El escondite del emérito y bronca en el seno del Gobierno
Juan Carlos I comunica a algunos amigos que se ha tomado un "paréntesis" y que regresará a España. Sánchez defiende el orden constitucional mientras Iglesias olfatea una república inminente
5 agosto, 2020 09:07Confusión absoluta sobre el paradero de Juan Carlos I. Los programas del corazón han contactado con televisiones dominicanas para que vayan a dar la brasa a la urbanización de los Fanjul, los reyes del azúcar, en la República Dominicana, pero no se descarta que el rey emérito se haya refugiado en el discreto Portugal, donde también goza de buenos amigos de cuando el exilio de su padre, don Juan de Borbón, enterrado como Juan III en el panteón de reyes de El Escorial.
Juan Carlos se ha puesto en contacto con algunos amigos en España, Alfonso Ussía entre ellos, para comunicarles que se encuentra bien y que el periplo comenzado el domingo no son unas vacaciones sino un "paréntesis". Su intención sería la de regresar a España. Su abogado insiste en que estará a disposición de la justicia, pero podemitas y nacionalistas, republicanos todos, extienden la especie de que el exmonarca pretende eludir la acción de los tribunales.
También prosigue la confusión sobre cómo se llevó a cabo la operación destierro. En el Abc, Almudena Martínez Fornés atribuye al padre del Rey la suficiente capacidad decisoria como para haber sido él quien agarrase las riendas de su destino: "Fuentes cercanas a los acontecimientos vividos en La Zarzuela recuerdan que Don Juan Carlos 'no es un hombre que se deje presionar, como ha demostrado en numerosas circunstancias históricas muy tensas', y que en esa ocasión, una vez más, 'no le ha faltado ni inteligencia ni olfato político» para tomar la mejor decisión: abandonar España, a la espera de cómo vayan evolucionando los acontecimientos'.
Sigue la nota en el diario monárquico: "Cuando Don Juan Carlos entregó la carta de despedida a su hijo, los dos Reyes estuvieron hablando y Don Felipe le transmitió sus sentimientos: 'Sentido agradecimiento y sentido respeto' por la decisión que había tomado. El Rey sabe perfectamente lo que significaba ese gesto para su padre y tiene 'un sentimiento muy particular'. Fue la conversación entre dos Reyes, pero también entre un padre y un hijo. La decisión adoptada por el padre del Rey es diferente a las medidas que pedía el Gobierno. De hecho, Don Juan Carlos no ha abandonado el Palacio de La Zarzuela, sino que ha decidido pasar una temporada fuera de España. 'No le ha faltado sensibilidad para saber lo que le conviene a la Corona y al país', añaden".
Así que el matiz es que el emérito estaría de veraneo y no habría sido desahuciado de la Zarzuela. En El País se sostiene una versión parecida. "Felipe VI y su padre sellaron la salida tras reunirse entre ellos" es el titular con el que abre portada el diario de Prisa y que otorga a Pedro Sánchez un papel testimonial. Escribe Miguel González: "La marcha de Juan Carlos I de España se acordó en una reunión directa que mantuvieron Felipe VI y su padre. El Gobierno estuvo al corriente de las conversaciones, pero la decisión última correspondió a Felipe VI. Fue el desenlace de una opción madurada durante semanas, fruto de conversaciones en las que se analizaron las alternativas para minimizar el daño a la Monarquía de la investigación de los fiscales suizos y españoles en torno a las cuentas opacas del rey emérito. En las conversaciones se llegó a debatir la posibilidad de que el rey emérito realizara una regularización fiscal. Para Juan Carlos I, la línea roja fue poder conservar el título honorífico de rey. Para Felipe VI, el objetivo era que la solución fuera aceptada de forma voluntaria por su padre".
Sobre el papel del Gobierno escriben en El Mundo Juanma Lamet y Francisco Pascual en El Mundo: "Tres de los cuatro vicepresidentes del Gobierno de España desconocían los detalles de la operación puesta en marcha por la Casa del Rey y el Gobierno que culminaría este lunes con la salida de Don Juan Carlos de España. Sólo Carmen Calvo, que codirigía la negociación, estaba al corriente de que se iba a hacer pública una carta en la que el Rey emérito anunciaba el traslado de su residencia fuera del país, una vez éste se hubiera producido".
Continúa el texto: "La información estaba bunkerizada dentro del Palacio de la Moncloa entre tres personas: el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; su jefe de Gabinete, Iván Redondo, y la vicepresidenta Calvo. La exclusión del vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y del resto de ministros de Podemos fue deliberada para evitar las filtraciones interesadas. Tampoco se contó desde Moncloa con el PP, como si hiciera, en sentido inverso, Mariano Rajoy con Alfredo Pérez Rubalcaba con motivo de la abdicación. (...) Si Sánchez dio al Rey algún tipo de garantía sobre la contención de Iglesias, es obvio que fracasó. La difusión del comunicado desencadenó el malestar entre los ministros de Podemos, que no se dieron por aludidos por las instrucciones que llegaban desde la Moncloa".
En La Vanguardia es Pedro Vallín quien aborda las funciones del Ejecutivo en la salida de Juan Carlos I: "Confidencialidad y respeto. Traducido: poca información. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, está convencido de que el rey Juan Carlos I estará a disposición de la justicia, “como cualquier español”, allá donde esté, aunque ayer no dio ninguna información --de hecho, dio a entender que carecía de ella-- sobre su actual paradero. Una tormenta dentro y fuera del Ejecutivo de coalición que ensordeció el balance de la acción del Gobierno".
Sigue Vallín: "Sin pronunciarse sobre la decisión del monarca emérito, expresó su 'respeto' por la decisión de la Casa del Rey, que a su juicio supone un paso en la dirección 'adecuada' por lo que aporta de distanciamiento de Felipe VI respecto a los presuntos comportamientos delictivos o irregulares de su padre. La expresión literal que empleó el presidente del Gobierno fue 'distanciarse de supuestas conductas cuestionables o reprobables por parte un miembro de la Casa Real'. Y añadió: 'Lo que se juzga no son instituciones, sino a personas'".
Los socios de Gobierno mantienen abiertas discrepancias respecto al expediente monárquico. "Tres crisis en tres días: Iglesias 'respeta' a Sánchez pero le contradice en todo" es el titular de apertura de El Español, basado en una crónica de Alberto D. Prieto cuya entradilla es: "Negociar los Presupuestos con Cs, la 'justificación de la huida' de Juan Carlos y el retraso de la subida de impuestos enfrentan a Sánchez e Iglesias". El texto arranca así: "Bronca porque la primera reunión para negociar los Presupuestos fuera con Ciudadanos, con los que 'somos incompatibles', el domingo. Embestida contra el modelo de Estado y contra el mismo presidente por "desleal" a cuenta de la decisión de la Casa Real de que Juan Carlos deje el país, el lunes. Y remate de Pedro Sánchez el martes: todas las subidas de impuestos comprometidas quedan aparcadas hasta que España no tenga el mismo PIB y empleo que antes del paso del coronavirus. Pablo Iglesias dice que "respeta" a Pedro Sánchez, pero lo contradice en todo, al menos últimamemente. La coalición de Gobierno se sostiene como un matrimonio de conveniencia en el que a los dos consortes sólo les iría peor por separado que juntos".
Sigue la pieza: "'La relación entre el presidente y el vicepresidente es magnífica, y hay total confianza', explican fuentes de Unidas Podemos. 'Iglesias sólo tiene la fuerza que Sánchez le quiera dar', apuntan desde el lado socialista. Y como la libertad de cada uno, que acaba donde empieza la de los demás, las dos cosas son verdad cada una por su lado".
Ese "cada uno por su lado" implica que mientras Sánchez sustenta el pacto constitucional, su vicepresidente Iglesias se prepara para la que considera inminente república. En Voz Pópuli escribe sobre el particular Grego Casanova: "El vicepresidente segundo del Gobierno Pablo Iglesias ha declarado que 'no es aceptable que el anterior jefe del Estado cuando está siendo investigado por las autoridades judiciales suizas y la Fiscalía del Tribunal Supremo no dé la cara ante su pueblo. Creo que en una situación como esta, la propia dignidad de la Jefatura del Estado implicaría que Juan Carlos I diera la cara en su país y ante su pueblo', ha señalado el líder de Podemos en una entrevista en Informativos Telecinco".
Sigue la nota: "Iglesias también ha señalado que la marcha del Emérito está creando una mala imagen en el exterior. El vicepresidente del Gobierno también ha señalado que cree que en España hay 'un futuro republicano' que vendrá impulsado por las generaciones más jóvenes. 'Hay un debate social en España sobre la autoridad de la Monarquía. Hay un movimiento histórico que impulsará una república que modernice este país', ha declarado Iglesias".
Mientras tanto y en Cataluña prosiguen los festejos antimonárquicos amenizados por TV3, televisión de la que se escribe en el e-notícies de la siguiente manera: "TV3 ha tractat el Rei emèrit de 'fugit', però en canvi a l'expresident de la Generalitat, Carles Puigdemont, el tracta d''exiliat' i als encarcerats pel procés de 'presos polítics'. El Telenotícies d'aquest vespre, per exemple, ha esmentat més de mitja dotzena de vegades la paraula 'fugit', que és la mateixa que ha fet servir en diverses ocasions el president Quim Torra en la seva compareixença. El director de la cadena, Vicent Sanchis, va parlar d''exili' en la seva entrevista amb Puigdemont el passat dia 26 de juliol. El Telenotícies vespre d'aquest dimarts ha mencionat fins a vuit vegades que l'excap de l'Estat Joan Carles es troba 'fugit' malgrat el mateix conductor de l'espai, Carles Costa, ha aclarit que 'el Rei emèrit no està formalment investigat"'".
El Nacional, por su parte, procura el solaz de sus lectores con una entrevista con Marcel Mauri, vicrepresidente de Òmnium Cultural, en la que asegura que "el jefe del Estado ha orquestado la huida de un corrupto".
Oriol Junqueras trata de superar los denuestos contra el emérito con un artículo en Nació Digital en la que insiste en la teoría de la corrupción. El texto valdría para los Pujol con ligeros retoques. Ahí va el párrafo más mollar: "Patim una monarquia corrupta fins a les entranyes a uns nivells que només es pot entendre perquè aquesta corrupció és estructural. Un escàndol de proporcions descomunals. Silenciat gràcies a la connivència dels principals partits polítics espanyols i d'uns aparells de l'Estat que han conviscut amb aquesta corrupció ètica i política. Una omertà en tota regla que ja els va permetre disfressar el tèrbol paper del Rei en el cop d'estat de 1981. No només li van fabricar un relat a mida, ho van fer blindant la continuïtat de tot l'aparell de l'anterior règim franquista. Fins el punt que alguns d'aquells que es van entusiasmar amb aquell cop d'estat de Tejero han copat les més altes responsabilitats als aparells de l'Estat. Inclòs el Tribunal Constitucional. L'extrema dret viu enquistada als aparells de l’Estat i ha protegit una monarquia cada cop més legitimada per aquests en el seu vèrtex".
Lo del coronavirus, bien. Avanzando. Y la economía, mal, retrocediendo.
5 de agosto, santoral: Santa María de las Nives, Nuestra Señora de Africa y la Virgen Blanca de Vitoria, Casiano de Autun, Emigdio de Áscoli, Margarita de Septémpeda, Nona de Nacianzo, Venancio de Viviers y Viator de Tremblevif.