Hay nombres de pueblos más que curiosos en España y Cataluña no se salva. Hay un Alp, sin estar en los Alpes, uno que tiene nombre de flor como el caso de Roses, pero hay uno que se lleva la palma.
Un municipio escondido en los Pirineos, bastante escondido y de tan sólo cuatro letras llama mucho la atención a quien pasa cerca de él. Su nombre es conocido por muchos, sobre todo, porque una bebida alcohólica catalana se llama así, claro que no se produce en tierras pirenaicas.
El municipio en cuestión es Cava, un pequeño rincón del Alt Urgell (Lleida) que cuenta tan solo con 44 habitantes. A pesar de que su nombre coincide curiosamente con el de una bebida alcohólica muy conocida, en realidad no tiene ninguna relación con el espumoso. Sin embargo, lo que sí tiene es una historia y un paisaje impresionantes que merecen ser descubiertos.
El municipio de Cava es, de hecho, una pequeña agrupación de núcleos de población. Su mayor núcleo es Ansovell, seguido de Querforadat, y por supuesto, el que le da nombre: Cava. A pesar de ser el que da nombre, en realidad allí solo viven cuatro vecinos, uno por cada letra de su nombre. Pero es anecdótico al lado de su historia.
El castillo y su leyenda
El origen de esta localidad se remonta a la Edad Media. Durante siglos, formó parte del condado de Cerdanya y fue un enclave estratégico, prueba de ello es que disponía de un castillo para defender sus tierras.
Con documentación existente desde el año 1277, el castillo de Cava tuvo un papel crucial en la historia de Cataluña. Aunque hoy en día a penas queda nada de él. La fortificación fue destruida en 1712 por los miquelets, soldados irregulares durante la Guerra de Sucesión Española.
Eso ha provocado que el visitante actual apenas pueda apreciar dos fragmentos de muro y una roca llamada la Silla del Señor, un lugar desde donde, según la leyenda, el varón de Santmartí paraba el sol en invierno. Una historia de herencia medieval que aún se cuenta por la zona.
El pueblo ha pasado por diferentes manos a lo largo de los siglos, incluyendo los Pinós, los Santmartí y los Doria d’Arfa, lo que subraya su relevancia en la época feudal. Estos nombres forman parte de la intrincada historia nobiliaria de la región, donde los señoríos y casas ducales controlaban los territorios y sus habitantes.
Una iglesia románica
Otro de los tesoros que se pueden encontrar en Cava es la iglesia de Sant Martí d'Ansovell, una construcción románica del siglo XII. A pesar de que hoy en día está en ruinas, la iglesia todavía conserva gran parte de su estructura original. Acceder a este templo religioso permite apreciar arcos semicirculares y capiteles decorados, características típicas del arte románico.
Situada en lo alto de una colina, Sant Martí d'Ansovell ofrece unas vistas espectaculares del entorno rural que la rodea. Y es que el paisaje es uno de los atractivos más destacables de Cava, donde los visitantes pueden disfrutar de la naturaleza en su estado más puro.
Entorno del Cadí
El municipio se encuentra dentro del Parque Natural del Cadí-Moixeró, que domina el horizonte de Cava y constituye una barrera natural que marca el límite meridional de la región. Esta cresta montañosa, que alcanza su punto más alto en el monte de la canal Baridana (2.648 metros), es un lugar ideal para los amantes del senderismo y los deportes de montaña.
Querforadat
Más allá de Cava, otro de los núcleos que forman parte del municipio que bien merece una visita es Querforadat. Al igual que Ansovell, este pueblo fue en su día un enclave importante en la comarca de Cerdanya. Durante la Edad Media, fue parte del territorio controlado por las casas nobiliarias de Aragall y Castro-Pinós, y más tarde por los duques de Híxar. Hoy en día, el pueblo mantiene su encanto rural y ofrece a los visitantes un entorno tranquilo y apartado del bullicio de las grandes ciudades.
El patrimonio histórico de Cava y sus pueblos es un reflejo de la importancia que tuvo esta región durante la Edad Media. A pesar de todo, el municipio lucha por mantenerse habitado y no formar parte de la llamada "Cataluña vaciada". Su atractivo natural e histórico son su principal atractivo y aseguran tranquilidad y un entorno natural y saludable para visitantes y nuevos residentes que busquen un lugar diferente, alejado de las prisas y el estrés de la vida urbana.
Cómo llegar
Para llegar a Cava en coche desde Barcelona, el trayecto dura aproximadamente dos horas y media, dependiendo del tráfico y las condiciones de la carretera. El viaje comienza tomando la carretera C-16 desde Barcelona en dirección a Berga. A medida que se avanza, es necesario continuar por la misma carretera hasta llegar a la población de Bagà.
Después de Bagà, se debe seguir por la carretera B-400 en dirección a Josa i Tuixén, donde se enlaza con la carretera LV-4012, que lleva directamente al municipio de Cava. Este recorrido incluye varios tramos de carretera de montaña, por lo que es importante prestar atención a las indicaciones y conducir con precaución.