Las iglesias en los pueblos pequeños tienen un papel fundamental tanto en la vida espiritual como en la cultural de sus comunidades. Aunque su arquitectura suele ser sencilla, muchas de estas construcciones poseen una belleza única que refleja la historia y las tradiciones locales. A menudo, estos templos han sido preservados durante siglos y son verdaderos testimonios del pasado, albergando frescos, retablos y esculturas que cuentan la evolución de la vida en el lugar.

Además de ser espacios de culto, las iglesias rurales actúan como puntos de encuentro en las celebraciones religiosas y en las festividades locales, reforzando así los lazos entre los habitantes y manteniendo vivas las costumbres transmitidas de generación en generación. El entorno natural que las rodea, muchas veces enclavada en parajes montañosas o rurales, añade un valor paisajístico que contribuye a su serenidad y a su encanto.

Arquitectura contemporánea en un pequeño pueblo

El Govern de la Generalitat de Cataluña declaró la Iglesia Nueva de la Asunción, en El Pont de Suert, como Bien Cultural de Interés Nacional en la categoría de Monumento Histórico. Este templo, construido entre 1953 y 1955, es una de las pocas obras de Eduardo Torroja en Cataluña, quien contó con la colaboración del arquitecto José Rodríguez. Las pinturas del interior y la talla de la Virgen del altar mayor fueron realizadas por la pintora Maria Röesset, mientras que el relieve de la portada y las demás esculturas son obra de Jacinto Higueras.

Iglesia nueva WIKIPEDIA

Torroja aplicó, en este edificio, su profundo conocimiento en técnicas innovadoras de construcción, particularmente, en el uso de elementos de hormigón laminar, que eran pioneros en esa época. Lo que distingue a esta obra es la sencillez formal y la estética, en línea con las corrientes europeas de vanguardia del momento. Es uno de los pocos ejemplos en Cataluña de arquitectura contemporánea, que combina estructuras de ladrillo laminado con hormigón armado.

El diseño del edificio mezcla modernidad con respeto por la tradición, inspirándose en el legado histórico de la Alta Ribagorça, especialmente, en las iglesias románicas. La estructura incluye una cubierta moderna y unos muros exteriores revestidos de piedra rústica, lo que le otorga una apariencia similar a las construcciones del románico y del gótico. Además, la fachada se adorna con una cruz sencilla, típica del movimiento obrero de la época.

El pueblo de montaña de 2300 habitantes

Pont de Suert, el pueblo donde se encuentra la Iglesia Nueva, es la capital de la comarca de la Alta Ribagorça. Está situado en el valle de la Noguera Ribagorçana, en un enclave estratégico dentro del Pirineo catalán, francés y aragonés.

En el ámbito económico, es un municipio de montaña donde, tradicionalmente, ha perdurado la actividad agrícola y ganadera. La industria hidroeléctrica ha sido desde mediados del siglo XX, el factor de desarrollo económico y las centrales que han contribuido al aumento de la población en esta zona de montaña.

Por otra parte, no puedes perderte su fiesta mayor, que se celebra a principios/mediados de agosto, y la otra por el puente de diciembre.

Calles de Pont de Suert CATALUNYA TURISME

También, la baixada de les Falles tiene lugar en la noche de San Juan: una tradición ancestral ligada al solsticio de verano que se celebra en varios valles del Pirineo Central. En junio, también tiene lugar la romería hacia la Virgen del Remedio y, en mayo, la de la Virgen de la Mola. Finalmente, en octubre se organiza la feria de la Girella, un embutido típico.

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