Nos encanta visitar pueblos de interior en verano porque nos ofrecen una escapada perfecta del bullicio de la ciudad y las aglomeraciones costeras. Estos pueblos, con su tranquilidad, nos invitan a desconectar y disfrutar de un ritmo de vida más pausado. Aquí, el aire es más fresco, las tradiciones siguen más vivas que nunca y la hospitalidad de sus habitantes nos hace sentir como en casa.
Además, exploramos paisajes naturales, disfrutamos de la gastronomía local y nos sumergimos en una cultura auténtica que nos reconecta con lo esencial, haciendo de cada visita una experiencia revitalizante y memorable.
La villa medieval de Girona
En el corazón del Baix Empordà, en Girona, se encuentra la preciosa villa medieval de Palau Sator, un rincón único y bien conservado que suele pasar desapercibido debido a su popular pueblo vecino, Peratallada -que se alimenta de turistas todo el año-.
Pasear por las calles de Palau Sator hasta la majestuosa Torre de las Horas de 20 metros de altura, disfrutar del silencio hasta llegar a la iglesia de Sant Pere o contemplar los vestigios de su antiguo castillo, es un regalo para los sentidos. No es de extrañar que el conjunto histórico del núcleo fuera declarado Bien Cultural de Interés Nacional en 2017.
Un poco de historia
El municipio de Palau Sator, según demuestran los descubrimientos arqueológicos de sus alrededores, es de origen romano. Fue nombrado como Palatii Murorum, según consta en un documento del año 878. El castillo perteneció al secretario de Pedro el Ceremonioso, Bernat Miquel y sus descendientes, desde el año 1380 hasta finales del 1600.
En su término municipal encontramos muchos aspectos relevantes de la historia y de todo aquello que han vivido sus habitantes. Uno de los aspectos fundamentales de esta población es la copla de La Principal de la Bisbal, que estaba formada, en una buena parte, por habitantes de Palau Sator. Es por esto que no se puede desvincular esta agrupación musical de este pequeño núcleo municipal.
Además, la aglomeración de estos pueblos nos permite ver como es de bonito del Empordà y esta zona en concreto. Aparte de disfrutar de todo el paisaje que nos rodea, los visitantes también pueden aprovechar para conocer las obras arquitectónicas religiosas del municipio. Entre ellas encontramos la iglesia de Sant Pere de Palau Sator, la de Sant Pau de Fontclara, la de Sant Julià de Boada y la de Sant Feliu de Boada.
Según datos del INE 2023, cuenta con una población de 314 habitantes.