¿Isla o playa? O mejor, ¿por qué no ambas a la vez? Que no se ofenda nadie de las Baleares o las Canarias, sabemos que playa e isla es más que probable, pero en Cataluña eso no se da mucho.

Las únicas islas que hay en territorio catalán no tienen playa. En la Costa Brava están las famosas Illes Medes y en la zona del Delta del Ebro está la Isla de Buda. Ninguna de ella tiene arena para tumbarse al sol. En cambio, hay una isla fantasma que muy pocos conocen y que es isla o península en función del día.

¿El monte Saint-Michel catalán?

Como una especie de Mount Saint-Michel, este rincón de la costa de Tarragona es un lugar que merece la pena visitar. El problema es que a veces uno se podrá tumbar en la arena y en otras ocasiones, no.

Pero esa aventura no es nada comparado con sus colores. La misma National Geographic ha caído rendida a sus pies no sólo por sus aguas turquesas, sino por las rocas y acantilados de tonos rojizos que la convierten en un espectáculo natural. O como dice la publicación, "una constelación playera", una especie de cielo en la Tierra, cuando no el mismísimo paraíso.

Enamora a National Geographic

La playa se encuentra alejado de todo polo turístico. Primero, lejos de la exclusiva Costa Brava, pero también de los lugares más típicos de la Costa Dorada. Si lo típico cuando se está en el Delta del Ebro es acercarse a la playa del Fangar, conocida como la del faro, o la del Trabucador, ésta mucho más alejada y escondida ofrece la calma que uno merece. Se trata de la Cala del l'Illot.

Esta joya oculta en la costa de Tarragona se erige como el destino ideal para aquellos que desean alejarse del bullicio y sumergirse en la serenidad de la naturaleza. Situada en l’Ametlla de Mar, ha captado la atención gracias a las influencers y recomendadoras de escapadas en las redes sociales y, ahora también, de National Geographic.

Dónde se encuentra

Localizada a unos 5 kilómetros al sur de l’Ametlla de Mar, la Cala del Illot de l’Àliga es una pequeña y pintoresca playa que muchos consideran una de las mejores calas del sur de Cataluña y de las Terres de l’Ebre. Con solo 30 metros de longitud y 30 de ancho, esta cala ofrece un entorno virgen y natural que resulta perfecto para desconectar del mundo.

El acceso a esta cala no es sencillo, lo que contribuye a su exclusividad. Para llegar, es necesario emprender una caminata de aproximadamente 50 minutos desde el camping Ametlla, siguiendo la ruta de senderismo GR-92. Este recorrido, aunque exigente, recompensa a los visitantes con un paisaje natural impresionante y la sensación de haber descubierto un rincón secreto del Mediterráneo.

La Cala de l'Illot: cómo es

La Cala de l'Illot es una puerta a un entorno natural impresionante. Rodeada de naturaleza virgen, esta playa rocosa y su ambiente aislado la convierten en el lugar ideal para quienes buscan paz y tranquilidad. La pequeña isla rocosa de L’Illot, accesible nadando o caminando durante la marea baja, añade un toque especial a este paisaje. 

A esto se le añade las aguas cristalinas y completamente limpias. Al estar alejadas de las urbes esta transparencia permite a los aficionados al snorkel explorar la vida submarina. Y para los que odien la arena, no hay problema, a pesar de que hay algo de arena, sobre todo hay piedras planas que permite tumbarse sin problema sin en el engorro de la arena.

Colores únicos

Por último, destacar que hay dos maneras de llegar. Por un lado, se puede acceder a nado, siempre que no haya mala mar. Otra opción es aprovechar la marea baja para ir andando.

Sea a pie o a nado, esta cala deslumbra por sus diminutas dimensiones, por su dificultad de acceso y sus colores. Es, como narra National Geographic, una "pequeña calita de guijarros, rodeada de roquedal rojizo por el que se descuelgan algunos pinos que parecen querer dar con el mar turquesa". La Cala de l'Illot es, sin duda, la opción perfecta para disfrutar de la naturaleza y sus extravagancias.

Entorno

Pero si esta playa merece mucho la pena. El entorno no se queda atrás. El mismo National Geographic describe L'Ametlla de Mar como un paraíso costero con 16 kilómetros de playas variadas.

Desde la Platja del Fangar hasta la Cala Moros y la Platja de l'Àliga, cada playa posee su propia personalidad, ofreciendo desde arenas finas hasta calas más salvajes rodeadas de rocas rojizas. Incluso los aficionados al nudismo encuentran su espacio en esta región, destacando la diversidad e inclusión de sus ofertas naturales.

Cómo llegar

Para llegar a la Cala del Illot de l’Àliga desde Barcelona, primero se ha de ir hacia l’Ametlla de Mar, una localidad situada a unos 140 kilómetros al sur. La manera más sencilla es tomar la autopista AP-7 en dirección a Tarragona/Valencia. Después de aproximadamente una hora y media de viaje, se deber tomar la salida 39 hacia l’Ametlla de Mar. Una vez en la localidad, seguid las indicaciones hacia el centro del pueblo. Desde allí, se debe ir hacia el camping Ametlla, que es el punto de partida para llegar a la cala.

Desde el camping Ametlla, comienza la aventura a pie siguiendo la ruta de senderismo GR-92. Este sendero lleva a través de un hermoso paisaje costero, con vistas impresionantes del Mediterráneo. La caminata de aproximadamente 50 minutos va a la Cala del Illot de l’Àliga. El sendero es relativamente fácil de seguir.

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