División de opiniones de manual. Un sector de la prensa acentúa que Pedro Sánchez ha conseguido el control de la Mesa del Congreso gracias a extender la mano en materia de uso de las lenguas cooficiales, tanto en las cámaras de España como en las instituciones europeas. Los diarios de tendencia conservadora subrayan que el presidente del Gobierno en funciones ha sellado un pacto con un prófugo. Sea como fuere, todos coinciden en que la investidura dista de estar cerrada y que se avecinan duras y extenuantes jornadas negociadoras.
A primera hora de la mañana era El Periódico quien avanzaba que los duros de Junts y el hombre de Waterloo que había excitado los ánimos de los suyos durante semanas con la hipótesis de reventar la legislatura del "país vecino" estaban en disposición de votar a favor de doña Francina Armengol como presidenta de la Cámara Baja. Saltaba la sorpresa en Las Gaunas y al señor Alberto Núñez Feijóo se le ponía cara de palo, rostro adusto, gesto severo, mirada absorta. Mientras tanto, Sánchez exhibía la mejor de sus sonrisas y se veía en la obligación de frenar las expansiones de Yolanda Díaz.
El acuerdo de la Mesa del Congreso con ERC y Junts o Junts y ERC versa sobre el catalán, ampliación de usos, y dos comisiones, una sobre Pegasus y otra sobre los atentados del 17-A, de los que ayer se cumplieron seis años, sobre la tesis de la conspiración, esa que mantiene un sector del independentismo que atribuye a los servicios secretos un ataque de falsa bandera. Pero ahí se debe tener en cuenta la opinión del clásico, esa que sostiene que no hay mejor manera de no aclarar un asunto que con una comisión parlamentaria.
Tanto republicanos como posconvergentes matizaron tras la sesión que la investidura es otra pantalla y que la amnistía y la autodeterminación estarán sobre la mesa de los contactos que se iniciarán en breve si es que no han comenzado ya. Vale, partido a partido, como preconiza el filósofo Simeone.
De entrada, se subraya que Junts ha superado su tumultuosa adolescencia. Esa es la tesis, por ejemplo, de Enric Juliana. "Cambio de dinámica: Junts cruza la frontera y la derecha entra en ignición" se titula su crónica de La Vanguardia: "Hay momentos en que los ejes de un país se mueven con estrépito. Y hay otros en que se producen movimientos interesantes sin un enorme ruido. Este jueves, bajo la canícula estival y con algunos cañoneros de la prensa madrileña de vacaciones, Junts per Catalunya ha cruzado la frontera. La formación heredera de Convergència Democràtica, la corriente que mejor conoce los deseos políticos y los resortes psicológicos de una parte importante de la sociedad catalana –hasta el punto que hoy no quieren ser llamados convergentes– , regresa cautamente a la política española. El gen convergente finalmente se reactiva. Lo hace con muchas prevenciones, exigiendo certificados y poniendo condiciones políticas y materiales que serán objeto de intensa discusión dentro de unas semanas, pero está cruzando la frontera. Aún no ha llegado a Girona. Está en Besalú, no muy lejos de Amer".
Continúa Juliana: "Puede parecer un asunto doméstico de la sociedad catalana, con escaso atractivo para el resto de España, pero es de interés general, cómo muy bien sabe Alberto Núñez Feijóo, que este jueves asistió a la constitución del nuevo Congreso con cara de preocupación y gesto ensimismado, porque ese cruce de frontera no lo puede administrar el partido conservador. Atención al siguiente dato. Por primera vez en mucho tiempo no hay en España ningún grupo político relevante y representativo acampado en los márgenes del sistema, por voluntad propia o como consecuencia de los avatares de la lucha política. Todos están dentro, con deseos de influir en el Parlamento español. Está dentro EH Bildu, y ahora están regresando los herederos de Convergència, que cruzaron la frontera por motivos muy diferentes, hace seis años. En la historia contemporánea de España casi siempre ha habido alguien acampado extramuros, en el exilio, en la clandestinidad o en un ostracismo forzado. El último episodio de extrañamiento ha entrado en fase de corrección. Esa es la novedad más sustantiva de la jornada del jueves".
También constata algunos cambios Miquel Noguer en El País. "Junts per Catalunya: de club de fans a partido político" titula su análisis, que arranca así: "Ni la constitución de la Mesa del Congreso ni la petición del Gobierno para dotar de oficialidad al catalán en las instituciones europeas. Probablemente, lo más relevante que ha pasado este jueves en la vida pública de Cataluña es que Junts se ha decidido a volver a hacer lo que se espera de un partido con representación parlamentaria: política, a secas. Los de Carles Puigdemont han optado por aparcar, siquiera momentáneamente, su faceta más activista y la comodidad de la agitación tuitera para adentrarse en el terreno resbaladizo y a menudo ingrato de la política en un Parlamento, fundamentada en el diálogo, el respeto a las diferencias del otro y, finalmente, en el pacto. Lo que parece algo de primero de Políticas no lo es tanto teniendo en cuenta que Junts lleva más de cinco años abonando la teoría que el independentismo debe “bloquear” España para conseguir la independencia de Cataluña no se sabe muy bien cómo".
Y: "El cambio de tercio en Junts no ha tardado en darles réditos para lucir a los de Puigdemont. El primer ejemplo es la carta del ministro Albares al Consejo de la UE para avanzar en la oficialidad del catalán. ¿Bastará esto a las bases de Junts? Seguro que no ¿Será suficiente para preparar la pista para la investidura de Pedro Sánchez? Probablemente tampoco. Pero lo visto este jueves es la primera vez en años que el sector pragmático de Junts puede lucir ante sus bases algún tipo de éxito que le permita intentar arrastrar al partido hacia posiciones más institucionales. Antes del verano, un alto dirigente de la formación explicaba en privado que tenían que decidirse si querían ser un partido de verdad o un simple altar dedicado a Puigdemont y a las esencias del 1 de Octubre. Lo de este jueves es una señal en dirección hacia lo primero".
El cambio de guion también le ha procurado a Puigdemont duras críticas por parte de la orden tuitera de la sagrada urna del 1-O, que no le perdonan que haya pactado con el "enemigo". Sin embargo, la prensa afecta al soberanismo no es crítica con el expresidente catalán. "El protagonismo de Puigdemont imprime un rumbo diferente a la investidura de Pedro Sánchez", apunta El Nacional. El texto es de Jaume Vich: "La incertidumbre con la que ha bailado Junts per Catalunya hacía presagiar una mañana frenética y diabólica para escoger la presidencia del Congreso de los Diputados. Las crónicas periodísticas vaticinaban una votación de infarto y de emociones fuertes. Pero los siete diputados de Junts han reventado el globo a las 11 de la mañana cuando se han sumado a la mayoría progresista surgida del 23-J y han votado a favor de la elección de Francina Armengol como piloto de la vida parlamentaria, obteniendo 178 apoyos (PSOE, Sumar, ERC, EH Bildu, PNV y BNG). De rebote, esta suma ha tirado por el suelo las aspiraciones de Cuca Gamarra, que ha recolectado 139 votos (PP, Unión del Pueblo Navarro y Coalición Canaria). Los populares han acabado tirándose los platos por la cabeza con Vox, que se ha quedado sin una silla en la Mesa. En resumen, Junts se estrena en Madrid practicando el juego de la política y, con el movimiento de este jueves, da esperanzas al PSOE y Sumar para hacer presidente a Pedro Sánchez. La legislatura ya anda, pero falta el hueso más duro: la investidura, que requerirá mucha mano izquierda".
Sigue Vich: "El entorno de Puigdemont se ha encargado de rebajar el impacto del voto positivo a las primeras de cambio apresurándose a recordar que el sí a Armengol no presupone el sí a Sánchez. Dicen que son dos estadios completamente diferentes y que no se pueden mezclar por nada del mundo. En cualquier caso, el gesto de Junts sí que tiene carga simbólica porque, aunque sea para la Mesa del Congreso, por primera vez Waterloo se sienta a jugar la partida con el PSOE en la capital española. Y con acuerdo sobre la mesa bajo la denominación de "hechos comprobables". Una vez acabada la sesión, la portavoz de Junts, Míriam Nogueras, ha corrido a subrayar "el principio de desconfianza" que todavía mantienen sobre los socialistas y que les hace ser "muy escrupulosos en las negociaciones". "Hoy no hay ninguna conversación ni negociación con respecto a la investidura", ha remachado Nogueras para desvincular las dos carpetas".
Sobre la investidura, en Público avizoran algunos nubarrones. "La pugna entre ERC y Junts por la hegemonía independentista complica la investidura de Sánchez", titula Ferran Espada su proyección: ""La elección de Francina Armengol como presidenta del Congreso no garantiza en ningún caso la investidura de Pedro Sánchez como presidente del Gobierno español". Esta es la idea más repetida entre los dirigentes del independentismo catalán en las últimas horas. Tanto de Junts como de Esquerra.
Todo ello después de que Sánchez y el PSOE hayan salvado la primera prueba de fuego con nota abriendo la puerta a semanas -o algún mes- de negociaciones, que fuentes tanto de ERC y Junts, como del PSC califican de "muy complejas". Y es que habrá que afrontar la viabilidad y en su caso la adaptación a la legalidad española de dos demandas de máximos de ambos partidos independentistas como son la amnistía y el referéndum de autodeterminación".Continúa la nota: "Pero hay que tener en cuenta que más allá de las complicadas posiciones de fondo hay dos elementos que dificultan enormemente un resultado positivo para la investidura de Sánchez. En primer lugar, y más relevante está sin duda la pugna que Esquerra y Junts mantienen por la hegemonía independentista. Especialmente mirando de reojo las futuras elecciones al Parlament que están previstas para principios de 2025 pero que, con la inestable situación política y los retrocesos electorales de Esquerra, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, podría avanzar. La corta distancia actual entre ERC, con 33 diputados, y Junts con 32, y el desgaste electoral de los republicanos hace más virulenta esta confrontación. A pesar de que toda la demoscopia da por ganador al PSC, los partidos independentistas se mantienen enfrascados en esta batalla por la primacía soberanista".
Todavía sobre los acontecimientos de ayer, en La Razón afirman que "Sánchez incumple la Ley del Gobierno con sus cesiones a los independentistas". Se refieren a la petición de que las lenguas cooficiales españolas lo sean también en la Unión Europea. Escriben Rocío Esteban y Javier Gallego: "El PSOE ha tenido que hacer cesiones tanto a Junts como a ERC: lo nuclear ha sido el impulso del uso del catalán tanto en las instituciones españolas como en las europeas. Es ahí donde el Gobierno está incumpliendo la Ley ya que el ministro de Exteriores José Manuel Albares envió una carta a la presidencia del Consejo de la Unión Europea para iniciar los trámites del impulso del uso de las lenguas cooficiales en Europa, pero estaría vulnerando la norma que regula la actividad del Gobierno, ya que el artículo 21.3 dice que «el Gobierno en funciones (...) limitará su gestión al despacho ordinario de los asuntos públicos, absteniéndose de adoptar, salvo casos de urgencia debidamente acreditados o por razones de interés general cuya acreditación expresa así lo justifique, cualesquiera otras medidas». Por tanto, la tramitación de esta iniciativa por parte del Ejecutivo escapa a sus competencias mientras esté en funciones".
Habrá que ver si el Consejo de Europa aprueba la petición española. Se sabrá, según tuiteó Puigdemont, el próximo 19 de septiembre y habrá que vencer, entre otras, las reticencias de Francia, cuya justicia exhibe severas indicaciones sobre la primacía del francés sobre el catalán en los ayuntamientos de su parte catalana.
En El Mundo reparan en lo que implicaría la amnistía. "Las 23 estrellas amnistiables en el pacto de Sánchez con el independentismo: Waterloo, 1-O y "terrorismo" de los CDR", apunta el titular de la pieza que firma Germán González: "El independentismo quiere que el perdón vaya, principalmente, para 11 organizadores del 1-O, con Carles Puigdemont a la cabeza, que al fugarse no fueron juzgados por el Supremo así como cargos, empresarios, técnicos y ex responsables de la Generalitat que los apoyaron para hacer el referéndum, o 12 CDR procesados por terrorismo por la Audiencia Nacional en la Operación Judas y una veintena de acusados de estar detrás del Tsunami Democràtic, pese a que hay procedimientos todavía en secreto. Podrían entrar los que todavía tienen causas judiciales abiertas y condenas, como más de 500 implicados en lanzamiento de objetos a la policía, desórdenes públicos o resistencia a la autoridad en las numerosas protestas soberanistas de los últimos cinco años".
Sigue González: "De los que siguen fugados, Puigdemont y los ex consellers Toni Comín y Lluís Puig son los que más se beneficiarían de esta amnistía ya que están procesados por malversación agravada y desobediencia, lo que implicaría su entrada en prisión en caso de condena, mientras que otras como Clara Ponsatí o Anna Gabriel están pendientes de un juicio por desobediencia, delito por el que fue sentenciada la consejera Meritxell Serret que está pendiente de recurso. La desobediencia no comporta penas de prisión, sólo inhabilitación para cargo público e inhabilitación para cargo público, como le ocurrió al ex presidente de la Generalitat Quim Torra por negarse a descolgar una pancarta a favor de los líderes independentistas presos. Caso aparte es el de la secretaria general de ERC Marta Rovira, miembro del equipo negociador con los socialistas de la investidura de Pedro Sánchez, ya que también sólo está procesada por desobediencia por el Supremo pero estaría implicada en la investigación de la Audiencia Nacional por la organización del Tsunami Democràtic. Aquí habría también una veintena de empresarios, activistas y cargos, como el jefe de la oficina de Puigdemont Josep Lluís Alay, pese a que formalmente no hay ningún imputado todavía".
Y: "También se podrían beneficiar de una hipotética amnistía, en caso de ser condenados, el diputado de ERC, Josep Maria Jové, y el presidente del Puerto de Barcelona, Lluís Salvadó, considerados los arquitectos del 1-O cuando estaban en el Govern y que se enfrentan a 7 años de cárcel el primero y 6 años y 3 meses el segundo por los delitos malversación prevaricación y malversación agravada por parte de la Fiscalía. En el juicio que se debe celebrar en el Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC) también se sentará en el banquillo la consejera de Cultura, Natàlia Garriga, que afronta una petición de un año de inhabilitación por desobediencia. Junto a ellos se podrían beneficiar también los 37 investigados que están en el Juzgado de Instrucción 13 de Barcelona tras sumar dos procedimientos penales: El de los preparativos por el 1-O, entre los que hay cargos de la Generalitat, técnicos, empresarios, y ex responsables del Govern así como otros responsables políticos que se encargaban de la acción exterior del Ejecutivo catalán en esa época, como el ex consejero Raül Romeva quien fue condenado por sedición y después indultado, por supuestamente fraccionar subvenciones y «vulnerar la normativa de la contratación pública» entre 2013 y 2017".
18 de agosto, santoral: Elena de Constantinopla, Agapito de Lacio, Alberto Hurtado, Eonio de Arlés, Fermín de Metz, Juana de Chantal, León de Licia y Macario de Bitinia.