Encallar, escollo, días decisivos y horas graves. Cataluña en su salsa, dramatismo al cubo y políticos mirándose y midiéndose el ombligo mientras la vida fluye por derroteros ajenos a las cuitas de Carles Puigdemont y Marta Rovira. Son personajes del 17 que se acuestan en tablas y se resisten a abandonar la política y facilitar la transición del procés de los prodigios a la realidad concreta y sólida de los ciudadanos de Cataluña.

Socialistas y republicanos negocian, apuran los plazos autoimpuestos por ERC y tratan de dar carácter de acuerdo a los consensos generales sobre la financiación catalana. O infrafinanciación. Los flecos técnicos son de una dificultad mayúscula. Cuántos impuestos recaudará la Generalitat, qué cantidad supone, cómo se repartirá el dinero y si el sistema quedará lo suficientemente blindado como para sobrevivir a un cambio de Gobierno en la capital de España. Todo eso y más está en juego.

No hay un solo medio que no cuente con una previa de la última hora, minuto y resultado de los encuentros entre republicanos y socialistas, representados estos por el PSC, pero también por el PSOE y el Gobierno, determinante para aprobar cualquier pacto que implique un cambio en el modelo de financiación. Las crónicas no dan por sentado que habrá acuerdo. Ni mucho menos.

"ERC y PSC encallan en la recta final de las negociaciones", apunta La Razón. En el sumario, dos ideas: "Las conversaciones no se dan por rotas, pero confiaban en cerrar el pacto este fin de semana. Pese a ello, mantienen el calendario para que Illa sea elegido el 8 de agosto". El texto es de Toni Bolaño: "Límite 48 horas. Esta era la previsión el viernes por la tarde para los negociadores de la investidura del presidente de la Generalitat. ERC y PSC daban por superadas sus diferencias de la pasada semana y valoraban de forma positiva los últimos movimientos políticos, cerrando y reactivando acuerdos incumplidos, promesas de condonación de deuda y encuentros entre los dos presidentes, Pedro Sánchez y Pere Aragonés, en el Palau de la Generalitat de Barcelona. Sin embargo, se cumplió la norma que se repite constantemente desde el año 2010 y la política catalana, fiel a su costumbre, no se ha salido del guion. Ese límite de 48 horas que se habían dado se ha sobrepasado y socialistas y republicanos no han cerrado el acuerdo definitivo. Las negociaciones entre ERC y el PSC están encalladas y, pese a la confianza, durante el fin de semana no se han desbloqueado. «No será hoy», decía ayer tajante una fuente conocedora de las conversaciones a La Razón. Ambos protagonistas seguirán apurando los plazos y mantendrán los contactos porque las negociaciones no están rotas, pero el punto de encuentro entre las aspiraciones republicanas y las posiciones socialistas se pone difícil. Les une a ambos el diagnóstico: Cataluña está infrafinanciada. Pero difieren en la solución. ERC quiere un espacio de «soberanía financiera», mientras que los socialistas apuestan por el desarrollo del Estatuto y están dispuestos a mover pieza en quién recauda los impuestos y apostar por la ordinalidad, para que el desequilibrio entre lo que aportas y lo que recibes no sea un lastre continuo para Cataluña".

Y: "Hoy, Marta Rovira acudirá a la ejecutiva de Esquerra para explicar esos desencuentros mientras se sigue negociando. Su intención inicial era la de acudir a la reunión del máximo órgano del partido con el acuerdo bajo el brazo, que tenía que haberse sellado ayer. Y preparó el terreno para ello. «No es un acuerdo para hacer presidente a Illa, es un avance para Cataluña», dijo en una entrevista en El País, en la que adelantaba su línea argumental, una forma de negar la evidencia, hacer presidente al candidato socialista, para contentar así a la militancia y que votará el acuerdo en esta semana porque «Cataluña avanza», y con este mismo lema protegerse del expresidente catalán fugado Carles Puigdemont y sus amenazas".

Del mismo tono prudente es la pieza de La Vanguardia que firma Jaume V. Aroca. "ERC en la hora clave: o le otorga la confianza Illa o Catalunya vuelve a las urnas", se titula una pieza que arranca así: "Si nada se tuerce a última hora la ejecutiva nacional de Esquerra Republicana debería tomar hoy una decisión trascendente: o le otorga la confianza al ganador de las elecciones catalanas, el socialista Salvador Illa, e invita a las bases del partido a que avalen este apoyo en la votación de la militancia que inicialmente estaba prevista para el próximo jueves, o bien se levanta de las mesas en las que ha estado negociando desde hace semanas y sitúa la legislatura catalana en un escenario de derrumbe. No hay más: o hay pacto o habría nuevas elecciones en Catalunya, seguramente en el mes de octubre. Anoche las negociaciones seguían abiertas y el desenlace era todavía incierto hasta el punto de que no estaba claro si se celebraría la reunión de la ejecutiva, convocada inicialmente a las 10,30 horas. Los republicanos necesitan un gran acuerdo con los socialistas catalanes y con el Gobierno central, cuyo concurso es imprescindible en algunas de las materias que se están discutiendo, como en el nuevo sistema de financiación para Catalunya. Un pacto que permita a la ejecutiva republicana argumentar ante sus bases y ante el mundo independentista que merece la pena superar su aversión a los socialistas catalanes".

Continúa el texto: "La clave de una posible entente es la financiación. Esquerra defiende incorporar el nombre de Catalunya en la disposición adicional segunda de la ley orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas (Lofca), donde se reconoce el régimen especial del que disfrutan vascos y navarros, fuera del sistema común del resto de las auto­no­mías. Y parece que los socialistas estarían de acuerdo en introducir esta modificación, aunque queda por ver en qué se traduciría. Esta disposición adicional de la ley de Financiación señala la excepcionalidad del sistema vasco y navarro, pero su aplicación depende de acuerdos bilaterales que se renuevan periódicamente. Catalunya, de entrar en esa misma senda de las comunidades forales, estaría cerca del modelo de concierto económico –una demanda cuyo rechazo por parte del Gobierno de Mariano Rajoy en el 2012 llevo al entonces presidente de la Generalitat, Artur Mas, a poner en marcha el procés –. Catalunya, por decirlo así, se desenchufaría del sistema general, pero es evidente que el desarrollo de esta singularidad reclama unas precisiones que por ahora no han trascendido".

Y: "Habría que ver si todos los impuestos que pagan los catalanes –unos 52.000 millones anuales según las estimaciones realizadas por el Departament d’Economia i Hisenda en el informe publicado en marzo de este año– entrarían dentro del acuerdo o solo una parte de ellos. Las dificultades técnicas para desagregar el impuesto de sociedades –5.300 millones– o el IVA –14.000 millones– que pagan los empresarios y los consumidores catalanes del resto de los contribuyentes son enormes. Sin embargo, sí parece más fácil que la Generalitat pueda recaudar el 100% del impuesto de la renta –23.000 millones según el mismo informe de marzo de este año– traspasando esa responsabilidad a Agència Tributària de Catalunya".

En El País se destaca que la pelota está en el tejado de Hacienda. Escriben Àngels Piñol y Camilo S. Baquero: "Cataluña abre hoy una semana de altísimo voltaje político en la que se decidirá si prospera la investidura del socialista Salvador Illa como presidente de la Generalitat. La dirección de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) fijó el 31 de julio como límite para cerrar un preacuerdo con los socialistas y exige como requisito indispensable el compromiso de que habrá un robusto avance en la "soberanía fiscal", lo que se traduciría en que la Generalitat pase a recaudar impuestos estatales como el IRPF. Tras una intensa negociación entre ERC y PSC, el escollo principal radica precisamente en cómo establecer ese avance en soberanía fiscal que reclaman los republicanos. La negociación está pendiente del visto bueno del Ministerio de Hacienda a esa vía".

Y: "El pacto -o el desacuerdo- será evaluado por la ejecutiva de los republicanos, que diseñará la consulta a una militancia en la que anida, según admite la dirección de los republicanos, un problema de confianza tanto hacia ellos (por la pugna interna en ERC por el liderazgo) como hacia los socialistas. El PSOE también ha de tranquilizar a sus barones territoriales, recelosos de cualquier acuerdo que suponga un privilegio para Cataluña respecto al resto de comunidades, y capear, al mismo tiempo, los ataques del PP".

En El Mundo, la clave es que "ERC busca un pacto con el PSC que sobreviva a la llegada del PP a Moncloa". En el sumario se afirma sin ambages que "Blindar la nueva financiación para que no sea revocada ante un cambio de Gobierno es el último escollo para el acuerdo". Escribe Víctor Mondelo: "La resolución de la negociación entre ERC y el PSC para la investidura de Salvador Illa depende ya únicamente de dos exigencias que los republicanos pretenden imponer a los socialistas a cambio de aceptar un «avance progresivo» hacia la «soberanía fiscal». Como ya señaló este diario el sábado, esos requisitos pasan por fijar un calendario de aplicación preciso que permita a la dirección de la formación independentista defender ante su militancia que el salto a la «financiación singular» se completará en el periodo acordado y, por encima de todo, blindar el nuevo modelo para que no sea revocado cuando el PP llegue a La Moncloa. Ayer, la secretaria general de ERC, Marta Rovira, confirmó este extremo en una entrevista concedida a El País, desde la que ratificó que «los flecos que quedan pendientes son muy importantes para garantizar que el acuerdo es sostenible en el tiempo, que un eventual cambio de Gobierno no implicará que se desmonte»".

Sigue Mondelo: "Rovira acompañó su mensaje de una advertencia hasta ahora inédita. «Si no tenemos garantías de que será sostenible en el tiempo, no podré salir a defenderlo [ante las bases] si finalmente lo cerramos», alertó la líder en funciones de los republicanos para ahondar en una de las mayores inquietudes del PSC desde que arrancara la negociación, que los cuadros de ERC tumben el preacuerdo de investidura en la consulta vinculante a la que se someterá el trato. «No pueden asegurar que cumplirán el pacto. Falta una dirección que pilote y oriente el partido», sostenían fuentes de la ejecutiva de los socialistas catalanes a este periódico ya a finales de junio. Se da la circunstancia añadida de que ese mismo temor está instalado en la dirección de los republicanos. Fuentes de la cúpula de ERC reconocían a El Mundo el pasado viernes que existe «miedo a que el acuerdo se use como arma arrojadiza» entre los dos sectores en los que actualmente se divide el partido: el rovirista y el junquerista. Que algún cargo destacado salga a desacreditar públicamente el contenido del pacto en los dos días que separen el anuncio de la alianza con el PSC de la consulta vinculante es, hoy por hoy, la mayor preocupación del equipo negociador encabezado por Rovira. Incluso provoca más intranquilidad ese factor que el retorno de Carles Puigdemont para boicotear el eventual pacto, aseguran fuentes de los republicanos. Lo sostienen porque, si el líder de Junts cumple su promesa de regresar para el pleno de investidura de Illa, la consulta a las bases ya se habrá celebrado y será la dirección de ERC la encargada de soportar la presión de ejecutar la votación favorable al socialista en el Parlament mientras el ex presidente de la Generalitat se dirige a la Cámara con elevado riesgo de ser detenido para llevarlo ante el juez Llarena".

Hay más versiones. Por ejemplo, en El Confidencial se destaca que "las delegaciones de republicanos y socialistas desatan el nudo gordiano del acuerdo de investidura: qué parte del dinero que recaude la Hacienda catalana se devolverá a la caja común". El texto es de Antonio Fernández: "PSC y ERC apuran las horas de julio para tratar de alcanzar un acuerdo que permita a los republicanos votar a favor de la investidura del socialista Salvador Illa como nuevo president y evitar una repetición de elecciones en octubre. Pese a que los sondeos vaticinan un descenso de ERC, que podría perder hasta 4 diputados, la cúpula negociadora de los republicanos, encabezada por Marta Rovira, pone el listón más alto y exige acuerdos que pongan en un aprieto al PSOE y que visualicen una humillación de Puigdemont y los suyos. Al cierre de esta crónica, existe una negociación contrarreloj (el plazo dado por ERC para llegar a un acuerdo finaliza el miércoles) y mientras los republicanos ralentizan el pacto exigiendo un 'cupo catalán' diferenciado del resto de comunidades, los socialistas tratan de reconducir este tema en la mesa. Por si acaso, Junts ha comenzado un ataque directo al corazón de ERC intentando comprar a sus cargos, mientras en algunos círculos se daba por hecho el anuncio del acuerdo entre ERC y el PSC "en las próximas horas”".

Continúa la pieza: "Las conversaciones entre ERC y PSC para el pacto sobre Illa no están cerradas del todo. El PSC cree que en pocas sesiones se puede redondear un acuerdo, pero los republicanos enfrían su entusiasmo: el pacto no está resuelto, sino sólo encauzado y puede descarrilar aún. Esquerra ha conseguido los últimos meses más que Convergència, Unió, PDeCAT, Junts y ERC durante los últimos 20 años. Desbloqueó traspasos pendientes, materializó nuevas competencias, hizo doblegarse al PSOE concediendo, primero, indultos y, más tarde, la ley de Amnistía e incluso logró una quita de 15.000 millones de euros de la deuda que Cataluña tiene con el FLA. Pero a los republicanos no les basta. Necesitan la guinda de sus pretensiones: la llamada 'cuota catalana'. Se trata de la llamada carpeta de la financiación. A sólo tres días de finalizar el plazo impuesto por Marta Rovira para llegar a un acuerdo, se negocia con frenesí ante la falta de avance en los últimos días. Los republicanos quieren sacar provecho de esta carpeta y humillar a sus oponentes: tanto a los socialistas, haciéndoles reconocer que conceden una financiación singular fuera del proyecto común de las demás comunidades autónomas, y, de rebote a Carles Puigdemont, restregándole por la cara que han conseguido el 'cupo catalán'. (...) Fuentes republicanas reconocen a El Confidencial que "no queremos recaudar en nombre de España, sino que queremos recaudar en nombre propio. No somos una sucursal de la Hacienda española, por lo que intentaremos que el instrumento no sea un consorcio, como ofrecen los socialistas". Los socialistas, por su parte, son conscientes de que tienen un problema si desde las otras comunidades se percibe trato de favor hacia Cataluña".

Mientras tanto, el tercero en discordia prepara su inminente regreso. Puede ser en cualquier momento, incluso antes de que un eventual pacto entre ERC y el PSC sea sometido a la consulta de la militancia republicana. El letrado Boye es quien ameniza las horas previas con diferentes variaciones sobre las probabilidades de que su patrocinado sea detenido. En El Nacional recogen una entrevista de Boye en Catalunya Ràdio. Es Jordi Martín quien escribe que "el abogado de Carles Puigdemont, Gonzalo Boye, ha asegurado que entre los "patriotas españoles" hay "codazos" para ver quién detiene al expresident de la Generalitat y líder de Junts cuando vuelva a Catalunya. En una entrevista para Catalunya Radio, Boye ha admitido este domingo que contemplan la posibilidad de arresto, ya que todos los escenarios están abiertos "a lo que consideren los jueces del Tribunal Supremo con respecto a una ley en vigor", en referencia una amnistía que los magistrados se muestran reticentes a aplicar en el caso de Puigdemont por malversación en el marco del procés. En todo caso, el letrado afirma que están preparados "por todos los escenarios imaginables", si bien no ha querido dar más detalles "para no darles la ventaja"".

Y: "A pesar del peligro de detención, el abogado sostiene que Puigdemont ha sido "muy claro" con respecto a su retorno y que lo quiere hacer cuando haya una investidura en el Parlament de Catalunya. "La fecha no la ponemos nosotros", ha remarcado Boye, si bien ha soltado que se marcha de vacaciones con el portatrajes en la maleta. "El presidente nunca ha supeditado sus actuaciones políticas en función de lo que establezca el Supremo", ha afirmado. Eso sí, el abogado de Puigdemont ha avisado de que una detención en directo dentro de la Cámara legislativa catalana sería "muy grave" y un "atentado más a la democracia"".

29 de julio, santoral: Marta de Betania, Calínico de Gangra, Félix de Roma, Guillermo Pinchón, Lupo de Troyes, Olav de Noruega, Próspero de Orleans y Serafina de Galicia.

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