Primeras planas

El independentismo, la violencia y la Transición de Mendoza

La presidenta de la ANC justifica los disturbios por su cuota de pantalla. La Audiencia Nacional investiga las relaciones entre los CDR y Puigdemont. Eduardo Mendoza defiende la Transición

29 octubre, 2019 07:59

"El mundo es como es" ha concluido Elisenda Paluzie en una espiral de cogitaciones en torno a la violencia. La presidenta de la Assemblea Nacional Catalana (ANC) acaba de descubrir los "aspectos positivos" de pegarle fuego a Barcelona, la cuota mediática de los disturbios, la porción de visibilidad, ese el món ens mira que miraba para otro lado cuando las manifestaciones de su organización concluían en exhibiciones castelleras en vez de pirotécnicas. Paluzie ha mostrado en TV3 su vocación de recolectora de nueces y le ha quitado la careta al independentismo para ponerle la capucha. Nunca se le agradecerá lo suficiente su claridad expositiva. Ahora, eso sí, la culpa es del Estado, siempre el Estado, ese monstruo en el rincón con el que cada mañana se despiertan los independentistas más independentistas.

Más madera. El Mundo refiere que la Audiencia Nacional investiga las presuntas conexiones entre los miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) detenidos el 23 de septiembre con el expresidente autonómico Carles Puigdemont. Es un texto de Esteban Urreiztieta y Ángela Martialay: "La macroinvestigación que dirige la Audiencia Nacional revela que los miembros de los Comités de Defensa de la República (CDR) "reportaban puntualmente" su estrategia y principales pasos al expresident catalán fugado Carles Puigdemont. Según informan fuentes de la investigación, el análisis de las comunicaciones telefónicas intervenidas a los radicales --llevado a cabo por el Juzgado de Instrucción número 6 de la Audiencia Nacional, en coordinación con la Fiscalía y la Guardia Civil-- concluye que los CDR daban cuenta de manera precisa y constante al expresident catalán huido de la Justicia española en la localidad belga de Waterloo. (...) Por este motivo, la Audiencia estudia actualmente el grado de la eventual responsabilidad penal del expresident en estos hechos. El Tribunal Supremo ya tiene cursada contra él una nueva orden de detención internacional por los delitos de sedición y malversación de caudales públicos".

Sobre la orden europea de detención, Carmen Lucas-Torres en El Independiente rebaja las expectativas de quienes ya celebren la extradición de Puigdemont porque la Fiscalía belga parece por la labor de avalar el escrito del juez Llarena. Escribe Lucas-Torres: "'Todavía es muy pronto para hablar de la entrega, quedan unos cuantos pasos', afirman fuentes fiscales, quienes recuerdan que en 2017, cuando la instructora de la Audiencia Nacional Carmen Lamela envió una orden internacional de detención contra Puigdemont por rebelión, la Fiscalía belga ya informó a favor de que se entregara al expresidente catalán, fugado de la Justicia española, por dicho delito".

Párrafos después se aclaran los pasos que faltan: "Tras la vista de este martes, la decisión del juez no tiene por qué ser inmediata. Según el reglamento europeo, tiene hasta dos meses para tomar una decisión. A partir de entonces, cuando se pronuncie, tanto la defensa de Puigdemont como la Fiscalía tienen 24 horas para presentar un recurso ante la instancia judicial superior, la Corte de Apelación, que también se tomaría su tiempo para decidir. Habría una última instancia, el Tribunal de Casación, ante el que podrían dirigirse ambas partes".

El preso Oriol Junqueras no pierde cuota de pantalla respecto a Puigdemont. Hoy es el protagonista de una entrevista que le practican Neus Tomás y Arturo Puente en El Diario. También habla de violencia, asunto que reduce a una suerte de inocua persecución contra los contenedores. 

diario cataluna

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Ahí va la entradilla: "'No me gusta que se queme un contenedor, pero violencia es condenar a un siglo de cárcel a demócratas por poner urnas', afirma en referencia a los disturbios de Barcelona. El dirigente republicano añade que el independentismo siempre ha condenado 'toda violencia' y considera que en las jornadas de duras protestas que se han vivido en la capital catalana se han producido excesos policiales".

Y las preguntas:

"-Dice que la sentencia no es justicia sino venganza. ¿Venganza de quién?

-Del Estado, de las profundidades del Estado, de aquellos que no dudan en perseguir a demócratas por miedo a perder privilegios. Es venganza por habernos atrevido a poner urnas y hacer un referéndum de autodeterminación. Buscan escarmentarnos, crear miedo en los ciudadanos para que no vuelva a pasar y no entienden que el pueblo de Catalunya ya no tiene miedo de sus amenazas. El camino hacia la independencia es irreversible. La historia nos demuestra que cuando un pueblo decide emprender un camino, lo acaba logrando.

-A usted se le ha condenado a 13 años, Se le acusa de haber liderado el 1-O como un 'señuelo' y de haber promovido un referéndum que no tenía garantías democráticas. ¿Engañaron a los votantes haciéndoles creer que el referéndum sería vinculante?

-No engañamos a nadie, seguimos y cumplimos con el mandato de las urnas. Y el referéndum se hizo como prometimos, con absolutamente todas las garantías. Otra cosa muy distinta es la violencia desatada del Estado. Es una evidencia que pasados dos años del 1-O, no hemos conseguido el objetivo de la República y sabemos que tendremos que volver a pasar por las urnas para conseguir el mandato definitivo. No tengo ninguna duda que así será".

Mientras tanto, una parte de la juventud mantiene el empuje aún a costa de poner en riesgo su salud. Es el caso de un muchacho que ha denunciado que los Mossos le impidieron hacerse la prueba del azúcar cerca de la frontera de La Jonquera. Explica la historia en Nació Digital Bernat Surroca: "Alguns dels joves identificats pels Mossos aquest matí a la Jonquera, a l'Alt Empordà, estudien denunciar els fets per "negligències" en l'actuació. Denuncien que agents de la Brimo els han retingut durant més de dues hores sense motiu: "Ens deien que era per seguretat", explica Marc Marturià, un dels afectats. En aquest temps, a més, els han mantingut de cara a la paret, drets, sense poder parlar entre ells ni anar al lavabo i, en el cas concret del testimoni consultat per aquest diari, se li ha negat fer-se la prova del sucre. "Soc diabètic, he notat que em baixava el sucre i he demanat als agents que em deixessin mirar-me'l. M'han dit que no, malgrat que he insistit", relata".

Sigue la pieza: "No ha estat fins al canvi de torn que un altre agent li ha permès fer-se la prova. Efectivament, estava baix de sucre. "Em trobava a 60 i el nivell normal havia de ser superior a 80", recorda. Si hagues baixat fins als 30, s'hauria desmaiat i podria haver començat a convulsionar. "A partir d'aquest punt ja és progressiu. Si s'esgota el sucre i no el recuperes pots arribar a morir", ressalta Marturià en declaracions a aquest diari".

Una barbaridad, igual que cerrar el paso a una embarazada que iba a dar a luz en uno de los cortes de carretera o el espinoso asunto del turista francés fulminado por un ataque al corazón en la gloriosa toma del aeropuerto de El Prat a cargo del Tsunami.

Hoy es el día del CIS, pero el asunto circula ya en las redacciones. Así, Ketty Garat explica en Libertad Digital que "no hay pudor en reconocer que la cúpula del PSOE tiene ya en su haber la encuesta preelectoral que el Centro de Investigaciones Sociológicas publicará este martes a dos días de que comience la campaña electoral y que adelantan fuentes socialistas a Libertad Digital. Según el barómetro preelectoral de José Félix Tezanos, el PSOE ganará las elecciones con una holgada victoria y una amplia horquilla entre 130 y 150 escaños, a una gran distancia del PP que no llega a 90 diputados".

Continúa Garat: "Según estos datos que adelanta en primicia LD, la novedad está en la tercera fuerza: el CIS eleva a Vox a la tercera posición con más de 40 parlamentarios frente a los 24 actuales y una "debacle" para Ciudadanos que no cuantifican pero sí califican: "Rivera está muerto". Según estas fuentes, "las encuestas no recogen aún los efectos positivos" de los dos factores catalizadores de la campaña: Franco y Cataluña. Un primer asunto que "por supuesto" que da rentabilidad al Gobierno: "no os podéis imaginar la cantidad de gente que nos para por la calle para darnos las gracias" porque "todo el mundo tiene a un familiar en las cunetas". Y dos: Cataluña que, según Ferraz, "proyecta una imagen de ponderación y proporcionalidad ante la violencia en las calles que no contribuye a alimentar la espiral de violencia a diferencia de lo que esta ocurriendo en Chile"".

Las encuestas son una suerte de precedente del gran hermano, asunto del que habla El País en portada al hilo de un experimento que está a punto de realizar el Ejecutivo. Escribe Antonio Maqueda: "El Instituto Nacional de Estadística (INE) conocerá cómo se mueven los españoles gracias a sus móviles. Merced a un acuerdo con las tres principales operadoras de telefonía, se seguirán los movimientos de los terminales durante cuatro días laborables --del 18 al 21 de noviembre--, un domingo --el 24 de noviembre-- y tres días de periodo vacacional --el 20 de julio, el 15 de agosto y el 25 de diciembre--, según confirman fuentes del organismo. Se trata de un estudio experimental pionero en Europa. Los datos serán completamente anónimos: el instituto recibirá de las empresas telefónicas las posiciones de los números, pero no los titulares de las líneas. La información resulta relevante para averiguar cuáles son los desplazamientos habituales de la población y, por tanto, dónde se deben prestar los servicios públicos y reforzar las infraestructuras. Por ejemplo, se sabrá cuántas personas residen en Leganés pero trabaja en Madrid".

Eduardo Mendoza publica nuevo libro, razón por la que le entrevistan en los medios. Víctor Fernández charla en La Razón con el autor sobre la Transición. Ahí va un clarificador extracto: 

"–El libro se publica en un momento en el que muchos se replantean la Transición. En El negociado del yin y el yang, tras la muerte de Franco, su protagonista Rufo Batalla habla de que es el momento de 'tolerar las discrepancias'.

–Entonces nos iba la vida. Si no se ponían de acuerdo Carrillo y Fraga aquello no sé cómo habría acabado. Tanto unos como otros tuvieron el gesto de ver qué se podía hacer con aquello. Me parece un momento muy bonito de la historia y casi único en el que es más importante el bien común que las ideologías de cada uno, aunque muchos sabían que se estaban tirando un tiro en el pie. Lo digo porque el Partido Comunista sabía que si no hace agitación se iba a fundir mientras que Alianza Popular sabía que si no sacaba la bandera la iban a arrinconar. A pesar de todo, juegan a futuros y se dicen que ya nos tocará el turno. Eso me parece que está muy bien. El balance que se hace ahora de la Transición me parece muy poco serio. Eso de sacarle defectos es algo que sabemos hacer todos.

–Casi se ha convertido en un deporte hacerlo y pensar que no hay ninguna lección que aprender de todo aquello.

–Claro. En aquel momento estábamos intentando sacar la cabeza fuera del agua porque la perspectiva de una guerra civil era un hecho real. Todo se conjuró, salvo ETA que quedó por allí. Hubo un consenso general de que había que resistir. Los militares se portaron estupendamente y aguantaron, aguantaron y aguantaron, igual que la Guardia Civil. Ahora resulta que todo aquello era una engañifa. Pues no. Yo no sé, entonces, cómo debía de ser".

29 de octubre, santoral: Feliciano de Cartago, Honorato de Vercelli, Narciso de Gerona y Zenobio de Sidón.