Fiesta de la democracia y día mundial de los tópicos políticos. Los candidatos han superado la jornada de reflexión y se aprestan para animar al voto a la salida de los colegios electorales. La prensa espera en tensión acontecimientos como el primer pueblo que acaba la votación, las monjitas que depositan su voto, el votante más anciano, el colegio que retrasa la apertura porque han puesto silicona en la cerradura, la mesa que tarda en constituirse porque el presidente se ha quedado dormido y todas esas incidencias y zarandajas que animan las mañanitas electorales. Benditos ritos.
Los medios apuestan por los análisis y la futurología, por las previsiones y las miradas en perspectiva. Después de quince días de matraca de campaña, algunas cosas han quedado meridianamente claras hasta para los políticos más obtusos. Una de ellas es que el "procés" ya no es el monotema, que hay vida más allá de las ensoñaciones independentistas, que nada es para siempre y que es inevitable pasar página.
En Crónica Global, María Jesús Cañizares traza las coordenadas del momento en una pieza que lleva el siguiente titular: "Cataluña abre una nueva etapa tras el 'procés' este domingo". El texto arranca así: "Los resultados de las elecciones municipales que se celebran hoy tienen una lectura que trasciende las grandes capitales. Y esta es la nueva etapa que a partir de mañana se abre en Cataluña. A la espera del determinante voto de los indecisos y abstencionistas, los mensajes de esta campaña del 28M, junto a los sondeos de intención de voto, apuntan a un estancamiento de ERC y a la enésima catarsis de Junts per Catalunya (JxCat) que acentúan la geometría variable en la estrategia de pactos. Todo ello es consecuencia del final del procés, que ha dado paso a una ruptura de bloques –independentistas versus constitucionalistas—y a un retorno del eje izquierda-derecha".
Sigue la nota: "El gran beneficiario es un PSC al alza, pendiente sin embargo de los intereses de Moncloa, ya que también estos comicios condicionarán, a nivel nacional, las próximas elecciones generales. Y en ellas, se impondrán las necesidades de Pedro Sánchez en materia de pactos frente a una previsible alianza PP-Vox. De hecho, esa geometría variable es habitual en unas elecciones municipales. En Barcelona, por ejemplo, la actual alcaldesa, Ada Colau, desbancó a ERC, ganadora en 2019, gracias a su pacto con PSC y Barcelona pel Canvi (Manuel Valls). Pero en Sant Cugat del Vallès (Barcelona), ERC gobierna con PSC y CUP. Y En Figueres (Girona), Junts fue desbancada por un pacto de la izquierda que incluyó a ERC, PSC y comuns. Hay otros ejemplos de esos pactos que rompieron la unidad independentista, a modo de preámbulo del acuerdo presupuestario entre el presidente Pere Aragonès y PSC –posterior a unas elecciones autonómicas de 2021 en las que ERC y Junts dieron una nueva oportunidad a su entente-, como el de socialistas y neoconvergentes en la Diputación de Barcelona. Un gobierno al que siempre ha aspirado ERC y que pasa por la penetración en el área metropolitana dominada por los socialistas –la candidatura de Gabriel Rufián en Santa Coloma de Gramanet va en esa línea--, pero los sondeos no preconizan el despegue que supuestamente debía otorgar a los republicanos presidir la Generalitat".
En la línea de la recuperación del eje izquierda-derecha en detrimento de la trigonometría independentista, vuelven concepto como el del cinturón rojo, según el apunte de Antonio Fernández en El Confidencial. Los independentistas tratan de hacerse notar en la periferia antaño industrial de Barcelona. Del texto de Fernández: "El llamado cinturón rojo de Barcelona se ha convertido en la obsesión de la mayoría de los partidos catalanes. El control de esta área geográfica, que aglutina a más de 4 millones de habitantes, lo que representa más de la mitad de la población de Cataluña, es fundamental para la supervivencia política de algunos partidos. Se trata de un área que tradicionalmente ha votado a la izquierda constitucionalista, pero que es la fruta apetecible del independentismo, que en las últimas citas electorales ha podido ir colocando ya a algunos alcaldes en sus municipios. Pero, además de fruta apetecible, es también la asignatura pendiente, puesto que las principales poblaciones se resisten al encanto de la revolución de las sonrisas".
Continúa el análisis: "El partido que lleva trabajando el área metropolitana y la segunda corona del cinturón rojo de Barcelona es ERC, que intentará arañar voto independentista del nicho electoral de Junts per Catalunya (JxCat) y voto izquierdista del nicho electoral de los comunes. Hace más de una década, los republicanos financiaron la plataforma Súmate, cuya intención era recoger electorado castellanohablante que votase a la formación de Oriol Junqueras. En aquel momento, Junqueras era alcalde de Sant Vicenç dels Horts, población ubicada en la emblemática comarca del Baix Llobregat. Algunos de sus asesores en ese consistorio fueron quienes impulsaron Súmate, cuyos dos principales activos pasaron a trabajar para ERC: su presidente, Eduardo Reyes, un empresario andaluz que estuvo una legislatura como diputado en el Parlament al introducirlo ERC en la candidatura de Junts pel Sí, (JxS) y Gabriel Rufián, el portavoz de Esquerra en el Congreso. Rufián es hoy la apuesta de ERC para intentar penetrar con mayor profundidad en el feudo de la izquierda constitucionalista de Santa Coloma de Gramenet, donde la actual alcaldesa, Núria Parlón (PSC), tiene 17 de los 23 concejales del consistorio. Los comunes tienen tres concejales y ERC, otros tres. Rufián sabe que sale a la palestra como perdedor, pero la estrategia de ERC no es tanto desbancar a Parlón como ganarle terreno a los comunes: el objetivo es convertir a Esquerra en la única alternativa al PSC tanto en Barcelona como en la populosa área metropolitana".
Ese, el de Rufián, es uno de los focos de atención de esta campaña. Apuesta arriesgada la de ERC. Pero la batalla de Barcelona es el punto estrella de la jornada. El futuro de la capital está en manos de 150.000 indecisos, según explica Cristina Rubio en La Razón: "Barcelona emite hoy su veredicto a los dos mandatos de Ada Colau y decide su futuro político, un resultado que agitará el tablero de cara a las elecciones generales de final de año. Con el pronóstico más incierto de la última década, Jaume Collboni (PSC) y la misma Colau (Barcelona en Comú) son los favoritos para la victoria por delante de Xavier Trias (Junts), a tenor de las últimas encuestas publicadas. La batalla también se prevé feroz en la parte media de la tabla, con el PP de Daniel Sirera en claro crecimiento. Máxima igualdad tras una campaña sin sobresaltos en Cataluña, con el 'procés' independentista guardado en un cajón y los principales líderes –en especial, el propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez– pendientes de lo que ocurrirá este 28-M en Barcelona y su cinturón metropolitano. Con una pugna apretada hasta el final, el resultado se resolverá con una 'foto finish' en la que cada papeleta cuenta, y mucho. En total, están llamadas a las urnas este 28 de mayo hasta 1.108.175 personas, un 3% menos que hace cuatro años y a la inversa de lo que ocurre en el conjunto de toda Cataluña (+1,2%)".
Y: "A principios de esta semana, el CIS publicó una encuesta flash que anunciaba que el 25,5 % de los ciudadanos decide el sentido de su voto durante la campaña y un 14% lo hará hoy mismo, a última hora y justo antes de acudir al colegio electoral. Por tanto, Barcelona está en manos de 150.000 indecisos, decisivos para definir el próximo rumbo de la ciudad. Otro de los grandes enemigos de esta contienda electoral es la abstención, tradicionalmente alta en la capital catalana. Hace cuatro años, en 2019, fue del 33,8%; en 2015 se elevó hasta prácticamente el 40%; y en 2011 se situó en el 50%. Es decir, la mitad del electorado no acudió a las urnas en los comicios en los que ganó Trias. La tendencia es a la baja en la última década, aunque estas municipales son las primeras elecciones lejos del bullicio del 'procés' y es una incógnita saber cómo responderán los barceloneses".
Una de las grandes tradiciones de las campañas en Cataluña es la foto final de La Vanguardia. Buen rollo entre los candidatos, apunta Luis Benvenuty en la crónica que hace las veces de pie de foto. Los alcaldables se subieron a bordo de un barco para posar juntos y con su mejor perfil: "De una manera muy natural y nada impostada, la cordialidad y a ratos incluso el buen rollo entre los contendientes imperaron durante toda la cita, este año a bordo de una embarcación del Port de Barcelona, del Consolat de Mar, amarrada junto al World Trade Center, con la estatua de Colón como telón de fondo. Y junto a los candidatos, un inesperado protagonista de excepción, la Jarra de las Cien Guineas, el trofeo de la Copa del América, la gran competición que tendrá lugar el año que viene".
Benvenuty detalla también el ánimo de los candidatos: "Colau se mostró todo el rato de muy buen humor, riendo las sucesivas gracias de Sirera, quien se reveló como el más jocoso del grupo. Parera también se lo pasó muy bien, aún subida en la trepidante montaña rusa de estas dos semanas. Maragall, como es él, contuvo sus ganas de participar en la organización de la sesión. Collboni, por su parte, muy atento a las instrucciones, muy participativo. Trias disfrutó sin disimulos de la brisa marina. Y Grau, la más reservada, hizo lo propio con el sol. Todos aguantaron muy bien el tirón, este esfuerzo final ¡Hasta se hicieron unas cuantas selfies la mar de sonrientes! Lo cierto es que ya no hay más leña, ni más madera ni más suerte que echar. Las cartas ya están sobre la mesa. Hoy es el gran día de los barceloneses".
La tradición de la fotografía de portada del domingo electoral en el diario barcelonés tiene ya 39 años. Los primeros en posar fueron los candidatos a la presidencia de la Generalitat Jordi Pujol (CiU), Raimon Obiols (PSC), Heribert Barrera (ERC) y Antoni Gutiérrez Díaz (PSUC). En materia municipal, la foto se estableció en 1991 y los primeros protagonistas fueron Pasqual Maragall, Josep Maria Cullell, Eulàlia Vintró y Enrique Lacalle, según informa el mismo diario.
Deportes. Domingo nostálgico en el feudo culé, que cerrará sus puertas para abordar una profunda remodelación. Hay en el ambiente un aire de fatalidad, como si la despedida en vez de temporal fuera a ser definitiva. "Este domingo se despiden 66 años y 8 meses de los casi 124 de historia del FC Barcelona con el último partido en el estadio", advierte El Periódico. El texto es de José Carlos Sorribes y destacan un par de párrafos. El primero, sobre la inauguración del estadio: "Siempre se ha dicho que Ladislao Kubala hizo pequeño el viejo campo de Les Corts, que tenía una capacidad para 48.000 espectadores. El Camp Nou se inauguró el 24 de septiembre de 1957, día de la Mercè, contra un combinado de jugadores de Varsovia con victorias del Barça por 4-2. Con motivo del Mundial-82 se amplió a 115.000 espectadores, reducidos a menos de 100.000 a finales de los años 90 por la obligación de que todos los espectadores estuvieran sentados. Una consulta por correo a los socios en 2001, durante la presidencia de Joan Gaspart, oficializó el nombre de Camp Nou".
Y el otro párrafo, sobre el Barça de Alexia: "El 30 de marzo de 2022 se reunieron en el Camp Nou 91.553 espectadores para ver un partido de fútbol femenino, superando el récord de 90.915 personas de la final del Mundial de 1999 en Los Ángeles entre Estados Unidos y China. Era el partido de vuelta de cuartos de final de la Champions. Ganó el Barça por 5-2 y un mes después volvió a batir el récord. En la ida de las semifinales, 91.648 espectadores vieron el 5-1 ante el Wolfsburgo, rival de las azulgrana en la final de Eindhoven del próximo 3 de junio. El Barça disputó su primer partido en el Camp Nou el 6 de enero de 2021 ante el Espanyol. Se jugó a puerta cerrada, las azulgranas ganaron por 5-0 y el primer gol del equipo lo marcó Alexia Putellas".
28 de mayo, santoral: Germán de París, Guillermo de Gelona, Carauno de Chartres, Helicónides, Justo de Urgel, Pablo Hanh y Ubaldesca.