Este es el pueblo de Cataluña donde mejor se come, según National Geographic: una experiencia gastronómica con vistas al mar
La famosa publicación destaca la riqueza gastronómico de uno de los rincones más queridos de la costa catalana
2 abril, 2024 13:00Noticias relacionadas
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Si hay una revista en la que uno confía a nivel viajes es National Geographic. La revista especializada elabora extensos reportajes sobre villas, pueblos, parajes naturales y demás en el que explica con todo lujo de detalles qué hay que ver. La última lista, por eso, tiene más que ver con el estómago.
La publicación a elaborado un listado sobre pueblos con encantos “donde además se come bien”. Se centra en toda España y sólo aparece un municipio de Cataluña. Un lugar con gran encanto y mejor comer y de una gran popularidad Cadaqués.
Restaurantes con sabor a Estrella
Como bien indica la revista, “hay mucha vida más allá de Dalí y de las fotos idílicas de mar-barquita-barraca blanca en Instagram” en este municipio de la Costa Brava. Si la playa principal enamora, su paseo marítimo, sus casitas blancas y, sobre todo, sus bares son una razón extra para visitarlo
La publicación menciona tres restaurantes. Algunos de ellos muy conocidos. Por un lado, un restaurante con estrella, el Compartir. Dirigido por tres chefs con Estrella Michelin, Oriol Castro, Eduard Xatruch y Mateu Casañas que han pasado al estrellato gracias a su local de Barcelona, el Disfrutar, este local ubicado en el puerto enamora a sus comensales con sus tapas y platos, en especial, el arroz con Bogavante.
Tres bares con solera
Con menos lujos y más tradición está la reconocida Casa Anita, con un ambiente de tasca de toda la vida, elementos folclóricos y platos para rebañar el plato con pan. Y, por último, National Geographic destaca uno de esos locales especializados , el de Martín Faixó, un wine bar que ofrece mucho más que vino, maridajes y degustaciones.
Por último, y fuera de las recomendaciones de la revista, está el famoso chiringuito de Cadaquès, el mismo que enamoró a personajes como Dalí o al vanguardista Marcel Duchamp, entre muchos otros famosos. Un bar donde degustar un buen plato de comida a pie de playa.
Pero como todo el mundo sabe, Cadaqués no se acaba en la mesa. La visita al casco antiguo es obligada. Perderse por sus calles es conocer su historia, que no deja indiferente a nadie.
El pueblo, de origen medieval y rodeado por una gran muralla, ocupaba el espacio de lo que hoy es el centro histórico de la localidad, cuyo punto más alto se encuentra situado en la iglesia de Santa María de Cadaqués. Desde allí hay una vista preciosa del pueblo, de la bahía de Cadaqués, de la isla es Cucurucuc e incluso del faro de Cala Nans.
Pueblo cultural
Es obvio que hablar de Cadaqués es hacer referencia a la Casa Museo de Salvador Dalí, pero a nivel cultural no se ha de dejar pasar la oportunidad de visitar el Museo municipal de la villa o el Espai Cap de Creus, así como sus numerosas galerías de arte.
Edificios emblemáticos como la Casa de Don Octavio Serinyana, la Torre del Colom o el Faro del Cap de Creus, y esculturas en homenaje a los artistas e intelectuales más destacados que han residido o bien han pasado por el municipio completan el catálogo cultural de Cadaqués.
Playas espectaculares
Por último, destacar la naturaleza que rodea a Cadaqués, situado entre un parque natural y el azul del Mediterráneo. Hay una gran variedad de playas y calas que por su belleza y singularidad son únicas en toda la Costa Brava. Playas como Ses Ielles, Sant Luis, Portlligat, Ses Nouse, Jonquet, Confitera, Portdoguer o Sa Sabolla, y calas como Culip, Portaló, Seca, Culleró, Torta o Francarlos bien merecen una visita.
Uno de sus elementos más característicos son los cantos rodados y las rocas. Estas últimas poseen formas muy curiosas, hasta el punto de que los mismos habitantes han bautizado con nombre de animales aquellas rocas que por su caprichosa forma les recordaban a un determinado ser vivo. De aquí que se hable del camello, del águila o la tortuga refiriéndose a ciertas rocas del Cap de Creus. Pero eso no es todo, el mismísimo Salvador Dalí se inspiró en una gran roca, situada en la cala de Culleró, para crear su famosa obra el El gran masturbador.
Cómo llegar
Pero como todo el mundo sabe, llegar a un paraje natural tan característico no es fácil. Muchas horas de trayecto y una carretera de curvas, la GI-614 que es tan peligrosa como conocida por los visitantes del pueblo.
Desde Barcelona se tarda más de dos horas, pero hasta la carretera de Cadaqués todo es autopista (AP-7), carretera nacional (N-II) y la comarcal repleta de rotondas que es el tramo de la C-260 que une Figueres con Roses.