
El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni
Collboni, contra la especulación, y la Barcelona de Ferran Adrià
El alcalde de Barcelona promete que la especulación inmobiliaria "ya no será negocio". Ferran Adrià celebra la excelencia culinaria de la capital catalana, pero augura el final del menú del día
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El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni, está dispuesto a acabar con la especulación inmobiliaria. Arrojada declaración de intenciones del munícipe contra uno de los santos y señas de la actividad económica en las ciudades, la compra, venta y alquiler de propiedades.
Según su esquema, la discutida compra de la Casa Orsola es una advertencia al mercado inmobiliario, a los especuladores, una suerte de ejemplo con el que el alcalde pretende ahuyentar a los fondos buitres que sobrevuelan el Eixample haciendo los negocios del siglo con los expats y los turistas, que se distinguen de los indígenas por pasear un vaso de cartón y celebrar las presuntas excelencias de los restaurantes de quinta gama (los que preparan las comidas en las cocinas del infierno).
Collboni quiere más regulación, insiste en que en 2028 no se renovará ninguna licencia de pisos turísticos y que la ciudad será para los ciudadanos. Interesante idea.
Todo esto y más es lo que cuenta Collboni en una entrevista en El País encabezada con el siguiente titular: "En Barcelona la especulación inmobiliaria ya no será negocio".
Las preguntas son de Miquel Noguer y Clara Blanchar. A continuación, un extracto de lo más interesante de la entrevista:
Pregunta: La compra de la Casa Orsola por parte del Ayuntamiento sitúa el debate sobre si las clases medias de las ciudades globales tienen derecho a vivir en el centro. ¿Ese es el reto?
Respuesta: El reto es que las ciudades internacionales sean ciudades para vivir. Es garantizar el derecho a la vivienda no sólo a los vulnerables, como ha sido habitual, sino al 75% de la población de la ciudad que cumple los requisitos para acceder a una vivienda asequible.
P: Las encuestas sitúan la vivienda como la gran preocupación y un 45% de la población ni se plantea tener vivienda en propiedad. ¿Es la vía más directa para el ascenso de los populismos?
R: Si los gobiernos democráticos no damos respuesta a este gran reto de las clases urbanas estaremos dando vía libre para que los populismos digan que no damos respuesta. Ante esto, tiene que haber más vivienda pública y privada; y ante la especulación, regulación. En Barcelona lo estamos abordando. Primero aplicando el control de alquileres, que está bajando los precios un 3,6%, mientras en Madrid suben un 15% sin regulación. Segundo, en 2028 no renovaremos ninguna licencia de piso turístico y 10.000 viviendas volverán al mercado residencial. Y tercero, a raíz de la modificación de la LAU (Ley de Arrendamientos Urbanos) he pedido que los pisos de alquiler de temporada tengan la consideración de alquiler normal y entren en la regulación.
P: ¿Qué pedirá en materia de vivienda a Bruselas?
R: Vamos a explicar nuestro modelo, a pedir fondos para la promoción de vivienda y que las ciudades tengamos capacidad regulatoria en función de la legislación de cada Estado o región. Sobre todo, las ciudades gobernadas por la izquierda; las gobernadas por la derecha ni lo hacen ni lo van a hacer. Somos doce ciudades, con París, Roma o Lisboa, que escribimos a la presidenta Ursula von der Leyen pidiendo más fondos y regulación.
P: ¿Qué regulación concreta?
R: Barcelona tiene la ventaja de que la legislación en el Estado y en Cataluña nos permite tener instrumentos. Se trata de lanzar un mensaje, y está relacionado con la Casa Orsola, de desincentivar la especulación, que comprar edificios para luego hacer actividad económica ya no será negocio. Decirles que en Barcelona estamos cambiando las reglas del juego para que la especulación inmobiliaria no sea negocio, pero tenemos una crisis de acceso a la vivienda que es el primer problema de la ciudad.
P: Una regulación es la fórmula Ámsterdam, que sólo permite comprar vivienda para vivir. ¿A usted qué le parece?
R: Entrar en las compraventas es un campo que no hemos explorado en España ni en Cataluña. Creo que hay que explorar mucho más todavía los usos de la vivienda y el alquiler.
P: ¿Qué le dicen los inversores cuando les cuenta que la especulación ya no será un negocio en Barcelona?
R: Ya se han publicado informaciones donde apuntan que ese tipo de inversiones no las van hacer. Cuando hablamos con el sector privado, porque hay que contar con ellos para hacer vivienda, les explicamos las reglas. Cuando se critica la intervención hay que ver dónde nos ha llevado el modelo anterior.
P: En todo caso, el propietario de la Casa Orsola, con la compra, se ha llevado tres millones de euros de beneficio en tres año.
R: Hemos comprado un 30% por debajo del precio de mercado y junto a una entidad del tercer sector que gestionará los pisos. Es un mensaje a los inversores: dejen de hacerlo, no será negocio.
Es el incesante choque entre lo público y lo privado, entre poner puertas al campo o dejar que el mercado actúe según la lógica de los monises.
Pero no todo son problemas en Barcelona. Hay otras versiones, otra forma de contemplar la ciudad. Es el caso de Ferran Adrià, que viene a este resumen gracias a una pieza de Manel Manchón en Metrópoli Abierta.
"Ferran Adrià: 'Barcelona es única, sigue en la vanguardia de la oferta gastronómica mundial'", proclama el que fuera considerado mejor cocinero del mundo durante más de una década y quien acabó con el monopolio francés de la excelencia culinaria.
Ahí va parte de la pieza: "Reclaman su presencia y participación en multitud de eventos. Adrià mantiene la calma. Visita establecimientos, siempre con la idea de valorar “el nivel de innovación”. Y tiene claro que Barcelona ha logrado algo que se creía imposible.
""Barcelona es única, sigue en la vanguardia de la oferta gastronómica mundial, no conozco otros casos así, mantiene la vanguardia que se logró en los años noventa", asegura".
"Hay que mirar los datos, y son espectaculares. El restaurante Disfrutar es el mejor del mundo, el segundo cocinero del mundo es Albert Adrià (su hermano), y hay un total de cuatro restaurantes con tres estrellas Michelin. El nivel es alto, no podemos estar mejor. Seguimos en la vanguardia, a partir de todo lo que se hizo en los noventa. Hay otras ciudades con muy buen nivel, como Lima, o Copenhague, pero creo que no podemos estar mejor".
"Esa ha sido la forma de actuar de un chef único que insiste en la "capacidad de innovación", y en los modelos de negocio de los restaurantes. En una entrevista en el programa Converses de la Cadena Cope, con la participación de Metrópoli, Ferran Adrià incide en la revolución que sufre ahora el mundo de la restauración".
Pero no todo son luces en el análisis de Adrià: "Todo ha cambiado. Y en Barcelona, además de los restaurantes de alta gama que concentran la oferta gastronómica y que atraen a turistas interesados en la materia, existen otros establecimientos que tratan de subsistir.
"Estamos en un cambio de modelo de negocio brutal. Se trabaja ocho horas, algo lógico, lo extraño era que en el sector que tuviera que trabajar 12 horas diarias. Hay una mayor presión fiscal, que se debe atender. Y ha habido una enorme inflación. Ese cóctel ha sido bestial. El bar de menú es imposible que pueda subsistir, el de 15 euros o de menos de veinte euros. Si hacemos los cálculos, veremos que se puede ganar unos 40.000 euros en un año antes de impuestos. No sale a cuenta. Es muy difícil tener una rentabilidad si no se factura mucho cada día. Y es una lástima, porque el bar de menú forma parte de nuestra identidad. Hemos perdido unos 5.000 bares en el último año en España".
"¿Demasiado esfuerzo para apenas subsistir? "Hace unos años una pareja, que se pusiera dos sueldos, trabajando 14 horas diarias, y con algunos extras, podía ganar un dinero interesante. Pero ahora los hijos de esa pareja no quieren trabajar tantas horas al día, y es lógico", señala Adrià, que responde cuando se le pregunta por el cambio de propiedad que se ha producido, con muchos de esos bares en manos de la inmigración china. "Bueno, gracias a ellos todavía se puede tomar un café en un bar", asevera".
Y: "Hay un turismo gastronómico, en todo caso, que Barcelona puede aprovechar y que ya lo hace con restaurantes, precisamente, como Disfrutar. Ferran Adrià considera que la ciudad "ha mejorado en los últimos meses, y es más limpia y está mucho mejor"".
Todo ha cambiado y más que va a cambiar. En materia política, por ejemplo. "Los Mossos reclamarán al Gobierno central un considerable aumento de plantilla para asumir la cogestión de la inmigración", asevera un titular de El Mundo.
La pieza viene con las firmas de Fernando Lázaro y Gerard Melgar: "En el ámbito policial nadie está contento con el acuerdo de mínimos que parece estar cercano entre el Gobierno central y la formación del huido Carles Puigdemont. Un pacto que supondrá que los Mossos se sumen a policías y guardias civiles en las labores de control de la inmigración en Cataluña en una especie de equipos conjuntos".
"Como ya adelantó este periódico, los Mossos nunca solicitaron esta competencia. De hecho, pese a existir este compromiso de Pedro Sánchez desde marzo, no estaba en el orden del día de la última Junta de Seguridad con el Ministerio del Interior del pasado diciembre. Si se concreta este acuerdo político, el giro en la Policía autonómica va a ser copernicano. Porque hasta ahora se contemplaba esta cesión como inviable y se advertía de que podía generar un «caos». Los Mossos han recibido la medida con los pies arrastrados".
"«Es un quiero y no puedo», apuntan, insistiendo en que la situación policial será muy complicada. Pero sí dejan claro que, si se avanza en esos equipos conjuntos, esa cogestión conllevará indefectiblemente un «necesario aumento de la plantilla»".
"«Con los que somos ahora no podemos asumir una gestión tan compleja y delicada», apuntan estas fuentes. Y recalcan que aprovecharán la situación para tratar de ganar terreno, efectivos y fuerza en su territorio. Este nuevo escenario les permitirá acelerar sus reivindicaciones de aumento de plantilla, que, por cierto, costea el Ministerio del Interior".
Líneas después, Lázaro y Melgar señalan que "El acuerdo vigente entre el Gobierno de Sánchez y la Generalitat es que la actual plantilla de 19.000 mossos debe crecer hasta los 22.000. Así lo pactaron en noviembre de 2021, con ERC en el Govern, después de más de una década sin variar el techo acordado en 2006 (18.200 agentes)".

Wikimedia Commons
"Con esa subida de un 20%, la ratio de policías autonómicos pasaba de 2,37 por cada 1.000 habitantes a 2,63, un 11% superior. El entonces consejero de Interior, Joan Ignasi Elena, calificó ese refuerzo como «la noticia más relevante para la seguridad de Cataluña de los últimos 15 años»".
"El incremento hasta 25.000 agentes exigiría una nueva inyección económica del Ejecutivo de Sánchez. «Cuantas más competencias tengamos, mejor, pero para desplegarlas y ejercerlas bien necesitamos recursos», reivindicó el lunes la consejera Parlon cuando anunció que, probablemente en septiembre, los Mossos ya tomarán el control de la seguridad en los aeropuertos y puertos catalanes".
La nota también repara en las reticencias de Policía y Guardia Civil: "Mientras, en la Policía Nacional y de la Guardia Civil esta cogestión se interpreta como el paso previo a que, cuando aumenten las plantillas, se concrete definitivamente la cesión de las competencias en inmigración, pese a las dificultades que parece dejar clara la Carta Magna, «y que se acabe con lo que hemos entendido hasta ahora como Estado»".
Sigue el texto: "«Vamos a tener que llevar de la mano, en equipos conjuntos, a unos agentes que nos sacan más de un 20% en el sueldo», apuntan tanto guardias civiles como policías con un gran malestar. No tienen dudas de que, pasados unos «meses» a partir de que se inicie la «formación», les «echarán a patadas y lo harán ellos»".
"Posteriormente, en los equipos encargados de documentos. «Es como si un subdirector de una empresa tiene que llevar de la manita a un trabajador en prácticas, que sabe que le va a quitar la silla y que encima gana más que su profesor», resume otro agente con un descontento evidente".
Y para terminar, las cicatrices no cerradas del "Procés": "Pero la parte más crítica, advierten, es la falta de confianza que aún mantienen tanto la Policía como la Guardia Civil con buena parte de los Mossos por su comportamiento durante el procés. «Los incidentes fueron constantes y la falta de colaboración, mayoritaria», recuerdan los efectivos de la Seguridad del Estado consultados por El Mundo. «¿Y ahora tenemos que explicarles cómo controlamos la inmigración y las fronteras? ¿Qué lógica tiene?», apuntan con preocupación ante una hipotética vuelta de la Policía autonómica a posiciones radicales".
En La Razón reparan en el peso creciente de Carles Puigdemont en la gobernación general de España. El independentismo ha pasado de reclamar la independencia a fijar los términos del debate nacional en materias como el salario mínimo, la reducción de jornada o las pensiones.
"El peregrinaje creciente a Waterloo" se titula la pieza que firma Carmen Morodo y que arranca así: "Cada vez hay más preguntas para las que el presidente del Gobierno no tiene respuesta. ¿Qué va a pasar con la reducción de la jornada laboral? ¿O con la «ley Begoña»? –la reforma judicial que parece diseñada «ad hoc» para bloquear las causas judiciales que afectan al entorno del presidente del Gobierno. ¿O con las demás decisiones fiscales que iban en el decreto ómnibus que acabó troceado por imposición de Junts? ¿O con el reparto entre las comunidades autónomas de los menores extranjeros no acompañados que siguen hacinados en Canarias?".
"Todo pasa por Waterloo, y así lo sabían todas las partes desde que se inauguró esta legislatura, pero nunca como hasta ahora había sido tan reconocido el papel de director de orquesta que ejerce el expresidente catalán Carles Puigdemont en todo lo que sucede en España".
"El desfile de políticos y empresarios por Waterloo se ha convertido en una norma, y los que antes hablaban en voz baja del expresidente, o bien ocultaban que estaban buscando vías de enlace con él, ya no se esconden y le reconocen como un actor político más, a pesar de que la no ejecución plena de la amnistía penal le mantenga todavía fuera de España".
"Las puertas de la residencia del expresidente están abiertas a todos y el teléfono, también. Puigdemont tiene ahora mismo en sus manos la capacidad de decidir el futuro de leyes determinantes para la izquierda y se puede ir todavía más allá y señalar que la propia supervivencia política de la vicepresidenta y ministra de Trabajo se decidirá en Waterloo".
Y: "Así, Yolanda Díaz ya ha mantenido varios contactos con Puigdemont para convencerle de que apoye la reducción de la jornada, una bandera para ella irrenunciable y de la que depende en su intento de conseguir algo de oxígeno que le permita ganar tiempo en la batalla que libra dentro de la izquierda y contra su precariedad parlamentaria".
"Para la ministra Díaz, la reducción de la jornada de trabajo equivale a la reforma laboral de la pasada legislatura, y el reclamo de su pacto con los sindicatos, a modo de frente común contra el PSOE, no le es suficiente como para poder sacar adelante su medida en el Congreso".
"Junts está apretando, anticipando un «no», mientras negocia más beneficios para el ecosistema empresarial de Cataluña. En este caso, como en todos los demás, Puigdemont no dará un «sí» sin conseguir nada a cambio".
Y: "El número de organizaciones patronales y de empresarios que se han puesto en contacto con él, para pedirle que vete el proyecto, es cada vez más alto, pero Junts también tiene que atender a la popularidad de la medida. Y en medio del debate, si hay algo ya claro entre la burguesía y el poder económico catalán, es que el partido de Puigdemont ha decidido regresar a la escena política para ocupar un espacio que antes era de Convergència y que ahora, a poco que se descuiden, pasará a estar en manos de Salvador Illa sin margen de retorno".
A todas estas, "La independencia de Cataluña ya no preocupa a los españoles en pleno debate en el TC por la amnistía", señala un titular de Vozpópuli.
El texto es de Blanca Valdés Mañas: "La encuesta de febrero elaborada por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) ha evidenciado que, conforme avanzan los años, la independencia de Cataluña está dejando de ser una preocupación para los españoles".
"Esta encuesta, que recoge muestras de 4.042 personas, ha revelado que lo que más preocupa a la ciudadanía actualmente es la vivienda (34,1%), la crisis económica (20%) y el paro (20%). Por el contrario, la independencia de Cataluña solo un 0,5%, ocupando los puestos bajos del ranking pese al debate que se está llevando a cabo en el Tribunal Constitucional por la amnistía".
"Y es que, ocho años después de lo ocurrido ese 1 de octubre de 2017, que desencadenó en un juicio en el Tribunal Supremo que arrancó el 12 de febrero de 2019 y que se saldó con una sentencia condenatoria el 16 de octubre de ese año a 12 líderes independentistas, ha dejado de ser importante".
Más noticias. "Los retos de La 2 en catalán: ¿cómo pasar de 29 horas semanales a 168 de programación?", apunta El Periódico.
La información es de Marisa de Dios, quien tras repasar la parrilla de la segunda cadena nacional escribe que "lo que parece claro es que esta nueva apuesta de TVE por La 2 íntegramente en catalán en Catalunya servirá para impulsar el sector audiovisual en esta lengua, tal y como señala Ferran Cera, presidente de PROA, la Federació de Productors Audiovisuals: "Es una noticia que llevábamos esperando 25 años, desde que RTVE Catalunya dejó de ser un referente, motor y cuna de muchos de los programas míticos de nuestro imaginario colectivo"".
""Aquí estamos las productoras para ayudar, apoyar y hacer posible que recuperen el espacio y la visibilidad que se merecen. Catalunya dispone de gran parte del tejido empresarial, talento y creatividad audiovisual del estado español y RTVE Catalunya está dotada de medios técnicos, directivos y profesionales para hacerlo posible", añade".
Pero no será gratis.
16 de febrero, santoral: Pánfilo de Cesarea, Juliana de Nicomedia, Maruta, Nicolás de Japón y Onésimo.