Los parques acuáticos son el refugio de muchas familias durante las vacaciones de verano. Es un plan alternativo a la playa y a la piscina que permite divertirse a los más pequeños dentro de una zona cerrada que da seguridad a las familias.

Estas zonas de recreo para pequeños y grandes no tardaron mucho en llegar a Cataluña. El invento surgió en Estados Unidos en 1977, concretamente en Orlando (Florida). Piscinas y toboganes hacían las delicias de los más pequeños que encontraron un nuevo lugar de diversión. El impacto generado fue tal que se empezó a expandir la idea a nivel mundial.

El primer parque acuático de Cataluña

Tomando como modelo el referente estadounidense, tres años después de su inauguración un empresario catalán tuvo la idea de montar uno en su tierra. El emprendedor en cuestión, además, no tenía nada que ver con este mundo del entretenimiento y las familias, era, como no, un industrial textil.

El hombre en cuestión fue Antonio Sarrià, un exitoso empresario de industria textil que, aprovechó su buena salud económica para invertir en una finca que albergaba establos, un polideportivo con pistas de pádel, una piscina y un pequeño tobogán, que poco a poco fue creciendo. Su nombre: Illa Fantasia.

El 1 de mayo de 1981 abría en Vilassar de Dalt el que a día de hoy se considera el parque acuático más antiguo de Cataluña, una joya del entretenimiento que ha evolucionado significativamente desde sus humildes comienzos. De hecho, al principio, era más un centro deportivo y de ocio que un parque acuático.

Más allá de una piscina con toboganes y algunas atracciones acuáticas, Illa Fantasia, era una explanada de más 80.000 metros cuadrados que albergaba desde el citado polideportivo a pistas de tenis y hasta una plaza de toros. Asimismo, abierto a la posibilidad de pasar horas en la zona, también se abrió un restaurante.

Un parque particular

La idea inicial no tardó mucho en cambiar. Las atracciones acuáticas cada vez tenían más peso y fueron ganando terreno en las instalaciones. El parque rápidamente se convirtió en un destino popular y la plaza de toros fue transformada en un auditorio.

Con los años, Illa Fantasia continuó su transformación, integrando una piscina de olas, una zona de pícnic, un lago y un amplio número de toboganes. En poco tiempo y, a pesar de que salía competencia, se consolidó como un recinto de ocio de referencia en Cataluña.

Conversión a gran empresa

Al llegar los años 90, la finca ya estaba dedicada al 100% al entretenimiento acuático, que atraía a millones de visitantes cada año. El éxito fue tal que empezaron a entrar grandes sociedades. 

En mayo de 2005, Josep María Cama y Joan Molist adquirieron la totalidad de las acciones de Saleon, S.A., la sociedad propietaria del parque. 

Cómo es ahora

Desde entonces, se han dedicado a continuar y expandir el legado de su fundador, manteniendo a Illa Fantasia como un destino preferido para familias y visitantes de todas las edades. Tanto da que la playa quede a unos escasos 5 kilómetros, la diversión que ofrece no se encuentra en el mar.

Hoy en día, Illa Fantasia se distingue por ser el parque acuático más antiguo de España, sí, pero también por su extensa oferta de entretenimiento. El parque ha crecido hasta contar con más de 10.000m² de zona verde, ofreciendo un entorno natural con un bosque de pinos que alberga más de 900 mesas de pícnic

Atracciones

Los visitantes pueden disfrutar de 22 atracciones acuáticas, tres macro piscinas, un parque infantil, una zona de minigolf y un área de recreo. Entre  las atracciones favoritas destacan una caída libre a 20 metros de altura con giros incluidos o unos toboganes en los que tirarse en pareja con los amigos y familia, cuando no otros que hacen descender 15 metros en 10 segundos.

Eso sin contar con las atracciones más light, las piscinas para niños más pequeños y la zona de restauración, donde se encuentran cafeterías y restaurantes, opciones de self-service, una tienda, un cajero automático y varios puntos de información.

Una fiesta muy gayfriendly

Illa fantasía se ha convertido, con todos estos alicientes, en un punto de encuentro de familias y amigos, un lugar de diversión sana y una zona para refrescarse en verano. Aunque también es el lugar donde se celebran una de las fiestas LGTBI más importantes y conocidas de Cataluña.

Desde hace cerca de una década, el grupo Matinée celebra allí el festival Circuit. Allí, en medio de toboganes y piscinas, los miembros del colectivo y de amigos bailan al ritmo de la música electrónica durante cerca de una semana. Una manera más de reinventarse y demostrar que los parques acuáticos son mucho más que algo para niños.

Cómo llegar

Para llegar a Illa Fantasia desde Barcelona, la opción más conveniente es tomar el tren. Desde la estación de tren de Barcelona-Sants, se puede abordar la línea R1 de Rodalies en dirección a Mataró y bajarse en la estación de Premià de Mar. Desde allí, el parque ofrece un servicio de autobús gratuito que conecta la estación con la entrada de Illa Fantasia. Este trayecto en tren tiene una duración aproximada de 30 minutos, a los que se suman unos pocos minutos más en el autobús lanzadera.

Otra alternativa es el coche. Desde Barcelona, se debe tomar la autopista C-32 en dirección a Mataró y tomar la salida 92 hacia Vilassar de Dalt. Siguiendo las señales, se llega al parque en unos 20-30 minutos, dependiendo del tráfico. Illa Fantasia dispone de un amplio aparcamiento, facilitando el acceso a quienes prefieren conducir.

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