Esta es la ciudad más fea de Lleida y una de las peores de Cataluña, según ChatGPT

Establecer cuáles son las ciudades más feas de España es una tarea controvertida y subjetiva. Crónica Global lo ha hecho alguna vez, siempre aportando quién afirmaba esa información. Claro que siempre hay polémica.

En las últimas semanas, una importante publicación de viajes, publicó un mapa en el que se aventuró a nombrar el pueblo más feo de cada provincia español. Obviamente, poco tardaron en llegar las protestas al respecto. No todo el mundo estaba de acuerdo con la elección.

Quién decide

La revista asegura que no fue una impresión subjetiva, ni tan sólo extrajo la información de encuestas. La dura decisión de establecer la fealdad de los municipios la delegaron en la Inteligencia Artificial, más concretamente en el impopular y cada vez más usado ChatGPT.

No es excusa, es obvio. Pero los lectores no llegaron siempre a leer que fue una máquina quien dijo eso. Cuáles son los criterios de esta IA para afirmar tan categóricamente qué ciudades son tan feas y por qué siempre es un misterio.

Las ciudades más feas de Cataluña

La piedra, en cualquier caso, ya está lanzada. Así ha quedado publicado que Santa Coloma de Gramanet es la ciudad más fea de Barcelona, La Jonquera, la de Girona y Perafort, la de Tarragona.

En Lleida, el número uno del ranking del escándalo fue, Alfarràs, un pequeño municipio del norte de la comarca del Segrià, que, aunque pueda carecer de los encantos visuales de otras localidades, posee su propio carácter y particularidades que merece la pena explorar. Este artículo busca fijarse más en lo bonito que en lo feo de este municipio, para darle un ejemplo a la inteligencia artificial.

Qué pasa en Alfarràs

Alfarràs ya es interesante desde su nombre, proviene del árabe y significa "molino". De hecho, el pueblo tiene una larga historia marcada por la convivencia de influencias árabes y catalanas. 

A pesar de ser un pueblo de interior, esta localidad destaca principalmente por su relación con el agua, ya que a lo largo de su término municipal fluyen riberas y torrentes. Esto fue, precisamente, lo que favoreció la construcción de antiguos molinos harineros y, a su vez, le dio nombre. 

Qué ver

Una de estas construcciones son el principal atractivo de Alfarràs. No es que sean como los de Castilla-La Mancha, pero su antigüedad, data del siglo XV, da testimonio de su pasado agrícola.

Precisamente, en este  entorno natural con el canal de Pinyana y la balsa del molino, Alfarràs intenta reivindicarse con su patrimonio, aunque su estética urbana sea objeto de debate, como demuestra el controvertido ranking.

Tampoco se trata de engañar a nadie. Alfarràs es un municipio más de la periferia de Lleida. Está a apenas 29 kilómetros de la capital del Segrià, pero algo tiene. La iglesia vieja de Sant Pere, con una portada de interés, bien merece una visita.

Por su parte, el puente viejo que cruza el río, parcialmente destruido durante la guerra, aún conserva su encanto rústico. Estos vestigios son símbolos de la historia del pueblo y, aunque no tienen la grandiosidad de otros monumentos, reflejan la identidad de un lugar que ha resistido el paso del tiempo.

Cuándo ir

Por si uno quiere ir en el punto de máximo apogeo de Alfarràs, nada mejor que acercar durante sus fiestas tradicionales. Tiene dos, una de verano, Sant Pere, y otra en invierno, Sant Sebastià. Además, el núcleo agregado de Andaní también mantiene vivas sus propias festividades por Sant Llorenç y Sant Nicolau. 

Por último, y como no podía ser menos en la tierra considerada como el huerto de Europa, hay una fiesta que tiene en la agricultura su fuente de celebración. La Feria del Melocotón del Ribagorçana, que se celebra el segundo domingo de octubre, es otro de los eventos destacados que atrae a visitantes interesados en disfrutar de los sabores locales.