Puigdemont pone nervioso al PSOE y esos alquileres
El terreno desconocido de una negociación con el prófugo de Waterloo. Entidades proisraelíes censuran a Aragonès por su tibieza con Hamas. Nuevo récord en el mercado de alquiler en Barcelona
10 octubre, 2023 07:55Nervios, dudas, incertidumbre. Negociar con Carles Puigdemont es abonarse a la inseguridad, el desasosiego y la inquietud. El PSOE constata de primera mano que el expresidente de la Generalitat es un sujeto oscilante, voluble, propenso a los cambios de humor y a la melancolía. Nada hay seguro, de momento. Todo está por acordar hasta que todo esté acordado, afirmaba en Granada Pedro Sánchez. Parece un aviso de "El Arte de la Guerra" de Sun Tzu. Las conversaciones para la investidura siguen su curso, pero parecía más fácil cuando se trataba de esperar a que Alberto Núñez Feijóo se pegara un morrazo.
En El Mundo recogen las dubitativas impresiones de los socialistas respecto al carácter y el talente de Puigdemont, negociador en jefe del independentismo octubrista. "El PSOE se inquieta ante la negociación incierta con Puigdemont: 'Se daba por cerrado y ahora necesitamos más tiempo'". El hombre de Waterloo es desconfiado. Las heridas espirituales del 1-O no han cicatrizado. El texto es de Raúl Piña: "La sensación de velocidad ha disminuido. Si antes se transitaba en sexta marcha, ahora se han bajado revoluciones. El camino ha entrado en terreno pedregoso, invita a ser precavido, a no correr. En el PSOE asumen que la negociación con los independentistas catalanes sobre la amnistía precisa de más tiempo del que creían o querrían. Y digerir la incertidumbre que supone el hecho de que se está en manos del prófugo Carles Puigdemont, y eso, admiten fuentes socialistas, conlleva no tener todo bajo control".
Sigue la nota: "«Esto no es nada fácil. Tiene su trabajo», conceden fuentes conocedoras de la negociación. El propio Sánchez ha trasladado a unos pocos interlocutores estos días que «encajar todo es complejo», que es «difícil». «Esto es muy delicado porque hay muchas cosas que pueden poner en riesgo la negociación. Por eso es importante la discreción», señalan fuentes de la negociación. Altibajos como la resolución de ERC y Junts en el Parlament exigiendo a Sánchez «trabajar» por el referéndum. El objetivo es cerrar un pacto sobre la amnistía que permita la investidura de Sánchez con una mayoría absoluta -más de 176 diputados- en la primera votación, pero se transita un territorio poco explorado porque la legislatura pasada no se pactó nada con Junts. Por eso, lo primero era establecer un marco de confianza que ayudara a hablar".
Y: "Desde el Gobierno se pone el acento en que Puigdemont ha aceptado entrar en la negociación y que la discreción que mantiene Junts es un síntoma de que quieren seguir en la rueda. Pero las fuentes socialistas y gubernamentales consultadas por este diario admiten que la «volatilidad» o impredecibilidad del ex presidente de Cataluña, sumado a lo complejo del encaje de la amnistía, sitúan el diálogo en un alambre. Y ello obliga a modular la negociación. «Todo el mundo sabe que Puigdemont puede cambiar, pero entendemos que es consciente de que tiene una oportunidad», señalan desde la sala de máquinas socialista. «Su entorno es más serio», conceden fuentes conocedoras de la negociación. «Creemos que la negociación va bien, mandan señales positivas». Si bien apostillan, realistas: «Todo puede ser»".
Exacto. Todo puede ser, nada es imposible, mañana será otro día y quien día pasa, el año empuja. Y es que además, Puigdemont no sólo negocia con el PSOE, sino que lo hace también con su propia sombra mientras recibe a la lideresa de Sumar, Yolanda Díaz, y trata de aplacar las críticas de los críticos del Consell de la República. "La negociación de la investidura enreda a Puigdemont con su ‘Gobierno’ paralelo", advierte El País, que además, abunda esto en el sumario: "El expresidente catalán dirige la estrategia de Junts para dar apoyo a Pedro Sánchez y trata de eludir las demandas de bloqueo que germinan dentro de la entidad independentista que controla él mismo". Escribe Marc Rovira: "Las negociaciones por la investidura del presidente del Gobierno atrapan a Carles Puigdemont entre dos frentes. El expresident, prófugo de la justicia española desde 2017, afina la lista de peticiones que Junts per Catalunya pone sobre la mesa del PSOE y Sumar para avalar la reelección de Pedro Sánchez. Mientras, su gobierno paralelo del Consell de la República ha convocado una votación para decidir si hay que bloquear la gobernabilidad de España. “El president lleva dos sombreros, pero diferencia perfectamente cuál tiene que ponerse en cada caso”, señala una persona del círculo de confianza de Puigdemont. De saque, no entra en los planes de la cúpula del Consell interferir en los acuerdos que se alcancen en el Congreso. Toni Comín, exconsejero de la Generalitat que se marchó a Bélgica con el expresident y que ejerce de número dos en el Consell de la República, indica que la “coincidencia” de decisiones no ha sido buscada por la dirección de la entidad, sino por sus afiliados, y detalla que el resultado de la votación tendrá que interpretarse desde “una lectura política razonable”".
Continúa el texto: "La consulta a las bases de la entidad independentista que preside Puigdemont desde Waterloo se hará de manera telemática entre el 17 y el 23 de octubre y plantea una pregunta clara: “¿El Consell de la República tiene que promover el bloqueo a la investidura del presidente del Estado español por parte de los partidos independentistas catalanes?”. El Consell tiene 103.000 afiliados y es un actor secundario dentro del separatismo catalán, con menos fuerza y tirón popular que Òmnium y la ANC. Sin embargo, el veredicto que arroje la consulta cobra relevancia porque el presidente de la entidad juega un papel crucial en las negociaciones para desbloquear la investidura. El dirige personalmente los movimientos de Junts para condicionar el voto de los 7 escaños del Congreso que el partido logró el 23-J".
Líneas después Rovira destaca el follón interno del consejo: "El debate se produce en un momento de cierta convulsión dentro del Consell. Toni Comín ha sido señalado por un sector de afiliados, que lo acusan de moverse por “intereses personales” e incluso de sacar tajada de la organización de eventos vinculados al movimiento independentista: “Hay que preguntarse si los proveedores beneficiarios de estos gastos de representación, montaje de acontecimientos y equipo técnico multimedia no han sido una vía de negocio de un círculo reducido de personas próximas al vicepresidente”, señalan los críticos".
Ayer se vieron las caras el presidente del Gobierno en funciones y aspirante a la investidura y el presidente del PP. Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo guardan las formas (sólo faltaría) pero la desconfianza, los recelos y la animadversión son absolutas, oceánicas. "Moncloa se prepara para un 12-O de máxima tensión y señala a Feijóo por agitar la calle", advierte El Confidencial. En el cuerpo de sumarios se amplía el titular en estos términos: "Sánchez asume que la negociación de la amnistía con Puigdemont marcará el desfile, que ha sido trasladado a un recorrido antiabucheos" y "El Gobierno en funciones culpa al PP de crispar a los ciudadanos". El texto es de Pilar Gómez y Ana Belén Ramos y arranca así: "Con el trasfondo militar de la celebración de la fiesta nacional del 12 de octubre, Pedro Sánchez aprovechó su reunión con Alberto Núñez Feijóo para intentar ganar la batalla del relato. En la Moncloa son conscientes de que este año las protestas contra el presidente en funciones durante el desfile subirán de decibelios. Con la amnistía a Carles Puigdemont y otros acusados del procés en el horizonte, se espera un ambiente de "alta tensión", según reconocen fuentes socialistas. En este escenario, Sánchez pidió este lunes al líder del PP “contención en su intento desesperado de agitar la calle”. La estrategia pasa por establecer una relación de causa-efecto entre el llamamiento de los populares a expresar el malestar contra la medida de gracia a los independentistas y los abucheos y pitidos que pueda recibir el próximo jueves".
La actualidad catalana ha quedado muy mermada por las atrocidades que perpetra Hamas y la respuesta militar israelí, censurada por la izquierda y gran número de medios. En Cataluña, ERC es propalestina y Junts, más bien no, aunque hay de todo en la viña de Puigdemont. Entidades proisraelís cargan contra Aragonès por una condena al terrorismo palestino que consideran floja, insuficiente y de circunstancias. Lo cuenta en El Nacional Marta Lasalas: "La respuesta del president, Pere Aragonès, ante el ataque de Hamás contra Israel se ha convertido en un foco de críticas provenientes de los exsocios de Junts y de círculos proisraelíes. Unos y otros reclaman una condena de los ataques, y reprochan que la respuesta del president en las redes se haya limitado a retuitear el tuit que publicó la consellera de Exteriors, Meritxell Serret, y que desde el Govern no se haya impulsado acciones de solidaridad como sí se ha hecho en diferentes países europeos donde se han proyectado los colores de la bandera israelí en edificios emblemáticos".
Sigue el texto: "No obstante, el Govern ha replicado a estas críticas asegurando que Aragonès condenó el ataque este domingo en Masquefa (Anoia) en una atención a los medios de comunicación convocada para valorar la manifestación españolista que se había producido en Barcelona. "En nombre del gobierno de Catalunya quiero condenar el ataque de Hamás contra población civil israelí y lamento profundamente la escalada de violencia que se está produciendo y la situación de guerra que se está extendiendo. Hacemos un llamamiento a que esta escalada no vaya a más y a utilizar las vías diplomáticas para un escenario de paz y garantía de los derechos fundamentales de toda la ciudadanía, especialmente de la población civil," afirmó al iniciar su intervención".
Noticias de sociedad. El alquiler en Barcelona es casi imposible. Ocho años de Colau no han servido para nada. Los precios suben y se adaptan a las abultadas carteras de los nómadas digitales y de los ejecutivos que pasan temporadas en la ciudad mientras sus empresas se hacen cargo del alquiler. En La Vanguardia se constata un nuevo récord. Escribe Sara Sans: "Barcelona lidera la subida del precio del alquiler con una media que ha escalado hasta los 1.123 euros durante el segundo trimestre de este año. Esta cifra récord arrastra a la alza el precio medio del alquiler mensual en Catalunya hasta los 830 euros entre abril y junio, lo que supone un incremento del 9,7% mientras que el número de contratos se ha reducido en un 10,4%. El precio medio del alquiler se ha incrementado en todos los distritos de Barcelona y solo se mantiene con una ligera tendencia a la baja, en Sant Andreu y Sant Martí. Así, entre abril y junio el precio medio ha alcanzado en el Eixample los 1.276 euros, cuando entre enero y marzo la media se situaba en los 1.214 euros. En Les Corts el precio ha pasado de los 1.190 euros a los 1.272 y en Sarrià-Sant Gervasi de 1.442 a 1.553".
Y: "Según los datos, que se extraen de las finanzas que se depositan en el Institut Català del Sòl (Incasòl), el precio del alquiler solo baja de los mil euros en tres distritos de la ciudad: Horta (que aún así, ha pasado de una media de 881 euros durante el primer trimestre a 909 euros durante el segundo), Nou Barris (779 euros) y Sant Andreu (877). Así, el alquiler medio de la vivienda en Barcelona se ha situado durante el segundo trimestre en los 1,123 euros al mes, un 3,3% más que durante el trimestre anterior (en el que el precio medio era de 1.087 euros) y un 12,7% más que en 2022".
10 de octubre, santoral: Tomás de Villanueva, Cerbonio de Populonia, Claro de Nantes, Eulampia y Eulampio de Nicomedia, Gereón y compañeros, Juan de Bridlington, Paulino de Rochester, Pinito de Cnosos, Tanca de Ramerude y Telquilde de Jouaurre.