He aquí la noticia menos noticia del verano. Hace calor, mucho calor. En dos semanas Cataluña ha vivido dos olas de calor sólo interrumpidas por unas horas de tormentas puntuales y no en todo el territorio.

Varios municipios ya han vivido las primeras noches tropicales (por encima de los 20ºC) y ni la sombra es suficiente para respirar tranquilo. Claro que siempre hay rincones donde escapar de todo esto.

Un lugar para refugiarse

Muchos consideran que el mejor lugar para refugiarse del calor es la montaña, pero no siempre es así. Las temperaturas diurnas a ciertas alturas pueden ser abrasadoras, por eso es mejor ir a los datos.

Si Girona tiene la Costa Brava para broncearse al lado del mar, también cuenta con la zona de los Pirineos. Es allí donde se encuentra uno de los puntos más fríos de Cataluña. Eso sí, en un valle.

Qué pueblo es

El lugar en cuestión es Alp, un pueblo situado al sureste de la comarca de la Baixa Cerdanya, justo en el límite con las del Ripollès y el Berguedà. Incluye los núcleos de Masella y La Molina.

En este lugar, los veranos son cortos, cómodos y secos, mientras que los inviernos son muy largos y nevados. A lo largo de todo el año el cielo está parcialmente nublando y las temperaturas varían entre -4 y 24 grados, subiendo rara vez más allá de 28 grados.

Si te pasas por Alp para huir de la ola de calor, recuerda que estarás en uno de los pueblos con más encanto de Cataluña. Además, con la llegada del verano, se transforma en un destino lleno de vida y actividades para todos los gustos gracias a su riqueza histórica y cultural.

Qué ver

Su patrimonio arquitectónico no tiene nada que envidiar a lugares de la costa como Cadaqués o Tossa. Pasear por sus calles es como viajar en el tiempo. La iglesia de Sant Pere, un edificio del siglo XII, es una antigua fortaleza que alberga impresionantes pinturas de Sant Cristòfol. Además, en dirección a La Molina, los visitantes pueden encontrar los restos del monasterio de Sant Esteve i Sant Hilari d’Umfred, un testimonio del pasado monástico de la región.

Además, Alp también es hogar de la torre de defensa de Torrassa y el castillo de la Torre del Riu. Este último, declarado Bien Cultural de Interés Nacional, es uno de los monumentos arquitectónicos más emblemáticos de la zona y una visita obligada para los amantes de la historia y la arquitectura.

Buena comida

Para los aficionados a la gastronomía, Alp ofrece una experiencia culinaria excepcional. La oferta gastronómica del municipio destaca por su enfoque en la cocina tradicional ceretana y el uso de productos de proximidad. Platos como el clásico Trinxat de La Cerdanya amb Rosta o la Sopa de La Cerdanya son algunas de las delicias que se pueden degustar en los restaurantes locales.

Los ingredientes básicos como la patata, el nabo, la col y la carne de cerdo son protagonistas en las recetas tradicionales, reflejando la esencia de la cocina de La Cerdanya. Los visitantes pueden disfrutar de estos sabores auténticos en un entorno acogedor, conociendo de cerca a los productores locales que mantienen vivas estas tradiciones culinarias.

Qué hacer

Además de su rica historia y gastronomía, Alp ofrece una variedad de actividades para todos los gustos. Desde rutas de senderismo por los impresionantes paisajes de La Cerdanya hasta visitas culturales a sus monumentos históricos, hay algo para cada tipo de viajero.

La combinación de naturaleza, cultura y gastronomía hace de Alp un destino perfecto para disfrutar del verano en uno de los rincones más encantadores de Cataluña. Prados, rutas para salir en bicicleta y una buena brisa fresca. Eso sin contar con los caminos que conducen a pequeños estanques y riachuelos formados por el deshielo.

Cómo llegar

Para quienes viajan desde Barcelona, la ruta más directa para llegar a Alp es tomando la autopista C-16 en dirección a Berga. Esta carretera, conocida también como la E-9, atraviesa paisajes montañosos y llega hasta el túnel del Cadí. Al salir de él, se sigue por la misma carretera hasta llegar a la salida hacia Alp. Este trayecto tiene una duración aproximada de dos horas y permite disfrutar de las vistas panorámicas de los Pirineos.

Desde Girona, se puede llegar a Alp tomando la carretera C-66 hacia Banyoles y Besalú, y luego seguir por la A-26 en dirección a Olot. Desde Olot, se toma la C-26 hasta Ripoll, donde se conecta con la carretera N-260. Esta vía, también conocida como la Eix Pirinenc, conduce directamente a Alp y asegura llegar a destino en hora y media.

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