en el parking de la ermita Mare de Déu de la Roca, un santuario incrustado en la roca que forma parte de este entorno mágico. Desde este punto de partida, se pueden seguir diversas rutas señalizadas con marcas amarillas en árboles y piedras.

El itinerario más emblemático lleva a los visitantes a la Cova Foradada, una cueva natural que evoca tiempos prehistóricos. Desde allí, el recorrido desciende por las Escales del Diable, una sección con pendientes pronunciadas que ofrece vistas espectaculares del Areny. En el Clot o pla de l’Areny, una formación en forma de circo, se puede apreciar la inmensidad de este paraje. La ruta continúa en dirección sur hasta encontrar un sendero que lleva de vuelta a la ermita, desde donde se puede disfrutar de vistas impresionantes del santuario, el pueblo de Mont-roig y el mar Mediterráneo.

Ruta alternativa

Para quienes prefieren una ruta más accesible, existe un itinerario alternativo que parte del parking de la Cova del Patou. Este camino, sin pendientes pronunciadas, permite explorar el Areny de manera más tranquila, ideal para quienes desean evitar los tramos más desafiantes.

Aunque la ruta por el Areny ofrece una experiencia inolvidable, no es apta para personas con vértigo o miedo a las alturas, ni para familias con niños pequeños, debido a las pendientes pronunciadas en algunos tramos. Es fundamental llevar calzado adecuado, agua y protección solar, especialmente durante los meses de calor. Del mismo modo, debe tenerse en cuenta que desde hace un año el camino de los Carlinos ha sido cortado por la grieta de una roca en la montaña.

Cómo llegar

Para llegar a la montaña del Areny desde Barcelona en coche, se debe tomar la autopista AP-7 en dirección a Tarragona. Una vez en esta vía, se sigue hasta la salida 37 hacia Cambrils, para incorporarse a la carretera T-312 en dirección a Mont-roig del Camp.

Desde allí, se continúa por la T-310 y se sigue la señalización que indica el acceso a la montaña de la Roca y la Ermita de la Mare de Déu de la Roca, donde se encuentra el punto de inicio de la ruta hacia l’Areny. El trayecto total desde Barcelona es de aproximadamente una hora y media, dependiendo del tráfico.