No hay lista en la que se hable de los pueblos más bonitos de España que no aparezca. Es un clásico, un escenario de película que nunca decepciona, sobre todo, si uno es amante de la historia.
En el corazón de Cataluña, en las montañas de la provincia de Girona, hay un municipio que luce como lo hacían en su día las antorchas que colgaban en sus calles. Un lugar tan atractivo que la Organización Mundial de Turismo lo ha nombrado como el mejor pueblo del mundo.
Historia y patrimonio
Basándose en el patrimonio histórico y cultural, su arquitectura, su belleza y su entorno, este organismo no ha dudado en otorgarle esta distinción. Y es que Rupit o, mejor dicho, Rupit y Pruit enamora a cualquiera.
Ubicado en la espectacular comarca natural del Collsacabra, el municipio se erige majestuoso, rodeado de montañas y bañado por la historia que se respira en cada rincón. Su encanto medieval se refleja en sus calles empedradas, sus edificaciones de piedra y su atmósfera que parece detenida en el tiempo.
Dónde está
Este idílico rincón de Cataluña, que en realidad está compuesto por dos municipios fusionados, Rupit y Pruit, cautiva a quienes se aventuran a visitarlo. A solo 109 kilómetros de Barcelona, un viaje de aproximadamente una hora y media, se encuentra este tesoro que parece salido de una postal.
La visita a Rupit es como un viaje en el tiempo, donde las limitaciones del tráfico moderno nos transportan a una época donde los coches no existían en el paisaje urbano. Las estrechas calles del casco antiguo prohíben la entrada de vehículos, preservando así la autenticidad y el encanto del lugar.
El puente de bienvenida
Un cartel da la bienvenida a este pueblo detenido en el tiempo. Lo evidencia el primer cartel con el que se cruza el visitante y que impide el paso de vehículos. Una manera de garantizar la paz de sus escasos 300 habitantes y una forma de evitar el caos por sus estrechas calles.
La belleza del pueblo llega antes de entrar. El icónico puente colgante que cruza el arroyo ya quita el hipo. Su altura, su torre y su majestuosidad construyen una pasarela única hacia las murallas de la antigua ciudad que parece no haber cambiado desde hace siglos.
Qué ver
Una vez cruzado el umbral de sus murallas, cruzando el río por las increíbles vistas del puente, de comienzo una experiencia única. Las casas de piedra, construidas en los siglos XVI y XVII, se erigen como testigos silenciosos de la historia que se despliega ante los ojos.
Sus bajos copados ahora por tiendas que ofrecen embutidos y otros productos gastronómicos de la zona conservan todavía la estructura de las casas de la época. Lo mismo sucede con las tiendas de souvenirs de todo tipo e incluso algún restaurante, que tiene aspecto de una cantina medieval.
Puntos de interés
Al llegar a la Plaza Mayor, corazón de la localidad, el tiempo parece detenerse. Su espacio diáfano, abierto en medio de las estrechas calles, invita a respirar la paz y la serenidad del entorno.
Rupit también ofrece una serie de joyas para los amantes de la historia y la arquitectura que no deben perderse. Desde Ermita de Santa Magdalena hasta las casitas de la calle del Fosar cada edificación cuenta una historia fascinante que merece ser descubierta. Aunque si algo sorprende es la Iglesia de Sant Miquel hasta la pintoresca.
Una ermita diferente
Este templo dedicado al santo es una rara avis. Una perla blanca que reluce en medio de las casas y construcciones de piedra que dan vida y forma a Rupit. Los que la han visitado saben por qué.
Sus tonos blancos impolutos de la fachada y su planta de cruz griega son una rara avis en este lugar en el que impera el marrón. Pero si el exterior fascina su interior sorprende. De allí que sea casi una visita obligada.
Qué hacer
Pero Rupit no solo cautiva con su patrimonio arquitectónico, sino también con su entorno natural. La cercana cascada de más de 90 metros de altura, accesible a través de senderos señalizados, ofrece una vista impresionante que deja sin aliento a quienes tienen la suerte de contemplarla.
Muy cerca del pueblo también se encuentra el pantano de Sau. Frecuentemente, todos los visitantes se fijan en el mismo aspecto: hay una torre que emerge desde debajo del agua. Corresponde a la iglesia de Sant Romà, y es lo único que se puede observar del desaparecido pueblo de Sant Romà de Sau. Quienes no saben aún qué visitar en Rupit y alrededores pueden acercarse a este lugar, inundado en 1962 para construir un embalse.
Cómo llegar
En resumen, Rupit es mucho más que un pueblo. Es un tesoro escondido en las montañas de Cataluña, un lugar donde la historia, la naturaleza y la belleza se fusionan para crear una experiencia única e inolvidable y que está muy cerca de los principales núcleos urbanos de Cataluña.
La mejor manera de llegar es hacerlo a través de Girona, por la vía que comunica Olot con Vic. De esta forma, hay que acceder a la C-153 y, después, recorrer la carretera de montaña hasta entrar en este pueblo. Está a menos de hora y media. Desde Barcelona, se tarda solo un cuarto de hora más por la C-17 hasta Vic.